La Paz, Baja California Sur.- En la capital del estado hay distribuidas 15 casas francesas que llegaron desde Santa Rosalía, estas casas son armables lo que facilitó su traslado.
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El arquitecto e historiador Gamaliel Valle Hamburgo realizó una investigación referente a la arquitectura, ingeniería y diseño de interiores en Baja California Sur del siglo XIX y XX. En su estudió reveló el motivo por el cual estas casas se instalaron en la ciudad de La Paz.
“Yo me encontré con verdaderas joyas arquitectónicas en el estado”, compartió Gamaliel Valle en entrevista para El Sudcaliforniano, al empezar a explicar que Santa Rosalía fue sede de la primera colonia de interés social en Latinoamérica.
Explicó que desde 1985, se comenzaron a ubicar casas en las colonias Providencia, Purgatorio, Amelia y Soledad en Santa Rosalía, estas colonias eran habitadas por mineros franceses y administradas por la Compañía del Boleo. Cuando un minero llegaba a trabajar en la compañía, se le proporcionaba una vivienda en estas colonias para su alojamiento.
“Las casas, construidas a partir de 1885, eran básicas y de una sola planta. Las más grandes tenían aproximadamente 6 metros de largo por 4 metros de ancho, mientras que las más pequeñas medían alrededor de 3.5 por 2.5 metros”
“Eran unifamiliares, diseñadas para una sola persona, con un espacio que incluía una cama, un pequeño comedor y una cocina de dimensiones reducidas, equipada con solo unos pocos muebles. Estas viviendas no tenían baño y contaban únicamente con una letrina”
Posteriormente, de 1895 hasta 1939, los trabajadores de la minería comenzaron a pagar parte de su sueldo para el alojamiento, alrededor de cuatro francos al mes, más un franco por el servicio de energía eléctrica. Durante este período, se construyeron más casas, asignando viviendas básicas a los mineros, viviendas normales a los jefes de minería, y Chalette con cocina, estudio, recámaras y baño a los ingenieros.
Fue el huracán de 1938, cuando en la entidad se vivió uno de los más devastadores, que motivó la solicitud de trasladar las viviendas no ocupadas a La Paz. Al tratarse de viviendas desarmables, facilitó su reubicación. El entonces director de la compañía, Augusto Nopper, respondió a esta petición enviando alrededor de 20 viviendas desmontadas.
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Finalmente, recordó que estas acciones fueron realizadas por la señora Catalina Balbuena Escobar, quien documentó y elaboró una lista de personas necesitadas en 1954 que ocupaban estas viviendas.
Su labor altruista permitió que muchas personas obtuvieran casas de madera que fueron reubicadas en distintas zonas de La Paz , como El Esterito, El Manglito y El Santuario.