/ domingo 9 de octubre de 2022

Aún inquietan relatos de misterios urbanos

Todavía se cuenta el relato del Jardín Velasco, donde un fantasma se aparecía a las 3 de la madrugada

La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Uno de los lugares más hermosos e icónicos de la ciudad capital que tiene gran afluencia durante todo el día, es sin duda el Jardín Velasco. A lo largo del tiempo, sobre todo al caer la noche se cuentan una y mil historias sobre fantasmas y apariciones.

Corría la década de los años 80´s, eso sí en aquellos tiempos, las horas y las actividades eran relativas pues había jóvenes y estudiantes que se la pasaban horas en el kiosco del jardín, ya sea cantando, tocando un instrumento o bien leyendo la historieta o revista de moda. También les podría dar la madrugada y siempre había un pequeño cúmulo de ellos y en ocasiones tenía que llegar la policía para decirles que se fueran ya a dormir.

Las bancas por su parte no eran tan cómodas, por ello el piso servía literalmente como sillas imaginarias, hecho que no importaba porque era más importante estar presente con los amigos y amigas que llegaban poco a poco.

En una de esas noches tres jóvenes decidieron quedarse a dormir en el Jardín Velasco, pues entre los relatos que surgían en las pláticas estaba la de un fantasma que se aparecía a las 3 de la madrugada, hecho que inquietaba a los valientes adolescentes.

¿VERDAD O MENTIRA?

Quienes decían haberlo visto recalcaban que primero se escuchaba el maullido de un perro y que a lo lejos se podía percibir como un hombre vestido de los años de la revolución pasaba marchando, eso sí sin voltear a ningún lugar y que en cuestión de segundos se desaparecía. Otros por su lado temblaban de miedo, pero esas historias no los detendrían, puesto que querían saber si lo que se decía era verdad o mentira.

Esa madrugada parecía ser la hora perfecta para que el fantasma hiciera su aparición y los tres jóvenes estaban más que listos, pero en vez de que el maullido de un perro se escuchara, un gato negro pasó corriendo por el kiosco, presagiando lo que vendría.

Los jóvenes que se ocultaban entre los arbustos pudieron ver como una sombra negra se iba formando con la silueta de un hombre, pero todo se volvió más fuerte ante la vista pues estos mismos vieron como le crecía una cola, como si fuera un demonio.

Prácticamente los jóvenes corrieron lo más que pudieron, hasta llegar al malecón y de ahí se fueron a dormir a una de sus casas y al día siguiente cantaron a sus amigos y familiares lo que habían visto. Ese hecho fue creíble para algunos y para otros no fue más que un invento de jóvenes que deseaban ser los más valientes y populares. Hasta el día de hoy, se siguen contando una y mil historias del hermoso Jardín Velasco.

AMIGO IMAGINARIO

Bien dicen que muchos niños y niñas a muy temprana edad empiezan a crear amigos imaginarios, mismos que van desapareciendo conforme va pasando el tiempo, podría decirse entre los 7 y los 9 años, pues ello es lo que llegaron a pensar muchos padres de familia cuando sus hijos les dijeron que jugaban con una pequeña llamada Claudia.

Corrían los años 80´s en la ciudad de La Paz, muchas cosas estaban empezando a cambiar, había más aperturas en cine y televisión y los jóvenes a su vez empezaban a vivir nuevas experiencias, pero ello también se resumía a los niños y niñas pues cada vez había más parques y lugares para divertirse en familia.

Las resbaladillas por su parte comenzaron a ser muy comunes tanto en las playas, lugares públicos y colonias populares de la ciudad capital, de por sí ya lo eran, pero comenzó a ser algo muy atractivo porque al bajar los pequeños sentían mucha adrenalina.

En una de las primeras colonias de La Paz muchos niños y niñas comenzaron a tener una visita de una niña que solo ellos podían ver, los adultos por su parte sentían que era parte de los juegos de los niños, pero todo ello dejó de ser tranquilidad cuando el juego comenzó a tener un nombre, pues como se mencionó anteriormente la pequeña Claudia platicaba con las niñas y les decía que le encantaba subirse a las resbaladillas y que era su juego favorito.

SE LOGRÓ GANAR EL APRECIO Y CARIÑO

Las niñas principalmente sentían mucho afición por su nueva “amiga” pues según ellas era muy linda y simpática, pero que también era muy enojona y que a veces solo quería que se hiciera lo que ella quería.

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Casi siempre sus apariciones se llevaban a cabo entre los 7 y 8 de la noche, recordemos que en aquellos tiempos los horarios de los niños, niñas y jóvenes eran mucho más extensos sobre todo en las colonias populares pues los juegos del cani-cani, las escondidillas entre otros eran los que los mantenían entretenidos.

Cierto día al termino de jugar casi toda la tarde los niños comenzaron a contar historias extrañas que les habían pasado, a lo que mencionó una pequeña que ya no aguantaba a Claudia pues solo quería jugar a la resbaladilla. En esos momentos se hizo el silencio pues de alguna forma todos los presentes habían tenido un acercamiento con la niña Claudia.

Un joven que también estaba presente hizo mención que hace muchos años, es decir décadas atrás una niña había muerto y esta misma se había caído de un juego, por lo que todos los niños y niñas salieron corriendo para sus casas con mucho miedo, pues no podían creer que una de sus amigas era un fantasma.

Estos niños y niñas fueron creciendo con el tiempo, pero nunca olvidaron a la pequeña Claudia, misma que se fue esfumando como el viento, pues poco se habló de ella, pues el temor de que volviera a aparecer estaba latente.

