Así es la mansión del general Francisco J. Mújica en La Paz, ¿la conoces?

Ser de ideas socialistas le cerró las puertas de la presidencia de la república 

Aarón Romero / El Sudcaliforniano

  · miércoles 28 de agosto de 2024

Los detalles y terminados de la residencia fueron traídos de varias partes del mundo. Foto: Cortesía / Luis Domínguez

La Paz, Baja California Sur.- La quinta Leticia es la mansión del general que casi fue Presidente de México.

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En la calle Miguel l. Legaspi entre Aquiles Serdán y Revolución de 1910, en la colonia Centro se ubica una antigua mansión de estilo francés del hombre que casi fue presidente de la república, el general Francisco J. Mújica.

La construcción de la residencia inició a finales de 1890 por la familia Ruffo, pero fue dejada en obra negra hasta principios de 1940 fue adquirida por el entonces jefe político.

Foto: Cortesía / Luis Domínguez

En la entrada aún se conservan los pisos de mármol, escaleras que dan a la segunda planta, la cual fuera la residencia del mandatario y su esposa Carolina Escudero Lujan, una mujer de amplio sentido humanitario, según Gamaliel Hamburgo. La pareja contrató a los mejores arquitectos e ingenieros de la época para que culminara su penúltima obra, el maestro albañil Gerónimo Castro Heras.

La mansión fue construida en ladrillo rojo y cuenta con varias habitaciones, salón de baile, salón de música, salón de fiestas, cocina, sala, recibidor, cancha de tenis y recepción para eventos privados.

En la actualidad carece de techo en su segunda planta que luce en ruinas resguardada por media docena de palomas y para sorpresa de todos, la planta baja se encuentra habitada por dos mujeres, una de ellas de nombre Leticia.

Los detalles y terminados de la residencia fueron traídos de varias partes del mundo, los pisos de Italia los cuales aún se conservan intactos, las cortinas de Londres, la madera de Canadá y los candelabros de la casa Tiffany en Nueva York, en el patio con una gran extensión de terreno aún se puede apreciar una pila o alberca la cual ofrecía a los invitados el disfrute refrescante de un chapuzón durante los calurosos veranos.

Foto: Cortesía / Luis Domínguez

De acuerdo con el excronista de la ciudad y exdirector del Archivo Histórico Pablo L. Martínez, Luis Domínguez Bareño, el general Francisco J. Mújica fue el líder moral de la izquierda mexicana en los años 40 promovida por el general Lázaro Cárdenas del Río, en su época fue un fuerte contendiente a la presidencia de la república además de ser uno de los ideólogos de la Constitución Política de 1917 y diputado constituyente.

En el contexto de la Segunda Guerra Mundial ser de ideas socialistas le cerró las puertas de la presidencia de la república, “no lo dejaron ser presidente de México”, llegó a Baja California Sur como jefe político y militar del territorio en los años 40 fue enviado por el presidente Manuel Ávila Camacho; “como sucedía en aquel tiempo que los enviaban al destierro a gobernar la Baja California”.

El general Mújica aceptó el encargo con una sola condición, que todo el poder fuera para él por lo cual durante su gobierno no existieron delegados asumiendo las funciones de todas las delegaciones federales y con ello pudo manejar los distintos presupuestos y realizar grandes inversiones en la península tiempo en el cual construyó pistas aéreas, depósito de petróleo de Punta Prieta y puntos estratégicos de defensa por toda la península.

Francisco J. Mújica dividía pasando los días por temporadas entre Santiago y La Paz cuando estaba en la ciudad, los pobladores más necesitados hacían fila para pedir ayuda, eran atendidos directamente por su esposa Carolina quien les daba alimento, ropa, vales para refacciones y dinero hasta que en el año 1946 con el surgimiento del Frente de Unificación Sudcaliforniana (FUS) renunció al gobierno del territorio.

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La residencia quedó abandonada para convertirse en un prostíbulo llamado “Tiko Tiko” para después funcionar como "La Quinta Dorita II". Actualmente, la mansión sigue y cuenta con dos accesos uno por la calle Legaspi y otro por Serdán.