Busca tesoros perdidos durante su tiempo libre

Hace casi 2 siglos se tenía que solicitar permiso del gobierno para buscar tesoros enterrados y pagar un impuesto por ello

Cristina Montoya / El sudcaliforniano

  · lunes 2 de septiembre de 2024

Bulmaro Higuera Lucero (camisa negra), buscando tesoros con sus acompañantes. Foto: Cortesía / Bulmaro Higuera Lucero

La Paz, Baja California Sur.- Aquí en la ciudad de La Paz hay leyendas de personas que han encontrado tesoros enterrados. Hay y siempre ha habido personas que se dedican a la búsqueda.

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Algunas de estas historias están documentadas como leyendas y otras solo transmitidas de boca en boca. Se dice que se han encontrado bajo la tierra cofres con oro y perlas en lugares cercanos al centro histórico de la ciudad y en playas, ya que no había bancos. Incluso se cuenta que hay tesoros ocultos que aún no se han encontrado pero que existen.

“No es secreto que las iglesias y sobre todo las misiones albergan gran riqueza, no sólo por el arte sacro invaluable, sino por el oro y plata que algunas veces tienen en sus objetos ceremoniales; por lo mismo este tipo de edificaciones tenían túneles o cámaras ocultas para que en caso de emergencia huir o esconder tales riquezas”, mencionó, Gilberto Ortega, en su libro Enigmas de Baja California Sur.

Hay algunas personas en la ciudad de La Paz que se dedican a la búsqueda de tesoros. Frecuentemente se observa en el malecón, playa y diferentes lugares a un hombre con una máquina especial buscando tesoros, incluso va acompañado de su familia.

“Desde las familias más humildes, hasta los grandes hacendados, enterraban su dinero, generalmente monedas, en lugares secretos para protegerlos de ladrones”, así escribió Gilberto Ortega en su libro Enigmas de Baja California Sur.

Hay otra persona, Bulmaro Higuera Lucero, prefecto jubilado del Cobach 03, cuando trabajaba en la preparatoria se dedicaba en sus tiempos libres a buscar tesoros y comentaba con frecuencia que cuando se jubilara, con el dinero de su retiro, iba a comprar una máquina especial para buscar tesoros, la cual mencionaba era muy cara, y se dedicaría de lleno a la búsqueda y así lo hizo, la compró y se ha aventurado en la búsqueda, pero no con frecuencia.

¿Compró la máquina? “Ah sí, claro, la compre, y he buscado y he encontrado muchas marcas e historias, pero me falta escarbar para comprobar si hay o no hay”, comentó, Higuera Lucero.

¿Por qué no ha escarbado? “Por falta de un compañero que no sea ambicioso, que sea de buen corazón, todos los tesoros tienen un misterio. En los tesoros de piratas siempre hay guardianes, aquí en la paz hay muchos tesoros de piratas, hay muchos que no los han sacado”, comentó el buscador de tesoros.

¿Ha encontrado algún tesoro? “Señales, me he encontrado un mapa en el cerro atravesado en un árbol de Palo San Juan, son árboles que duran más de 1,000 años”, comentó, Higuera Lucero y agregó que él siempre sale solo, “no me gusta que me acompañen, no hay gente de confianza, es peligroso”.

Bulmaro Higuera Lucero mencionó una ubicación muy conocida, en el cerro que está arriba del Panteón de Los San Juanes, en donde comenta hay un tesoro. “Ya ves que en el cerro del Panteón, arriba, donde está la piedra blanca hay uno muy grande de piratas, antes, en los años de 1750 más o menos, El Esterito llegaba hasta donde es el panteón ahora y hasta allá se metían los galeones y dejaban sus tesoros y muchos ya no regresaban por ellos y ahí quedaron. (...) Los galeones son las embarcaciones donde los piratas se transportaban hasta Europa”, narró. Mencionó que esos barcos eran de los llamados pichilingues quienes eran holandeses y se refugiaban ahí en Pichilingue “por eso le quedó el nombre de pichilingue”.

En el Archivo Histórico de Baja California Sur hay dos documentos en donde se solicita al gobierno permiso para poder excavar en la búsqueda de tesoros, uno de los documentos es oficial, fue expedido por el gobierno, cuenta con los sellos. “Antes se tenía que pagar al gobierno para buscar un tesoro y si ya pagabas tu impuesto y si salía ya era tuyo, ahora ya no, ahora si encuentras un tesoro te lo quita el gobierno”, mencionó, Gilberto Ortega.

Los documentos son muy antiguos, al tomarlos casi se desbaratan en las manos. Uno es del 8 de septiembre de 1896, viene escrito en letra cursiva, apenas se entiende lo que dice con mucha dificultad, pero Gilberto Ortega, en su libro Enigmas de Baja California Sur, después de mucho esfuerzo logra hacer la transcripción. “Segismundo Genti solicitó permiso del gobierno para buscar un tesoro que se encontraba en la misión de San Javier. En el mismo documento menciona que da aviso del gobierno para, en caso de encontrarlo, dar el impuesto correspondiente”, se describe en el libro. “Desgraciadamente no se cuenta con documento de respuesta, así que desconocemos el final del asunto”, agregó, Ortega, en el texto.

