Canadá es vibrante, es toda naturaleza de Norte a Sur, una mezcla de migrantes Ingleses y Franceses, sociedad vanguardista y práctica.
Estamos en Ontario con 3 grados centígrados, nos recibe el río Ottawa en Parliament Hill con vista arquitectónica victoriana.
Ottawa es la capital de Canadá, fue elegida así para evitar la confrontación que existía entre los residentes de las grandes ciudades de Toronto y Montreal con ascendencia francesa e inglesa, esta cultura y clima hace de esta ciudad un pueblo resiliente, perseverante y fuerte.
Desde 1826 Ottawa ocupa un bello paisaje e el canal Rideau, que es columna de la ciudad que nos guía por las actividades mas diversas.
Sus lagos cercanos y desde luego su catedral, son la joya local.
Imperdible visitar la Catedral de Notre Dame erguida en 1839, su techo es de estilo gótico con un órgano espectacular.
El área de Parlament Hill donde esta su mercado artesanal al aire libre es muy animado y los patios adoquinados.
Fue en 1855 esta ciudad se convirtió en capital.
Interesante resulta su mestizaje intelectual que hace honor a la tolerancia que el pueblo debe tener entre sí, respetando sus diferentes creencias, fisonomías, y origen. Pueblo sabio.
Como en la Catedral, que hay profetas y Santos en madera.
Asistir al cambio de guardia del parlamento es una tradición que viene de los ingleses que colonizaron una época Canadá y sucede todos los días de julio y agosto, el paisaje luce en esos días perfecto pues el edificio es asombroso, de estilo gótico creado en el año 1860.
Vamos a la National Gallery, es un museo con mas de 18,000 obras de arte, encontraras las obras de Matisse, Van Gogh o Mondrian solo como aperitivo, ademas de ser una construcción arquitectónicamente interesante, como el hallazgo de que luego podemos visitar la ciudad a pie.
Sigue el canal Rideau como guía de múltiples actividades sobre todo en verano, cuando se puede navegar, cerca esta el Centro de las artes.
Ahora en primavera estamos celebrando el el festival del tulipán, florido es el paisaje!
Canadá se celebra en Verano a principios de julio con festividades artísticas y musicales.
Vamos al National Aviation Museum por petición de Sandro y de ahí al Canadian war museum donde hay una replica de una trinchera de la I guerra mundial y hay vestigios de la invasión que sufriera Canadá por Estados Unidos de Norteamérica en 1775.
El Castillo Laurier es una replica de un castillo francés construido a finales del siglo 19, es hermoso y se come delicioso.
Conocer el National Arts centre con un café de por medio es una delicia, porque es un edificio hermoso en forma de hexágono, que tiene vista al canal y que recibe las mejores artes escénicas del mundo, así como conciertos invaluables.
La gastronomía local tiene el sabor real de Canadá, mezcla de sus culturas y habitantes, sabores rostizados a fuego lento, toques de miel y tocinos perfectos en pan bagel recien horneado como en el oatcouturecafe, o en el Corazón de maíz que deja huella mexicana en el corazón de los canadienses. Imperdible es el Madaoki Farm, un espacio con la cosmovisión de indígenas originarios canadienses divinos.
Canadá, alegría a mi corazón!