Por Wendy Higuera, especialista en pesca artesanal
Para nadie es un secreto que los mares de nuestro estado —el Golfo de California y el océano Pacífico— ya no son lo que solían ser. Nuestros abuelos narran cómo en el pasado las pesquerías en los dos mares eran prósperas y abundantes; nuestros padres han sido testigos de su declive paulatino, y a mi generación le ha tocado padecer la decadencia y sobreexplotación de estos.
¿Qué ha provocado esta caída? La respuesta es muy amplia e incluye factores como la sobrepesca de la flota industrial de otros estados (principalmente Sinaloa), el turismo masivo que crece de manera irresponsable y desorganizada, la falta de programas de conservación marina en el pasado, la pesca ilegal y las exploraciones hechas por compañías que apuestan por la minería submarina en nuestro estado.
No es de extrañar que nosotros, la gente de mar, seamos los principales afectados. Contrario a nuestros antepasados, hoy tenemos que salir durante muchas horas y muchas millas mar adentro para encontrar nuestra pesca y poder llevar el sustento a nuestros hogares.
Para nosotros, estos dos mares son más que agua salada. Son una fuente inagotable de vida y riqueza; nosotros —más que nadie— sabemos que tienen límites y debemos tratarlos con respeto. Eso hacemos todos los días y además lo inculcamos a nuestros hijos y nietos. El futuro de todos nosotros depende del mar.
Es por ello que queremos proteger los mares de Baja California Sur; detener y prohibir las amenazas, y poner en práctica estrategias que garanticen ecosistemas marinos sanos para contar con un sector pesquero local próspero, con visión, ordenado y legal. Justo por eso formamos hace cinco años DEPESCA, una asociación sudcaliforniana que persigue los siguientes objetivos.
Representar a los sectores de pesca ribereña, pesca deportiva, acuacultura y de turismo náutico de BCS.
Conservar los usos y costumbres de las comunidades ribereñas para garantizar un mejor futuro. Los habitantes son los verdaderos vigilantes del mar.
Impulsar una industria de turismo náutico ordenada y responsable que dé prioridad a los sudcalifornianos y ofrezca servicios de primer nivel a precios justos.
Prohibir de manera definitiva la minería submarina, incluyendo las exploraciones, en las aguas de nuestro estado (Golfo de Ulloa).
Alejar a los barcos industriales —sardineros, camaroneros y palangreros— de otros estados de nuestras costas (hasta las 50 millas).
Proteger la enorme riqueza natural de nuestras aguas y las especies marinas que las habitan.
Actualmente, en DEPESCA representamos a cerca 2,200 familias que dependen de la pesca en nuestro estado, y nos estamos enfocando en integrar a la mayor cantidad posible de productores. Desde luego, todas y todos están invitados; la meta es contar con un sector organizado y fortalecido, que vele por nuestros intereses. A eso le hemos llamado una verdadera Ola Ribereña.
Queremos seguir siendo los custodios de una forma de vida que no es nada fácil, pero que es nuestra. Somos los sobrevivientes del mar y queremos Dos Mares vivos.