No se había visto en la historia reciente de este país que a poco más de un año de finalizar la administración, un presidente de la república tuviera una aceptación impresionante, un poder de convocatoria abrumador, donde el pueblo demostró no solo su respaldo al proyecto de nación que encabeza el Lic. Andrés Manuel López Obrador, sino que también mostró músculo en favor de una de las fechas más importantes de la historia y de la soberanía nacional.
Lo que se vivió el pasado 18 de marzo desde el zócalo, el corazón político y cultural de México, fue una prueba apabullante de que el pueblo no se equivoca, con presencia de cientos de miles de ciudadanos de todas las latitudes del país, convencidos de la cuarta transformación, quienes acudieron al llamado de su líder moral entorno al 85 Aniversario de la Expropiación Petrolera.
En este México de contrastes, una notable minoría marchó el pasado domingo 26 de febrero bajo una convocatoria endeble para la supuesta “defensa” del INE, que más bien, era una defensa a los privilegios de una cúpula de la democracia dorada que mantiene secuestrado a ese instituto. Para ello generaron una ola de desinformación en torno al ya vigente Plan B de la Reforma Electoral, que impulsó Morena y sus aliados. Hay que decirlo con todas sus letras, no hay actualmente alguien que esté en contra de la democracia, eso sería absurdo, pero bajo la premisa de que “El INE no se toca”, es que la derecha y aliados fácticos han querido y pretendido hacer creer que se está atentando contra la democracia o con el derecho al voto, lo que definitivamente es falso. Los tiempos han cambiado, no puede haber intocables en la vida ni el servicio público del México moderno, nadie puede estar por encima de la constitución, ni pisoteando la dignidad del pueblo.
En respuesta, una abrumadora mayoría, hombres y mujeres del pueblo libre, demócrata, honesto y solidario, salió a las calles del centro histórico de la Ciudad de México este 18 de marzo, para festejar que estamos cada vez más cerca de alcanzar nuestra soberanía energética, bien lo dijo el presidente ese día, el próximo año dejaremos de importar combustibles, pues desde su llegada al poder en 2018, echó a andar un trabajo sin precedente para rescatar y reforzar la industria petrolera y eléctrica a nivel nacional. Ese fue el sueño del General Lázaro Cárdenas al expropiar el petróleo a empresas extranjeras en 1938, o bien el sueño de Adolfo López Mateos al nacionalizar la industria eléctrica en 1960. Hoy que estamos cerca de lograrlo, debemos festejar que es en beneficio del pueblo de México.
El discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador fue contundente para destacar que no se aceptará que se imponga una minoría, a costa de la humillación y el empobrecimiento de las mayorías. Mandó un mensaje claro y decidido fuera de nuestras fronteras, de que la dignidad de la patria y de este pueblo debe respetarse y no pisotearse.
Es halagador, saber que tenemos un presidente patriota, acompañado de grandes hombres y mujeres, entre ellos nuestro gobernador Profr. Víctor Manuel Castro Cosío, que desde su trinchera también ha contribuido a reforzar las políticas públicas que benefician al pueblo. Podemos estar tranquilos de que quien encabece el proyecto de la 4T rumbo al 2024, se guiará bajo los ideales de trabajo y honestidad que ha encabezado el presidente, pero más tranquilos de saber que iremos todos juntos, que no habrá desbandada, que nos une el compromiso y lealtad a este movimiento. Así es, el proyecto de nación continuará por seis años más, abonando y sumando a lo ya logrado, el tiempo sigue avanzando y lo que nos corresponde, desde el servicio público o como ciudadanos, es seguir involucrándonos, informándonos y activándonos para que convencer mentes y corazones en favor de la cuarta transformación.
Sin duda alguna hay de marchas a marchas, la marcha de quienes defienden privilegios de una minoría, y la marcha de quienes defienden los beneficios y la dignidad de todo el pueblo de México…vaya diferencia.
Seguiré festejando, cualquier reforma y programa que beneficie a las mayorías, finalmente ese debe ser el objetivo de la buena política, un medio para apoyar a la gente, echar la mano a quienes más lo necesitan. La invitación queda hecha, ¿de qué manera respaldaremos lo logrado en la 4T? ¿De qué forma responderemos al ejemplo que nos hace el propio presidente de conducirse con honestidad y transparencia? Sin duda hay mucho por hacer y mucho por recorrer, pero el camino está iluminado… ¡Que nadie se quede fuera, que nadie se quede atrás!