La Paz, Baja California Sur.- Hablar del kiosco del malecón de La Paz es remontarse a la historia, donde el embellecimiento y la modernidad de la época habían llegado a la ciudad.
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El crecimiento poblacional que se vivía en ese momento obligó a llevar a cabo esta obra tan emblemática para la capital. El coronel Carlos Manuel Ezquerro, gobernador del Distrito Sur de Baja California, instruyó la construcción del kiosco en 1925 y posteriormente, un 5 de febrero de 1927, fue inaugurado.
El encargado de realizar el diseño fue el hijo del gobernador, Carlos Ezquerro Jr. la maqueta la realizaron Julián Galindo y su hijo Manuel Galindo, bajo la supervisión de Arnulfo Campos y Valente Andrade, quienes eran los mejores maestros albañiles de la época.
Un dato peculiar del kiosco es que originalmente no tenía escaleras, por ello cuando había una ceremonia o celebración, los músicos, mariachis y conductores de los eventos tenían que utilizar una escalera de madera, para entrar y salir.
Luego de 36 años los paceños quedarían conmocionados, pues en el año de 1963 el general Bonifacio Salinas Leal mandó derribar la estructura para construir una explanada con sus respectivas edificaciones de dos pisos que al mismo tiempo sirviera como un restaurante, quitándose en ese momento una identidad significativa para la región y para los sudcalifornianos.
En 1978, el gobernador Ángel Cesar Aramburo decide traer de nuevo al icónico e inolvidable kiosco, por ello se inician los trabajos para la demolición de la explanada del malecón, regresándose así una réplica casi exacta de lo que era el diseño original con el agregado de las escaleras, lo que despertó el júbilo y la alegría de la sociedad paceña.
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Hasta el momento, no hay un símbolo tan representativo en la zona Centro, como lo es el kiosco del paseo Álvaro Obregón y aunque ha tenido sus altas y sus bajas, siempre será un icono que nadie podrá olvidar.