Las algas son un conjunto de organismos extremadamente variables que realizan fotosíntesis, y que se diferencian de las plantas terrestres porque su estructura es menos compleja y carecen de raíces, tallos y hojas, pudiendo ser desde organismos unicelulares, llamados microalgas; hasta individuos de más de 50 metros de altura, referenciados como macroalgas.
Así lo indica la Mtra. Alejandra Mazariegos Villarreal, estudiante del doctorado en Ciencias Marinas y Costeras de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), quien trabaja una línea de investigación relacionada con este importante grupo.
Según sugiere la joven universitaria, se encuentran mayormente en ambientes acuáticos, ya sea marinos o de agua dulce, donde proporcionan servicios ecosistémicos cruciales, favoreciendo significativamente a la producción primaria, al igual que a la producción de oxígeno, siendo la base de las tramas tróficas y contribuyendo al crecimiento de diversas especies.
Incluso, también pueden ser usadas para el consumo humano pues aportan vitaminas y minerales; además que de ellas se derivan compuestos para la industria alimentaria como proteínas, enzimas, ácidos grasos poliinsaturados, lípidos, por mencionar algunos.
Por ello Mazariegos Villarreal considera que los distintos usos a los que pueden ser sujetas las algas, ayudarían a generar soluciones acordes a los 17 objetivos planteados por las Naciones Unidas que buscan erradicar las formas de pobreza y balancear las dimensiones sociales, económicas y ambientales del desarrollo.
Por ejemplo, sugiere que estos organismos pueden ser utilizados directamente como suplementos alimenticios de personas, animales y vegetales, pero también han demostrado ser efectivos para prevenir y atender ciertas enfermedades.
De igual forma, se constituyen como un aliado para mejorar la calidad del agua al remover materia orgánica, nutrientes excesivos y otros contaminantes; un mecanismo natural que captura bióxido de carbono, con lo que se estaría combatiendo al calentamiento global (objetivo 13), y también como bioindicadores.
Asimismo, para la restauración de suelos, generación de biocombustibles e, incluso, como componentes verdes en el diseño y construcción de nuevas edificaciones, sugiere la investigadora.
De manera transversal, otros aspectos relacionados con los Objetivos del Desarrollo Sostenible se estarían atendiendo de forma directa e indirecta, como sistemas de producción, generación de empleos y combate a la pobreza.
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A pesar de todo este potencial, la Mtra. Alejandra Mazariegos asevera que se requieren mayores esfuerzos para desarrollar nuevas tecnologías que aprovechen las múltiples oportunidades que las algas proveen, algo que, desde la UABCS, al igual que otras instituciones de educación superior y centros de investigación, se está haciendo a partir de sus diferentes líneas del conocimiento.
Foto: Cortesía | Alejandro Mazariegos