Chipilo, tierra ítalo-mexicana

Es una localidad ubicada en coordenadas 19'00'22'N98'19'50 y es un pueblo pequeño

Sandra Ricco | El Sudcaliforniano

  · sábado 15 de octubre de 2022

Chipilo es la tierra ítalo-mexicana...sí, por apasionada. Foto: Sandra Ricco | El Sudcaliforniano

La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Chipilo es la tierra ítalo-mexicana...sí, por apasionada.

Francisco envió desde Italia la réplica de la obra magnífica de Miguel Ángel: Nos recuerda una capilla romana fantástica, es la capilla sixtina que nos prometieron recorrerá toda la República Méxicana.

Inspiradora....

Luego de recorrer Cholula, de camino a Atlixco sobre los caminos de Puebla, no podía dejar de pasar a saludar a Chipilo y decirles Ciao!

Chipilo es una localidad ubicada en coordenadas 19'00'22'N98'19'50 y es un pueblo pequeño.

Sobre la carretera de Atlixco encuentro cierta libertad europea que hace respirar...

Fue en el año de 1880 cuando las tierras alrededor del mar Adriático se colapsaron, los habitantes de Veneto huyeron de la miseria y el hambre a pulso más amable: México.

Aquí se reúnen con la tierra fértil, el alma humana con valores y espíritu del trabajo arduo que ellos reforzaron. ¿Resultado? Abundancia sana y bien habida.

Solo tuvimos que cruzar 15 minutos para reencontrarme la Italia de mis ancestros. Quizá mejores que ellos.

A saber...

Que convivir con mexicanos por el amor de su elección que a su vez son italianos de nacimiento es estremecedor.

Porque...

¿Acaso necesitas monumentos? ¿Acaso necesitas museos de tremendo diseño?

No.

Y ¿los mejores restaurantes de clase mundial?

No.

Es su ambiente alegre, emprendedor, cultural y celestial que me convierte en su admiradora a nivel del mar.

Es lo que emociona: su fuerza y dignidad, su historia.

Su juventud es amigable y emprendedora. Que trabaja hombro a hombro cada día.

Los nativos de Chipilo llegaron en 1880, vinieron desde Veneto, Liguria y llegaron emocionados por la tierra nueva del cuerno abundante que es México -aún- creo..

Porque en su patria se había acabado la esperanza y sobre todo la seguridad de vivir.

Porfirio Díaz fue su anfitrión. Les guste a sus detractores o no.

Chipilo es sencillo y al mismo tiempo sofisticado.

Es delicioso.

Por sus quesos de fama mundial, su café italiano, y sus helados perfectos.

"Ciao bella", le dicen a la paisana morena.

La altura de Chipilo es su dialecto ancestral chipileño, una magistral combinación del italiano y lengua nativa de Veneto, Liguria y Segusino.

Ven, vamos a ver a la virgen del Rosario.

El ancestral reino italiano también está presente, es un aura delicada pero esforzada.

Vamos pues sobre las coordenadas del bien y el mal fundada en código postal.

Fuimos a visitar las vacas chipileñas, Sandro y yo ordeñamos algunas…

Tan hermosas y bien logradas que me recordaron a las de la campiña Suiza privilegiada.

La circunferencia de cosechas están bien trabajadas y valoradas.

Chipilo, una pequeña tierra adorada por el entonces reino de Italia que entonces pudo cuidarla y ayudarla.

De Piamonte son también sus hijos.

Ándale Sandra, come polenta de chipiloc en lengua Náhuatl.

¿Chipilo?

Chipiloc, donde corre el agua.

Las artesanías de Chipilo no faltan, son muebles esculpidos con maderas de la región y finas lacas.

Extrañas Italia? No. Aquí las tradiciones de Italia se preservan.

Mira: vamos a la Hacienda Chipiloc, hoy escuela primaria guiada por las monjas salesianas.

Invítame pues a la casa de Italia.

Mejor a la escultura de piedra más emblemática. Es la roca traída de Italia en 1914, está en el monte Grappa.

Está al lado del río seco Chipiloc.

La piedra da honor a los italianos muertos en batalla durante la revolución.

Un tal Zapata nos quería despojar, y al cerro de Grappa tuvimos que escalar para poderlo enfrentar, luego de esto pudimos ganar dignidad. Carranza nos felicitó.

Luego entonces nos invitaron a la casa de Italia, un recinto de encuentro y reflexión.

Así... entendí que estos campos verdes, tan hermosos como los campos de golf, traen el esfuerzo presente, como un valor visual que en sus jóvenes se preserva y se siente.

Nada más escúchalos hablar.

Llegamos a la tienda de quesos y embutidos de mi tocaya.

Impecables quesos acabados de llegar y los mapas en la pared de la bota italiana.

Ven a probar.

Y como es domingo, tenemos una exposición cultural de fotografía.

En blanco y negro me mostraron su historia, su pasado y respeto por el futuro.

Me dijo: Mi orgullo se enalteció por el México hospitalario de entonces. La diversidad es abundancia.

Tienen juegos de mesa, ¿no? Su juego es de pelota. La bocha.

Mira: le pegas a la bola sea de madera, piedra o mármol, es la bocha, de donde viene el boliche, ya tú sabes...

Sí, como nuestro juego de pelota prehispánico.

Terminamos con un helado delicioso, de técnica y tradición italiana, fruta excepcional, todo con absoluta calidad. Es la felicidad.

Chipilo: un icono de la tradición ítalo-mexicana valores y belleza a visitar y preservar.