La propagación del Covid-19 no sólo ha puesto en jaque al sector salud de los países, sino también a la actividad económica y el impacto de ambas variables dependerá de la capacidad de reacción de los gobiernos en turno.

Para la contención de la pandemia hemos visto un gobierno federal bastante pasivo pues mientras la mayoría de los países tomaban decisiones serias de aislamiento social para aplanar la curva de contagios, en el nuestro, el presidente continuaba en giras multitudinarias a lo largo del país, dejando a cargo de un tema tan trascendental, no al secretario del ramo, quien en pocas ocasiones ha salido a dar la cara, sino al subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud.

Por ello, no extraña que diversos sectores hayan iniciado medidas de prevención voluntaria con antelación a las determinaciones del gobierno federal, que ante la falta de acciones claras en varias ocasiones tuvo que ser exhortado por la OMS para tomar cartas en el asunto, situación que derivó en la presentación de una estrategia de sana distancia, cuestionada entre otras cosas por la suficiencia de recursos para la atención de los pacientes contagiados.

Recursos para el sector salud que en los dos paquetes económicos del actual gobierno han sido recortados, situación que ya nos tenía en el desabasto de medicinas e insumos en los hospitales, de ahí la preocupación por los recursos para pruebas de detección, equipo de protección para nuestro personal médico a quienes se está mandando a una guerra sin el armamento necesario, así como el equipo para atender a los casos graves.

Esto preocupa sobre todo en un contexto en el que las cosas no estaban bien, pues recordemos que la economía de nuestro país ya se encontraba agonizante y estancada en el crecimiento cero, las altas tasas de desempleo y los casi nulos niveles de inversión, ello en gran parte por las malas decisiones económicas de este gobierno.

En ese contexto, podemos aprender de la experiencia internacional, no sólo sobre las medidas para hacer frente a la pandemia, sino también, el entendimiento de que el Covid-19 no sólo enferma a las personas, sino también contagia a la economía, por lo cual países como Canadá, Estados Unidos, Francia, España, China, Perú, Chile y Argentina, por mencionar algunos, han puesto en marcha exenciones fiscales, suspensión de pagos de servicios básicos, apoyo a empresas, seguros de desempleo, entre otras medidas para apoyar a los ciudadanos a hacer frente a esta contingencia.

Ante ello, los diputados del PAN proponemos un plan de contingencia para vacunar la economía, mitigar el impacto financiero y evitar la pérdida de empleos, el cual abarca tres directrices, protección a la economía familiar, defensa al empleo de los trabajadores y apoyo a pequeñas y medianas empresas.

Para proteger la economía familiar proponemos la suspensión por 3 meses del pago de servicios como agua y energía eléctrica, la suspensión del pago del ISR, la suspensión temporal del pago de las cuotas obrero-patronales, la creación de un programa temporal de suficiencia medicinal y alimentaria, así como el subsidio de los alquileres de casa-habitación para personas que pierdan su empleo por la crisis.

En materia de defensa del empleo impulsaremos un paquete de instrumentos para regular el teletrabajo para empleados que por sus labores puedan realizar sus tareas a distancia, además, el otorgamiento de microcréditos con tasa cero al sector de autoempleo formal e informal de la economía. Y para aquellos trabajadores que pierdan su fuente de ingreso durante la contingencia proponemos un seguro emergente de desempleo.

También es prioritario el apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas a través del subsidio temporal de los alquileres a las que acrediten una pérdida de solvencia significativa, del subsidio temporal del pago de cuotas obrero-patronales, así como del impulso de un paquete de incentivos fiscales para aumentar la liquidez y evitar la pérdida de empleos.

Para cubrir nuestro plan económico proponemos cancelar proyectos que no son viables como la construcción de la Refinería de Dos Bocas, el Tren Maya, así como el programa sembrando vida que no ha cumplido con las metas establecidas. Adicionalmente se requerirá usar recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros, con las medidas antes mencionadas estaríamos en posibilidad de disponer de un fondo de aproximadamente 400 mil millones para enfrentar esta crisis sin recurrir a la deuda.

Nuestras propuestas, así como las de varios sectores se han dado a conocer, por ello, solicitamos la sensibilidad del gobierno federal, es tiempo de que se establezca una verdadera estrategia que mitigue los impactos económicos y nos ayude a salir adelante durante estos tiempos difíciles.

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Rigo Mares, Diputado Federal de Baja California Sur por el Partido Acción Nacional