La Paz, Baja California Sur.- De lunes a viernes se observa a una persona trabajando en el estacionamiento del ayuntamiento de La Paz lavando carros, el sombrero de palma, su bigote delgado, la velocidad de sus movimientos lo identifican.
Se trata de Jorge Zamora Marrufo, lava carros desde hace 14 años, hoy tiene 59, en entrevista para El Sudcaliforniano dijo que ha decidido superarse a través del trabajo y los estudios en modalidad abierta.
Cuenta que anteriormente había trabajado como guardia de seguridad privada en la clínica de medicina familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lugar donde una psicóloga y una doctora le insistieron en que retomara sus estudios y terminara la primaria en modalidad abierta, por lo que decidió acercarse a las oficinas del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) a tomar clases primero logrando terminar la primaria.
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“Yo nunca había usado una computadora, en el INEA aprendí a utilizarla, asistía un día a la semana además ahí presenté mis exámenes y evaluaciones”, menciona que luego de haber logrado terminar la educación primaria y obtener su certificado se inscribió para cursar la secundaria para luego continuar estudiando la preparatoria.
Al preguntarle si deseaba estudiar la universidad respondió “sí, mi intención es estudiar la universidad, pero por lo pronto tengo mi mirada en estudiar la preparatoria”, explicó que el originalmente había estudiado hasta tercer año de primaria en la escuela Rosendo Robles durante su niñez, pero abandonó sus estudios para dedicarse al buceo de almeja catarina, chocolata y callo de hacha; menciona que el es de familia de pescadores.
Aclara que sigue dedicándose a la pesca “los sábados a las 6 de la mañana en una panga nos vamos a revisar chinchorros cerca de la Isla Espíritu Santo, sacamos lenguado, mantarraya, tiburón y pescado”.
Todos los días acude a trabajar de las 8 de la mañana hasta las 4 de la tarde, lava un aproximado de 10 carros diariamente, dice que gracias a la experiencia puede lavar 3 carros al mismo tiempo, mientras unos se secan va y limpia otro.
Referente a su trabajo actual de lavacarros, afirma que económicamente le va mejor que de trabajar de guardia de seguridad privada, ya que antes tenía un horario de 7 de la mañana a 7 de la noche ganando apenas 4 mil pesos a la quincena. Aunque advierte que las temperaturas de hasta 40 grados son un gran reto.
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Menciona que llegó a ese trabajo con la ayuda de un pastor de una iglesia quien habló con las autoridades del ayuntamiento para solicitar que le permitiera lavar los carros y desde entonces a eso se dedica, ha sido su principal sustento y lo que le ayuda a continuar con sus estudios como una forma de superación personal.