Se escucha al fondo la aria sacra “Rogate” Laetatus sum zwv 90 del virtuoso Vivaldi.
Abre tus sentidos …
Estamos en la provenza Francesa en su bella costa azul.
Porque Emilio Zola creció aquí y Nina Simone murió Feliz.
Pont d´arts
Llegar por altamar desde Marsella es posible en solo 40 minutos, a una altitud
de 173 metros sobre el nivel del mar.
Tocar tierra para llegar y tomar la carretera A 52 que nos llevara luego hasta Mónaco.
Huele a campos de lavanda. La flor Real entre el mar.
Esta es una pradera de piedra intacta, parece una maqueta pequeña pero puedes acceder por sus callejuelas y tiendas.
Aix-en-Provence Impone… porque es casi el anochecer y sus candiles con tono de velas apenas iluminan el camino bien conocido por sus nativos los Aixois.
Abrázame…
Porque Aix se ubica caprichosamente entre Francia e Italia. Fundada en el año 123 a.C según ficha oficial de la antigua biblioteca cerca de la fuente de agua caliente.
Vamos hasta las entrañas de la famosa costa azul mediterránea.
El gran cañón de Verdón como parque natural reserva ecológica alberga mas de mil quinientas especies de plantas y todas las aves de presa que se encuentran en Francia.
Este es el sureste, y está rodeado de parques naturales como Parcregión el du Lube. Se debe estar Listo para perderse y reencontrarse.
Elegante…
Por el río y las destilerías que rodean al Mont Ventoux en Los Alpes-de-Haute-Provence.
Porque es la nobleza de su gente sana es la que marca su entorno, rodeado de capillas y castillos históricos, de casas cubiertas de tejas que cultivan a diario como una platica interesante o un viñedo que da frutos rosados.
Los placeres de la tierra aquí son variados…
Un mercado de antigüedades, comer olivos, la iglesia de San Juan de Malta, una fuente rebosante de agua transparente, una mirada profunda y constante. Los vinos con D.O. y su fuerte carácter, todo lo que cosecha el entusiasmo del primer amor.
El mural a base de piedra sobre los viñedos es un gran paseo Imperdible, porque ahora vamos a transportarnos al posible mágico territorio y la opción es subir por una calle angosta solo a pie, pues se trata de una pequeña comuna enclavada en la montaña, donde todo era a caballo, andando, cuando todos los sentidos humanos eran utilizados.
Quiero…
Conocer las entrañas de la costa francesa, impresionante sitio con su estructura natural sobre bocas del Ródano. Obra de un solo Arquitecto: Dios Creador.
Aix sabe a almendras y melón.
Estás son cuevas rupestres con casas y puentes pensé, pero la florería de la esquina me conmovió con su exquisitez.
Abstracto…
Porque la libertad de pensamiento y comentarios francos son como alimento que se respira en esté clima mediterráneo, terco, que habla de un ambiente seco pero fresco, aun en noviembre hay galerías y artesanías en colorido profundo y limitado del invierno.
Se encuentra aquí la catedral gótica Saint Sauveur siglo V. Y la iglesia del Saint-Esprit, así como diversos centros religiosos que dejaron los caprichosos Romanos.
La plaza de los cuatro delfines y la fuente del agua caliente de 1734 me recuerdan que es la hora del pan y la leche a comprar en el Bistro. Hora de cuentos infantiles con destellos de latín.
El festival de arte lírico se encuentra en está latitud. Es posible publicar y hacerse notar. Como lo haría un Intelectual.
Vamos por la Avenue Guiseppe Verdi y recorramos sus arcos como un acueducto que ofrece melones y salmón… y vámonos al concierto al aire libre con Handel de anfitrión.
Es sábado, hora de ir al mercado, al Verdun donde hay de todo y a la plaza de frutas del ayuntamiento, luego a vivir con desafíos locales en pelota.
Es temprano, es la mañana, es domingo. El café tiene trozos de tueste latino, y huele a mermeladas de flores. Recorramos ahora los puestos de libros antiguos de punta a punta como como una dulcería que se adora.
Aix-en Provence es Insaciable… porque requiere toda la atención, todo el empeño que puedas tener. Pues su historia medieval has de obtener para comprender el resto del viaje, y es apasionarte cual luna de miel.
Suena en la radio Central Park Blues…
Es la voz de una contralto, una voz grave pero única y femenina, la de Nina…
Y escribió Emilio Zola: “La verdad está en camino y nadie la detendrá”.
