El tiempo político hasta hace muy poco marcaba que el 1 de diciembre de cada seis años el titular del Poder Ejecutivo Federal entregaba la banda presidencial a su sucesor, pero este tiempo lo aceleraron dos meses, digamos que en tiempos normales, ayer hubiera entregado el poder Andrés Manuel López Obrador.
Hace años a otras generaciones les tocó vivir las crisis de fin de sexenio; por estas fechas de 76, 82, 88 y 94 estábamos con el Jesús en la boca, ante las eventualidades económicas que se pudieran presentar, y que en el caso sudcaliforniano pegaban directamente en el corazón del comercio de importaciones. La fayuca pues.
Eran tiempos de gobiernos del PRI que a cada relevo presidencial se empeñaban en destrozar la economía nacional, con las correspondientes consecuencias en Baja California Sur.
En orden cronológico, tenemos que el 31 de agosto de 1976, a horas del último informe de Luis Echeverría, el titular de Hacienda en cadena nacional informa que la relación peso-dólar pasa de 12.50 pesos a 19 por cada billete verde, una devaluación de más del 50 por ciento, que dejaba atrás 22 años de estabilidad cambiaria, ya que en 1954 el peso arribó a los 12.50 por dólar; eran los años del comercio de importaciones y la Zona Libre en La Paz.
La Sirena, Dangel´s, La Perla de La Paz, El Trebol, Casa Ninfa, Sara, La Primavera, Beauty Supply, entre otras empresas, eran el prototipo del comercio de aquella época que vendía electrónica, casimires, perfumes, ropa y latería y licores importados que en ninguna parte del país se encontraban, todo debido a la Zona Libre y a la complacencia de un sistema aduanero que dejaba salir sin mayores problemas los productos importados.
El 1 de diciembre de 1976 asume José López Portillo la Presidencia de la República, y con su gobierno llega el petróleo que nos obliga a prepararnos para administrar la abundancia.
Fueron 5 años de estabilidad cambiaria entre los 20 y 22 pesos, sustentada en un alto precio internacional del petróleo y en centenares de miles de millones de dólares que mediante líneas de crédito e inversión extranjera llegaron a México entre 1977 y 1981.
La inflación anual rondaba el 20 por ciento, pero ante el imparable flujo de dólares no se sentía, y el país crecía a ritmos acelerados.
A las empresas locales arriba citadas se sumo El Águila, Dorian´s, Maxim, y otras más que hicieron de La Paz un centro fayuquero de importancia nacional.
En junio de 1981 el precio del petróleo sufre una caída que arrastra a la economía mexicana, que lleva en febrero de 1982 a devaluar el peso a 50 por uno, y para finales del año, en diciembre de 1982, la paridad es 6 veces superior que en diciembre de 1981, alcanzando los 150 por uno.
López Portillo autollamado el último Presidente de la Revolución, nacionaliza la banca privada en 1982 y establece el control de cambios ante la grave crisis económica que vive el país, eran los tiempos del fin de un modelo económico que tuvo el país a partir de la conclusión de la Segunda Guerra Mundial. Seis periodos sexenales de crecimiento y estabilidad.
Es el último sexenio del modelo de un país cerrado al intercambio con el exterior, del fin del desarrollo estabilizador, se dan las condiciones para que a partir de diciembre de 1982 se expide el acta de nacimiento del neoliberalismo mexicano que ayer cumplió 42 años de vida, como sistema mundial económico con su fuerte carga ideológica.
Con la llegada del neoliberalismo hace 42 años Baja California Sur empieza a no ser competitiva en el comercio, puesto que inicia una apertura que para fines de los 80 permite que la Zona Libre decretada en los 30 del siglo pasado sea parte de la historia. El país empieza a ser una gran zona libre y nuestro comercio, por su volumen deja de ser atractivo desatándose la crisis del modelo sustentado en las importaciones.
Con ello empieza la migración hacia la actividad turística y los servicios colaterales que en el caso de La Paz le lleva tiempo encontrarlo.
El neoliberalismo arribó a México un 1 de diciembre de 1982 cuando protestó Miguel de la Madrid como Presidente de México, y evidentemente en estas 4 décadas nos ha cambiado la vida, poco para bien, mucho para mal, solo basta recordar que hace 6 años López Obrador en su toma de posesión hizo un juicio muy certero del tiempo del neoliberalismo.
Estas dos fueron crisis de fin de sexenio que vivimos, pero nada comparables con la de 88 y 94, que parecieran lejanos en el tiempo, pero de la última apenas van 30 años.