Permisos dirigidos al gobierno para excavar en búsqueda de tesoros, datan de los años 1833 y 1896. Foto: Cristina Montoya / El sudcaliforniano

“Otro documento interesante también es el fechado el 1 de julio de 1833, en La Paz. Comunicaciones dirigidas al subcomisario Juan José López y al alcalde de San José del Cabo, relativas a que Blas Sánchez y Mariano Monterde saldrían a San José del Cabo en la búsqueda de 500 onzas de oro que dijo el primero se encuentran enterradas en ese lugar”, menciona Ortega en su libro, la cual es narración del otro documento para poder realizar la búsqueda de tesoros. En el Archivo Histórico no hay ningún otro documento ni fotografías que narren o describan si se encontró algo enterrado.

Ortega es filósofo y escritor de leyendas urbanas, narra que en la playa El Tesoro se encontró un botín enterrado cuando estaban realizando la carretera. “apenas se estaba adecuando el Tesoro para que fuera un balneario para la gente. Según cuentan que fue con una máquina excavadora, que tocó algo el trabajador y era un cofre, encontró un tesoro, se fue y no regreso”, concluyó el escritor.

En la página oficial de turismo La Paz se menciona que el botín de la playa el Tesoro fue encontrado cuando estaban realizando la carretera en el año de 1965.

Se cuenta que el botín encontrado en la playa El Tesoro pertenecía a los piratas holandeses llamados los pichilingues que desembarcaban en esa zona, así comentó, Jesús Ernesto Adams Ruiz, maestro en bibliotecología y ciencias de la información y también se menciona en la página oficial de turismo de La Paz y en el libro “Mitos, leyendas y tradiciones sudcalifornianas”, del autor Leonardo Reyes Silva. El botín estaba lleno de perlas que habían saqueado los piratas, menciona Reyes Silva en su libro.

Adams Ruiz narra una situación muy curiosa que vivió en la niñez, cuenta que frecuentemente jugaba béisbol con sus amigos, en la manzana conformada por calle Constitución, Guillermo Prieto, Miguel Hidalgo y Ramírez, la cual estaba baldía, contra esquina del colegio La Paz, y que un día de repente la pelota se les fue a una casa aledaña al lugar, se asomaron y se llevaron una sorpresa. “En la casa habían escarbado por dentro, no había piso, era un enorme pozo donde cayó la pelota, por dentro varias habitaciones fueron convertidas en pozos, de repente se habían ido, se había desaparecido la familia de ahí, entonces la gente, los compañeros y los niños hicimos una suposición que probablemente se llevaron de ahí un tesoro, aquí en el centro de la ciudad de La Paz”, narró, Adams Ruiz. Agregó que las excavaciones tenían 2 metros de profundidad y que por fuera la casa se veía normal y que la tierra estaba colocada atrás de la casa.

Gilberto Ortega menciona que cuenta la leyenda que si no se pide permiso de palabra al dueño del lugar donde está enterrado el tesoro pasan sucesos extraños a los excavadores.

También se cuenta en las leyendas que donde hay un tesoro, si este es para ti, se aparece una persona constantemente como avisando que hay algo enterrado, pero las demás personas no la pueden ver.

Gilberto Ortega menciona también que se dice que donde hay tesoros enterrados se ve a lo lejos una llamarada y al acercarse se desvanece y que este es porque se produce un gas y de lejos se visualiza como una flama.

Explicación científica de la mencionada llamarada: “La idea de que se produce una llamarada o una llama misteriosa en el lugar donde está enterrado un tesoro es un tema común en la leyenda y el folclore. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde la idea de que los tesoros enterrados produzcan llamaradas o llamas misteriosas”, mencionó, José de Jesús Torres Cota, ingeniero bioquímico.

“Las monedas de oro en sí mismas no producen gas cuando están enterradas en un tesoro. Sin embargo, es posible que se produzcan gases en el entorno del tesoro debido a la presencia de otros materiales o factores.

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El gas se puede producir si el tesoro contiene monedas u objetos de otros materiales, como la plata o el cobre, si está enterrado con materiales como madera o tela, la presencia de sustancias químicas en el suelo del tesoro, estos al corroerse, descomponerse o reaccionar producen gases, incluso los hongos y bacterias lo producen, así mencionó Torres Cota.

“Es importante tener en cuenta que la producción de gases en un tesoro enterrado puede ser un indicador de la presencia de materiales peligrosos o inestables, por lo que es recomendable proceder con precaución y consultar con expertos antes de manipular o excavar el tesoro”, agregó el bioquímico.

Hay otra leyenda sobre un miembro de una familia muy conocida en la ciudad. Se narra que Chito Mayoral se dio cuenta que había un tesoro en donde está construida la librería Ramírez , "les dijo a los trabajadores, mañana no vengan y se presentó al día siguiente él solo, él se llevó el cofre y llevaba muchas monedas, ahí en la Ramírez, precisamente estaban haciendo en aquel entonces era una casa normal y el estaba haciendo una excavación para hacer como un aljibe y encontró el cofre, salió. ¡Y mira todo lo que hizo! casi casi compro toda una manzana, les hizo casa a cada uno de sus hijos”, narró, José Román Cadena, guardia de seguridad privada, quien fue recomendado por conocer muchos sucesos de La Paz.

Mencionó que la gente acostumbraba esconder su patrimonio porque había asaltos. “Dónde está el hotel los arcos, a un costado también dicen que se hallaron un botín muy grande”, agregó Cadena.