/ lunes 15 de julio de 2024

Contexto / Dinastías

El proceso electoral iniciado en 2023 y al que le queda casi nada para concluir al 100 por ciento nos entrega varios aspectos dignos de ser tomados en cuenta, más en un año como el 2024, en el que Baja California Sur arriba al medio siglo de vida como Estado Libre y Soberano.

En el proceso electoral que tuvo su momento cumbre el 2 de junio fueron electos mayoritariamente los candidatos de Morena-PT-Partido Verde-Partido Nueva Alianza BCS, quienes a partir de septiembre asumirán en gobiernos

municipales y las legislaturas estatal y federal.

Entre los ganadores es de destacar a algunos de ellas y ellos que llegan a senador, diputado federal, presidente municipal, presidenta municipal, y diputado local con un árbol genealógico que por primera vez se ve con esta magnitud en la historia política de Baja California Sur, y es por primera

ocasión, porque en 50 años se empiezan a perfilar dinastías políticas que se formaron desde hace varias décadas atrás, no muchas por cierto, pero ahora en el bloque político dominante encabezado por Morena y aliados.

Manuel Cota Cárdenas es diputado federal y Christian Agúndez es presidente municipal de Los Cabos. Dos hijos de exgobernadores que serán sin lugar a dudas actores importantes en la política local en el tiempo por venir.

Jorge Adrián Alvarado Aragón, nieto del exgobernador del Estado, Alberto Alvarado es regidor en Los Cabos e igual es nieto del exsecretario de Finanzas, Jesús Aragón Ceseña, parte de una importante dinastía cabeña que inició don Rodrigo Aragón allá por los años 40 del siglo pasado y bisnieto de Raúl Estrada Navarro, eterno tesorero del Territorio en el gobierno de Agustín Olachea.

Milena Quiroga Romero, nieta de Anselmo Romero Lucero, quien en 1965 era activista y directivo del Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS), organización de la sociedad sudcaliforniana que le toca presidirlo en su proceso de extinción.

Homero Davis Castro, con una importante carrera política, es hijo de Manuel Davis Ramírez, diputado constituyente de Baja California Sur. Eda María Palacios Márquez, sobrina de los Palacios de Los Cabos, igualmente con trayectoria política como regidora y en dos ocasiones diputada al Congreso del Estado, hoy suplente de Homero Davis en la Senaduría.

Sergio Polanco, descendiente de la familia Polanco Holguín, hoy llega al Congreso del Estado, igualmente con un árbol genealógico digno de presumir.

Espacio faltaría para hablar de Edith Aguilar y Paz Ochoa, alcaldesas con importante trayectoria administrativa y política. Eduardo Van Wormer Castro, Sergio Guluarte, Venustiano Pérez, entre otros, que forman una parte importante del activo de la actual clase política local.

Dinastía la de Carlos Mendoza Davis, quien en 2015 llega al Gobierno del Estado, y hoy en el tiempo político de Morena se delinea con mayor claridad,

sin dejar de lado la relación Ángel César Mendoza Arámburo-Alberto Andrés Alvarado Áramburo, primos hermanos que se sucedieron en la

gubernatura en 1981.

Digamos que el cachorrismo, término acuñado en el tiempo de Miguel Alemán en la presidencia allá por 1946-52, tiene plena vigencia en Baja California Sur,

en la etapa de la alternancia política con Morena a la cabeza.

Hoy las cachorras y las cachorros, por aquello del género, construyen con la ayuda de sus mayores las oportunidades para lo que sigue políticamente, es

algo que no se puede ocultar.

Las mujeres y los hombres aquí citados y muchos y muchas más serán el relevo generacional que les permitirá tripular el barco en un futuro no muy

lejano, a final de cuentas, por los entornos nacional y local, están constituyendo la nueva clase política sudcaliforniana, la cual tiene y tendrá retos importantes de cara al 27, 30, 33, 36 y más allá.

Tengamos presente, que cual Destino Manifiesto, las dinastías políticas en todos los tiempos han operado, operan y seguirán operando para acceder al poder político; la historia lo recuerda, de ahí, el reto es que la incipiente clase política local se consolide, porque algunas de estas dinastías llevan décadas en el ejercicio del poder y seguramente continuarán, en la eterna lucha de los de adentro contra los de afuera, de los de arriba contra los de abajo, y viceversa. Lucha política a final de cuentas, que ha existido, existe y seguirá existiendo.

Es mucho lo que se puede escribir sobre este tema, en lo particular en casi 40 años de interactuar de distintas formas con el poder político, me ha tocado

ver esta evolución hacia el cachorrismo, fenómeno político digno de un análisis a fondo.

