Bajío, crisol purépecha

Les contaré una de las hermosas leyendas de Michoacán que descubre los deseos de su alma y sus atardeceres diferentes

Sandra Ricco | El Sudcaliforniano

  · sábado 21 de enero de 2023

Michoacán es tierra de purépechas quienes veneran a al Sol, la Luna y Venus. Foto: Ilustrativa | Oscar Domíngez en Pexels

Porque Michoacán es tierra de purépechas quienes veneran a al Sol, la Luna y Venus… y creen que hay tres mundos: el de los muertos, el de los vivos y el de los dioses…

Les contaré una de las hermosas leyendas de Michoacán que descubre los deseos de su alma y sus atardeceres diferentes…

"Algunos años antes de que llegaran los que llegaron gobernaba el imperio purépecha Zizipandácuare, un rey justo que da a estas tierras la unidad y progreso. Tenía muchas hijas, una de ellas dotada de hermosura se llamaba Zirahuén, un día llegó al Palacio del Rey en Tzintzúntzan una flota de canoas al frente de las cuales venía un conocido guerrero y cacique de Pátzcuaro”,

Cuando la princesa vio su poderío y fuerza, su corazón saltó de gusto porque sabía que el joven maduro la pediría en matrimonio. El rey lo celebró complacido y le concedió su mano, con la condición de desposarla solo después de ayudarle a liberar la batalla contra Axayácatl, rey de los mexicas. El cacique de Pátzcuaro accedió al reto.

Cuentan que el odio feroz que existía entre mexicas y purépechas y el deseo del guerrero de desposar a Zirahúen, hicieron que se librara una sola pelea en la cual quedó cubierto de sangre mexica en campo de la batalla. El novio satisfecho y victorioso marchaba al frente cuando una flecha lanzada por mano desconocida se le clavó en el corazón. Nunca se supo si fue un Dios o un hombre el que le arrebató la vida. Así cuando el joven valeroso llegó a la morada de los dioses, estos decidieron nombrarlo Dios de la Guerra por su valentía.

Y es esta leyenda la que inspira a propios y extraños a navegar y recorrer los pueblitos de Pátzcuaro, Zirahuén hasta Cuitzeo... donde huele a dulce de nuez, a maíz y miel.

Niños indígenas se ven por doquier felices y con sus globos llenos de color como sus dulces de feria y helados de sabor... con esas típicas nieves de Michoacán.

Vamos…

Cuitzeo tierra de agustinos y fundada en la antigüedad por franciscanos y carmelitas descalzos en 1550 aproximadamente, cuando se inició la edificación del templo que -aun existe- dedicado a Santa María Magdalena- los agustinos eran devotos de ella.

En el templo de Cuitzeo se puede apreciar aun el fresco del Juicio Final, y fue gracias a la riqueza de los agustinos que se pudo realizar esta magna obra debido a su generosidad; incluso para cultivar sus extensas tierras se trajo esclavos negros según consta en actas de compra de aquella época.

Ángeles hechos niños resguardan el lugar, uno se siente apacible, en ambiente dulce, puro... y, al mismo tiempo, ver cómo se derrumban sus edificios históricos como en Cuitzeo... promesas sin cumplir que han hecho a los pobladores llenándolos de miseria... sobre todo moral, los malos gobiernos.

Recorramos Michoacán... y sus leyendas para reconstruir su historia y futuro un estado próspero y conectado con el mundo, sitio de comida a base de maíz y pescado blanco, que es posible degustar con salsas de la región como la morita.

Sabremos entonces quiénes somos y de qué estamos hechos.

El bajío es un mundo a descubrir para quedarse entre lagos y leyendas magníficas creadas entre la realidad del pueblo, los secretos mejor guardados de nuestros ancestros y la verdad de nuestra hermosura.