/ miércoles 23 de agosto de 2023

A modo de crónica | Las presidentas de América Latina

Ahora que México está inmerso en las próximas elecciones presidenciales del 2024, y cuando se perfilan varios precandidatos a ocupar la primera magistratura de nuestro país, con la intervención del partido Morena respaldado de manera ilegal por el presidente López Obrador, y por el lado del Frente Amplio por México otros tres en las personas de Xóchitl Gálvez Beatriz Paredes y Santiago Creel, es oportuno recordar la historia política de América Latina donde a partir del siglo pasado mujeres talentosas y aguerridas han ocupado las presidencias de sus respectivos países.

En total han sido trece las mujeres presidentas a partir de María Estela Martínez quien estuvo al frente de Argentina después de la muerte de su esposo Juan Domingo Perón. También en ese país gobernó Cristina Fernández de Kirchner en 1974-76.

En el 2010 Dilma Roussef ocupó la presidencia de Brasil y lo mismo hizo Michelle Bachelet en Chile en dos ocasiones. A finales del siglo XX, en 1990. Violeta Chamorro fue presidenta de Nicaragua mientras que Mireya Moscoso lo fue de Panamá.

En Costa Rica gobernó Laura Chinchilla y otro tanto hizo Jeanine Añez en Bolivia al ser desconocido Evo Morales, en el 2029. Este país tuvo también otra gobernante en la persona de Lidia Gueiler Tejada electa en 1979.

Las últimas mujeres encargadas del gobierno son Xiomara Castro de Honduras y Dina Boluarte del Perú, ambas electas en el 2022. Es oportuno recordar que algunos países de Caribe también han sido gobernados por féminas, como son los casos de Jamaica y Trinidad y Tobago.

Por supuesto, a nivel mundial muchas mujeres han ocupado las presidencias de sus respectivos países aunque no en la proporción que ellas merecen. En la actualidad, de 193 países solo 22 mujeres ocupan el cargo de Jefes de Estado, primeras ministras o cancilleres. En el pasado como no recordar a Indira Ghandi de la India, a Margareth Thatcher de Inglaterra y Ángela Merker de Alemania.

En América Latina aún existen países que no han sido gobernados por mujeres, entre ellos Colombia, Venezuela, Cuba, México. Por eso, ahora que se vislumbra la posibilidad que una de ellas ocupe la presidencia de nuestro país, todos los ciudadanos y el pueblo en general, deben sopesar la conveniencia de respaldar a la mujer que mejor represente los intereses de México. A la mujer, que sin ataduras ni coerciones pueda guiar al país por los caminos de nuestro desarrollo integral.

Quizá la decisión no sea tan difícil, ya que al lado del poder presidencial se ha apoyado a una de las llamadas “corcholatas” y, por el otro lado, la sociedad civil coaligada en el Frente Amplio por México está respaldando a la senadora Xóchitl Gálvez para que sea la candidata en las próximas elecciones presidenciales del 2024.

Desde luego, las cosas no resultan fáciles de lograr. Hoy más que nunca es necesario la unión de esfuerzos tanto de los partidos políticos como de las organizaciones civiles a fin de lograr el triunfo de Xóchitl Gálvez.

A través de los encuentros sostenidos por la senadora en diversos lugares del país se ha visto el apoyo entusiasta a sus aspiraciones. Si a ello le sumamos el respaldo de los partidos que conforman el Frente, existe la gran posibilidad de que Xóchitl sea elegida como candidata para buscar la presidencia de la República.

Y más ahora que Santiago Creel al renunciar como aspirante a la candidatura ha declarado su total apoyo a la senadora Gálvez, el camino se ha despejado ya que solo tendrá que imponer su verdad a Beatriz Paredes la otra participante en el Frente Amplio por México.

Todos esperamos que Xóchitl Gálvez se convierta en la “dama de hierro” que el país necesita para sacar a México del atolladero en que se encuentra.

Ahora que México está inmerso en las próximas elecciones presidenciales del 2024, y cuando se perfilan varios precandidatos a ocupar la primera magistratura de nuestro país, con la intervención del partido Morena respaldado de manera ilegal por el presidente López Obrador, y por el lado del Frente Amplio por México otros tres en las personas de Xóchitl Gálvez Beatriz Paredes y Santiago Creel, es oportuno recordar la historia política de América Latina donde a partir del siglo pasado mujeres talentosas y aguerridas han ocupado las presidencias de sus respectivos países.

En total han sido trece las mujeres presidentas a partir de María Estela Martínez quien estuvo al frente de Argentina después de la muerte de su esposo Juan Domingo Perón. También en ese país gobernó Cristina Fernández de Kirchner en 1974-76.

En el 2010 Dilma Roussef ocupó la presidencia de Brasil y lo mismo hizo Michelle Bachelet en Chile en dos ocasiones. A finales del siglo XX, en 1990. Violeta Chamorro fue presidenta de Nicaragua mientras que Mireya Moscoso lo fue de Panamá.

En Costa Rica gobernó Laura Chinchilla y otro tanto hizo Jeanine Añez en Bolivia al ser desconocido Evo Morales, en el 2029. Este país tuvo también otra gobernante en la persona de Lidia Gueiler Tejada electa en 1979.

Las últimas mujeres encargadas del gobierno son Xiomara Castro de Honduras y Dina Boluarte del Perú, ambas electas en el 2022. Es oportuno recordar que algunos países de Caribe también han sido gobernados por féminas, como son los casos de Jamaica y Trinidad y Tobago.

Por supuesto, a nivel mundial muchas mujeres han ocupado las presidencias de sus respectivos países aunque no en la proporción que ellas merecen. En la actualidad, de 193 países solo 22 mujeres ocupan el cargo de Jefes de Estado, primeras ministras o cancilleres. En el pasado como no recordar a Indira Ghandi de la India, a Margareth Thatcher de Inglaterra y Ángela Merker de Alemania.

En América Latina aún existen países que no han sido gobernados por mujeres, entre ellos Colombia, Venezuela, Cuba, México. Por eso, ahora que se vislumbra la posibilidad que una de ellas ocupe la presidencia de nuestro país, todos los ciudadanos y el pueblo en general, deben sopesar la conveniencia de respaldar a la mujer que mejor represente los intereses de México. A la mujer, que sin ataduras ni coerciones pueda guiar al país por los caminos de nuestro desarrollo integral.

Quizá la decisión no sea tan difícil, ya que al lado del poder presidencial se ha apoyado a una de las llamadas “corcholatas” y, por el otro lado, la sociedad civil coaligada en el Frente Amplio por México está respaldando a la senadora Xóchitl Gálvez para que sea la candidata en las próximas elecciones presidenciales del 2024.

Desde luego, las cosas no resultan fáciles de lograr. Hoy más que nunca es necesario la unión de esfuerzos tanto de los partidos políticos como de las organizaciones civiles a fin de lograr el triunfo de Xóchitl Gálvez.

A través de los encuentros sostenidos por la senadora en diversos lugares del país se ha visto el apoyo entusiasta a sus aspiraciones. Si a ello le sumamos el respaldo de los partidos que conforman el Frente, existe la gran posibilidad de que Xóchitl sea elegida como candidata para buscar la presidencia de la República.

Y más ahora que Santiago Creel al renunciar como aspirante a la candidatura ha declarado su total apoyo a la senadora Gálvez, el camino se ha despejado ya que solo tendrá que imponer su verdad a Beatriz Paredes la otra participante en el Frente Amplio por México.

Todos esperamos que Xóchitl Gálvez se convierta en la “dama de hierro” que el país necesita para sacar a México del atolladero en que se encuentra.

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