/ lunes 1 de julio de 2024

Sandía con Leche | La rifa del tigre

Creo que todos los seres humanos, o los que tenemos buena suerte, tenemos una etapa en nuestra vida en la que nos empezamos a dar cuenta que aquello que consideramos un dicho popular, refrán o una frase hecha, después de todo, no estaba tan equivocada.

Un día, que nunca ha quedado en el olvido por su significancia, una maestra de literatura de la universidad llegó una tarde con la sorpresa de que por clausura semestral haría una rifa. Nos dio unos pequeños papelitos doblados con un número escrito, y sólo uno decía “ganador”.

Cuando una compañera dijo: “ A mí me salió ganador”, todos aplaudieron, menos yo. La explicación más mundana al hecho es mi adherencia al signo Aries, al que le gusta ganar porque sabe lo bien que se siente, según los astrólogos.

¡Qué ingenuidad la mía pensar que eso era ganar, y creer en los astrólogos!

Todos bromearon con la triunfadora, yo también, porque el premio era un libro, no podía ser de otra manera en clase de literatura universal I. Creo que el texto era La divina comedia. La maestra bromeó con una frase que nunca había escuchado allá por 1998:” Te sacaste la rifa del tigre… porque vas a tener que hacer un control de lectura”.

Todos reímos porque nuestro razonamiento juvenil entendía que en realidad no era envidiable obtener un bien que te traerá un mal. Debe entenderse que a finales del siglo XX todo era más orgánico, y un control de lectura significaba entregar información en fichas de cartón, generalmente escritas a mano.

Mínimamente habría que desvelarse un par de noches y hacer consultas en una biblioteca.

Esa tarde de viernes me salvé, pero un par de años después gané la rifa impulsada por otro maestro, ahora de filosofía, pero también había sorteado un texto literario: La vida inútil de Pito Pérez, el cual conservo todavía. Ese día pensé que ya me había llegado mi felino.

A lo largo de mi vida, varias veces he sido la ganadora de varias rifas de tigres, leones, chitas, panteras, leopardos y pumas, y siempre he salido bien librada porque me gusta ganar.

Exaltación González, en su columna Entre Teclas (La Voz de la Frontera, sábado 17 de noviembre de 2018) refiere que la expresión coloquial en México: “Te sacaste la rifa del tigre” tiene muchas interpretaciones, como aquella que dice que el tigre puede verse encantador, pero es salvaje e impredecible y por más esfuerzos que hagas por amaestrarlo, siempre te puede atacar por la espalda. Pero la frase, en el mundo de la política, simple y llanamente representa obtener un beneficio que tiene demasiadas desventajas.

Querido Exaltación, agregaría que también en el mundo del periodismo muchas veces pasa lo mismo, nada más que gana el amor con cara de compromiso.

Creo que todos los seres humanos, o los que tenemos buena suerte, tenemos una etapa en nuestra vida en la que nos empezamos a dar cuenta que aquello que consideramos un dicho popular, refrán o una frase hecha, después de todo, no estaba tan equivocada.

Un día, que nunca ha quedado en el olvido por su significancia, una maestra de literatura de la universidad llegó una tarde con la sorpresa de que por clausura semestral haría una rifa. Nos dio unos pequeños papelitos doblados con un número escrito, y sólo uno decía “ganador”.

Cuando una compañera dijo: “ A mí me salió ganador”, todos aplaudieron, menos yo. La explicación más mundana al hecho es mi adherencia al signo Aries, al que le gusta ganar porque sabe lo bien que se siente, según los astrólogos.

¡Qué ingenuidad la mía pensar que eso era ganar, y creer en los astrólogos!

Todos bromearon con la triunfadora, yo también, porque el premio era un libro, no podía ser de otra manera en clase de literatura universal I. Creo que el texto era La divina comedia. La maestra bromeó con una frase que nunca había escuchado allá por 1998:” Te sacaste la rifa del tigre… porque vas a tener que hacer un control de lectura”.

Todos reímos porque nuestro razonamiento juvenil entendía que en realidad no era envidiable obtener un bien que te traerá un mal. Debe entenderse que a finales del siglo XX todo era más orgánico, y un control de lectura significaba entregar información en fichas de cartón, generalmente escritas a mano.

Mínimamente habría que desvelarse un par de noches y hacer consultas en una biblioteca.

Esa tarde de viernes me salvé, pero un par de años después gané la rifa impulsada por otro maestro, ahora de filosofía, pero también había sorteado un texto literario: La vida inútil de Pito Pérez, el cual conservo todavía. Ese día pensé que ya me había llegado mi felino.

A lo largo de mi vida, varias veces he sido la ganadora de varias rifas de tigres, leones, chitas, panteras, leopardos y pumas, y siempre he salido bien librada porque me gusta ganar.

Exaltación González, en su columna Entre Teclas (La Voz de la Frontera, sábado 17 de noviembre de 2018) refiere que la expresión coloquial en México: “Te sacaste la rifa del tigre” tiene muchas interpretaciones, como aquella que dice que el tigre puede verse encantador, pero es salvaje e impredecible y por más esfuerzos que hagas por amaestrarlo, siempre te puede atacar por la espalda. Pero la frase, en el mundo de la política, simple y llanamente representa obtener un beneficio que tiene demasiadas desventajas.

Querido Exaltación, agregaría que también en el mundo del periodismo muchas veces pasa lo mismo, nada más que gana el amor con cara de compromiso.