En este espacio hemos abordado en innumerables ocasiones lo relativo a la larga lucha que otras generaciones de sudcalifornianos dieron en el entonces Territorio Sur de la Baja California a favor de la democracia electoral.
Es pertinente recordar que el 1 de enero de 1929, derivado de una decisión centralista, desaparecieron los municipios en nuestra media península, y a partir de esa fecha y por espacio de 42 años, la ciudadanía sudcaliforniana no eligió a sus autoridades locales, únicamente votaba por un diputado federal cada tres años y la elección presidencial cada seis.
Los movimientos precursores del cambio político en Baja California Sur, FUS en sus dos épocas, 1945 y 1965, así como el Movimiento Loreto 70, pugnaron por la reinstalación de la vida municipal a lo largo de cuatro décadas y por ende, por la posibilidad de volver a elegir a sus autoridades más cercanas.
A finales de diciembre de 1970, el presidente Luis Echeverría envía iniciativa al Congreso de la Unión para restablecer la vida municipal en el Territorio.
En un rápido proceso legislativo de dos meses se aprueba la Ley Orgánica del Territorio de Baja California Sur, así como una Ley Electoral; en la Ley Orgánica se mandataba la restitución de los municipios, y en la electoral, se convocaba a elecciones municipales para el segundo domingo de noviembre de 1971.
Con la aprobación y promulgación de los decretos, nacían los municipios de La Paz, Comondú y Mulegé que entraron en funciones el 1 de enero de 1972.
Así, el 14 de noviembre de 1971, luego de más de 42 años, los ciudadanos y ciudadanas del Territorio eligen nuevamente a sus autoridades municipales.
Aquel segundo domingo de noviembre de hace 53 años se eligieron a los presidentes de La Paz, Alfonso González Ojeda; de Comondú, Ricardo Santos Santos; y de Mulegé, Juventino Hernández Rubino, los tres militantes del Partido Revolucionario Institucional, institución política que iniciaba un periodo de 28 años de hegemonía política en Baja California Sur, la cual concluiría en febrero de 1999.
La victoria tricolor fue contundente. En los tres municipios el partido oficial captó el 89 por ciento de los votos con 27 mil 210, en tanto que la oposición al PRI compuesta por el PAN, PARM y PPS obtuvo en conjunto 429 sufragios; el conteo de votos nulos fue de 9 por ciento, lo que hablaba del dominio contundente del partido en el gobierno. El blanquiazul logró 231, el PPS 122 y el PARM 76, oposición meramente testimonial.
Con estas elecciones iniciaba Baja California Sur su regreso a la vida democrática e iniciaba un tránsito electoral que ha evolucionado en estas más de cinco décadas de elecciones locales.
Son 53 años en los que en 18 procesos electorales locales se han ido fortaleciendo los procesos democráticos, en donde con 7 leyes electorales se han regido comicios en los que el elector ha definido con su voto el rumbo político de Baja California Sur.
Las alternancias, cambios de color partidario en el ejercicio del poder político, un sistema de partidos y la participación de la sociedad en las elecciones así nos lo demuestran.
El segundo domingo de noviembre de 1971 es una fecha importante en el calendario político local, puesto que fue el reencuentro de una sociedad con las elecciones locales, y con gobernantes nativos y arraigados en Baja California Sur, como lo eran González Ojeda, Santos Santos y Hernández Rubino.
El calendario electoral que llamaba a elecciones el segundo domingo de cada mes de diciembre estuvo vigente hasta las elecciones de 1983, ya que para las terceras elecciones generales, los comicios fueron el 22 de febrero de 1987, o sea el tercer domingo, que para 1993,1999, 2005 y 2011 se trasladó al primer domingo del mes de febrero. Los míticos 7 de febrero de las alternancias del 93 y 99.
Hoy el calendario se movió al primer domingo de junio, con la finalidad de homologar desde 2015 elecciones locales con federales.
Baja California Sur ha ido perfeccionando durante 50 años un sistema electoral, instituciones, leyes y participación ciudadana que han permitido fortalecer la vida democrática sudcaliforniana por la que tanto lucharon los sudcalifornianos durante buena parte del siglo XX.