El proceso electoral iniciado en 2023 y al que le queda casi nada para concluir al 100 por ciento nos entrega varios aspectos dignos de ser tomados en cuenta, más en un año como el 2024, en el que Baja California Sur arriba al medio siglo de vida como Estado Libre y Soberano.

En el proceso electoral que tuvo su momento cumbre el 2 de junio fueron electos mayoritariamente los candidatos de Morena-PT-Partido Verde-Partido Nueva Alianza BCS, quienes a partir de septiembre asumirán en gobiernos

municipales y las legislaturas estatal y federal.

Entre los ganadores es de destacar a algunos de ellas y ellos que llegan a senador, diputado federal, presidente municipal, presidenta municipal, y diputado local con un árbol genealógico que por primera vez se ve con esta magnitud en la historia política de Baja California Sur, y es por primera

ocasión, porque en 50 años se empiezan a perfilar dinastías políticas que se formaron desde hace varias décadas atrás, no muchas por cierto, pero ahora en el bloque político dominante encabezado por Morena y aliados.

Manuel Cota Cárdenas es diputado federal y Christian Agúndez es presidente municipal de Los Cabos. Dos hijos de exgobernadores que serán sin lugar a dudas actores importantes en la política local en el tiempo por venir.

Jorge Adrián Alvarado Aragón, nieto del exgobernador del Estado, Alberto Alvarado es regidor en Los Cabos e igual es nieto del exsecretario de Finanzas, Jesús Aragón Ceseña, parte de una importante dinastía cabeña que inició don Rodrigo Aragón allá por los años 40 del siglo pasado y bisnieto de Raúl Estrada Navarro, eterno tesorero del Territorio en el gobierno de Agustín Olachea.

Milena Quiroga Romero, nieta de Anselmo Romero Lucero, quien en 1965 era activista y directivo del Frente de Unificación Sudcaliforniano (FUS), organización de la sociedad sudcaliforniana que le toca presidirlo en su proceso de extinción.

Homero Davis Castro, con una importante carrera política, es hijo de Manuel Davis Ramírez, diputado constituyente de Baja California Sur. Eda María Palacios Márquez, sobrina de los Palacios de Los Cabos, igualmente con trayectoria política como regidora y en dos ocasiones diputada al Congreso del Estado, hoy suplente de Homero Davis en la Senaduría.

Sergio Polanco, descendiente de la familia Polanco Holguín, hoy llega al Congreso del Estado, igualmente con un árbol genealógico digno de presumir.

Espacio faltaría para hablar de Edith Aguilar y Paz Ochoa, alcaldesas con importante trayectoria administrativa y política. Eduardo Van Wormer Castro, Sergio Guluarte, Venustiano Pérez, entre otros, que forman una parte importante del activo de la actual clase política local.

Dinastía la de Carlos Mendoza Davis, quien en 2015 llega al Gobierno del Estado, y hoy en el tiempo político de Morena se delinea con mayor claridad,

sin dejar de lado la relación Ángel César Mendoza Arámburo-Alberto Andrés Alvarado Áramburo, primos hermanos que se sucedieron en la

gubernatura en 1981.

Digamos que el cachorrismo, término acuñado en el tiempo de Miguel Alemán en la presidencia allá por 1946-52, tiene plena vigencia en Baja California Sur,

en la etapa de la alternancia política con Morena a la cabeza.

Hoy las cachorras y las cachorros, por aquello del género, construyen con la ayuda de sus mayores las oportunidades para lo que sigue políticamente, es

algo que no se puede ocultar.

Las mujeres y los hombres aquí citados y muchos y muchas más serán el relevo generacional que les permitirá tripular el barco en un futuro no muy

lejano, a final de cuentas, por los entornos nacional y local, están constituyendo la nueva clase política sudcaliforniana, la cual tiene y tendrá retos importantes de cara al 27, 30, 33, 36 y más allá.

Tengamos presente, que cual Destino Manifiesto, las dinastías políticas en todos los tiempos han operado, operan y seguirán operando para acceder al poder político; la historia lo recuerda, de ahí, el reto es que la incipiente clase política local se consolide, porque algunas de estas dinastías llevan décadas en el ejercicio del poder y seguramente continuarán, en la eterna lucha de los de adentro contra los de afuera, de los de arriba contra los de abajo, y viceversa. Lucha política a final de cuentas, que ha existido, existe y seguirá existiendo.

Es mucho lo que se puede escribir sobre este tema, en lo particular en casi 40 años de interactuar de distintas formas con el poder político, me ha tocado

ver esta evolución hacia el cachorrismo, fenómeno político digno de un análisis a fondo.