La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Uno de los lugares más hermosos e icónicos de la ciudad capital que tiene gran afluencia durante todo el día, es sin duda el Jardín Velasco. A lo largo del tiempo, sobre todo al caer la noche se cuentan una y mil historias sobre fantasmas y apariciones.

Corría la década de los años 80´s, eso sí en aquellos tiempos, las horas y las actividades eran relativas pues había jóvenes y estudiantes que se la pasaban horas en el kiosco del jardín, ya sea cantando, tocando un instrumento o bien leyendo la historieta o revista de moda. También les podría dar la madrugada y siempre había un pequeño cúmulo de ellos y en ocasiones tenía que llegar la policía para decirles que se fueran ya a dormir.

Las bancas por su parte no eran tan cómodas, por ello el piso servía literalmente como sillas imaginarias, hecho que no importaba porque era más importante estar presente con los amigos y amigas que llegaban poco a poco.

En una de esas noches tres jóvenes decidieron quedarse a dormir en el Jardín Velasco, pues entre los relatos que surgían en las pláticas estaba la de un fantasma que se aparecía a las 3 de la madrugada, hecho que inquietaba a los valientes adolescentes.

¿VERDAD O MENTIRA?

Quienes decían haberlo visto recalcaban que primero se escuchaba el maullido de un perro y que a lo lejos se podía percibir como un hombre vestido de los años de la revolución pasaba marchando, eso sí sin voltear a ningún lugar y que en cuestión de segundos se desaparecía. Otros por su lado temblaban de miedo, pero esas historias no los detendrían, puesto que querían saber si lo que se decía era verdad o mentira.

Esa madrugada parecía ser la hora perfecta para que el fantasma hiciera su aparición y los tres jóvenes estaban más que listos, pero en vez de que el maullido de un perro se escuchara, un gato negro pasó corriendo por el kiosco, presagiando lo que vendría.

Los jóvenes que se ocultaban entre los arbustos pudieron ver como una sombra negra se iba formando con la silueta de un hombre, pero todo se volvió más fuerte ante la vista pues estos mismos vieron como le crecía una cola, como si fuera un demonio.

Prácticamente los jóvenes corrieron lo más que pudieron, hasta llegar al malecón y de ahí se fueron a dormir a una de sus casas y al día siguiente cantaron a sus amigos y familiares lo que habían visto. Ese hecho fue creíble para algunos y para otros no fue más que un invento de jóvenes que deseaban ser los más valientes y populares. Hasta el día de hoy, se siguen contando una y mil historias del hermoso Jardín Velasco.

AMIGO IMAGINARIO

Bien dicen que muchos niños y niñas a muy temprana edad empiezan a crear amigos imaginarios, mismos que van desapareciendo conforme va pasando el tiempo, podría decirse entre los 7 y los 9 años, pues ello es lo que llegaron a pensar muchos padres de familia cuando sus hijos les dijeron que jugaban con una pequeña llamada Claudia.

Corrían los años 80´s en la ciudad de La Paz, muchas cosas estaban empezando a cambiar, había más aperturas en cine y televisión y los jóvenes a su vez empezaban a vivir nuevas experiencias, pero ello también se resumía a los niños y niñas pues cada vez había más parques y lugares para divertirse en familia.

Las resbaladillas por su parte comenzaron a ser muy comunes tanto en las playas, lugares públicos y colonias populares de la ciudad capital, de por sí ya lo eran, pero comenzó a ser algo muy atractivo porque al bajar los pequeños sentían mucha adrenalina.

En una de las primeras colonias de La Paz muchos niños y niñas comenzaron a tener una visita de una niña que solo ellos podían ver, los adultos por su parte sentían que era parte de los juegos de los niños, pero todo ello dejó de ser tranquilidad cuando el juego comenzó a tener un nombre, pues como se mencionó anteriormente la pequeña Claudia platicaba con las niñas y les decía que le encantaba subirse a las resbaladillas y que era su juego favorito.

SE LOGRÓ GANAR EL APRECIO Y CARIÑO

Las niñas principalmente sentían mucho afición por su nueva “amiga” pues según ellas era muy linda y simpática, pero que también era muy enojona y que a veces solo quería que se hiciera lo que ella quería.

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Casi siempre sus apariciones se llevaban a cabo entre los 7 y 8 de la noche, recordemos que en aquellos tiempos los horarios de los niños, niñas y jóvenes eran mucho más extensos sobre todo en las colonias populares pues los juegos del cani-cani, las escondidillas entre otros eran los que los mantenían entretenidos.

Cierto día al termino de jugar casi toda la tarde los niños comenzaron a contar historias extrañas que les habían pasado, a lo que mencionó una pequeña que ya no aguantaba a Claudia pues solo quería jugar a la resbaladilla. En esos momentos se hizo el silencio pues de alguna forma todos los presentes habían tenido un acercamiento con la niña Claudia.

Un joven que también estaba presente hizo mención que hace muchos años, es decir décadas atrás una niña había muerto y esta misma se había caído de un juego, por lo que todos los niños y niñas salieron corriendo para sus casas con mucho miedo, pues no podían creer que una de sus amigas era un fantasma.

Estos niños y niñas fueron creciendo con el tiempo, pero nunca olvidaron a la pequeña Claudia, misma que se fue esfumando como el viento, pues poco se habló de ella, pues el temor de que volviera a aparecer estaba latente.

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