¡Que alegría!
El municipio de Ezequiel Montes, Querétaro se encuentra a una altitud de 2,054 metros sobre el nivel del mar, muy cerca de Cadereyta, México.
Pero antes de camino en Querétaro... arte, historia, delicias de gastronomía a base de jitomate y equilibrio al paladar… enchiladas queretanas ni igual.
Me encuentro con un artista, un niño tocando el acordeón con una melancolía interesante, por su entereza suave, mientras su madre pide dinero en la calle.
¿De dónde eres? Responde con una nota difícil, pero dulce: una sonrisa. ¿Qué lengua es la que hablas? Mixteco, somos de Oaxaca.
Comemos un dulce de ate de higos integrándonos con lo propio de nuestra raíz más bella, sin desconocerla. Luego una paleta de fresa, fruta emblemática de la región.
Enfrente de la calle Madero está la dulcería... imperdible llevar el ritmo sagrado del ate artesanal de mango de verano...
Esto es Bernal, a 50 kilómetros de la ciudad de Querétaro, Pueblo Mágico fundado en 1650.
Espiritualmente es conocido como San Sebastián de Bernal.
El servicio meteorológico indica que habrá mucha lluvia estos días. ¿Cancelar? Imposible. Vamos a hacer turismo sí o sí, y a conocer la fuerza del Dios Tláloc que traerá bonanza.
Pequeñas gotas de agua nos reciben con un clima de montaña perfecto y fresco.
Muy cerca se observa la Peña de Bernal, un monolito de piedra que algunos habitantes mayores y sabios aseguran es un meteorito gigante, que trae energía y sabiduría a la región.
La UNESCO declaró esta escultura natural como el tercer monolito más grande del mundo. Imperdible...
La energía llena mis sentidos.
Es domingo.
Estamos con anfitriones dedicados y amables en Casa Mateo, un sitio inolvidable por su gente amena y bella. Esforzada en generar riqueza vía el empleo e inversión...
Por sus ventanales de una de las primeras construcciones de este Pueblo Mágico, se escucha la algarabía en el Centro Histórico, dejo las maletas en la puerta, y al salir, música de banda con espíritu otomí, acompaña una procesión llena de color...
Cualquier cineasta encumbrado hubiera deseado llevar esta postal en su corazón.
Llegando al atardecer a Peña de Bernal, también se escucharon las campanas de su iglesia a pasos de nuestra residencia. Nos relaja.
Las risas de los niños de todas clases sociales y turismo, chapeados y sanos me envuelve y me siento alegre. ¡Vamos mamá quiero jugar!
Misterioso.
Porque muy temprano escalaremos la Peña que está a una altura de 288 metros a 2,215 metros sobre el nivel del mar.
Vamos pues a cenar... son enchiladas serranas y un mezcal regional bien logrado, por su agave sagrado.
Mientras, escuchamos rancheras de José Alfredo Jiménez en voz de ópera de Giorgio quien ofreció una serenata emocionante en ambos tonos.
Inicia la vendimia.
Continuará...