Conny Madrid le canta a la muerte, conoce su historia

Trabaja de cerillo en un supermercado y le canta a los moribundos para tranquilizarlos

Aarón Romero / El Sudcaliforniano

  · jueves 17 de octubre de 2024

Desde 1958 es tanatóloga voluntaria y ayuda a enfermos en etapa terminal y a personas que han pedido un familiar. Foto: Aarón Romero / El Sudcaliforniano

La Paz, Baja California Sur.-Desde 1958 es tanatóloga voluntaria ayuda a enfermos en etapa terminal y a las personas que han pedido un familiar.

La señora Concepción Muñoz de Madrid mejor conocida como Conny Madrid tiene 84 años actualmente trabaja de “cerillo” en un supermercado pero desde hace 66 años se ha dedicado a preparar a las personas para morir y ayudar a las personas a superar la pérdida de un ser querido sin cobrar dinero a cambio, su trabajó lo ha realizado en hospitales como La Raza y Siglo XXI en la Ciudad de México y en otros estados y en La Paz.

Explica que la palabra muerte es muy fuerte por eso nunca la utiliza también procura siempre hablar de una transición a las personas y de tú a tú para tener mayor confianza al hablar a pesar de que muchas personas le sigan hablando de usted “y antes de partir las personas se liberan de sus cargas y penas como el rencor, el odio, el miedo” la conversación las dirige respetando las creencias de cada quien incluso a ateos.

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Conny Madrid profesa la religión cristiana y pertenece a la iglesia de los mormones sin embargo no hace proselitismo religioso en el proceso tanatológico.“No busco convencer a nadie de mi religión simplemente deseo ayudar a parar el sufrimiento de las personas por amor y servicio que es la razón de mi existencia”; detalla que las personas sufren por diferentes razones y una de ellas es por que no quieren morir.

También otras personas sufren por que ya quieren morir y no puede porque sienten el dolor de haber hecho algo grave como el haber quitado la vida a otro ser humano o por que no han sido honestos en sus tratos con las demás personas y tienen la idea de que se van a ir al infierno, muchas personas quieren morir por que la medicina ya hizo todo lo que se podía hacer en su cuerpo y no hubo respuesta al tratamiento y prefieren la muerte.

Foto: Aarón Romero / El Sudcaliforniano

CANTAR A LOS MORIBUNDOS

Menciona que algunas personas gastan todo su dinero en tratamientos para prolongar la vida y luego piensan que ya no es necesario ya vivir, otras piensan que ya que ya formaron un hogar criaron hijos son abuelos y sienten que su ciclo de vida ya llegó a su fin, también existen personas que nunca han podido llorar y llevan un peso en el pecho, que se les cierra la garganta a punto de morir el escuchar cantos les ayuda a liberar las cargas”.

Explica que ella se involucró desde pequeña con la tanatología cuando cuidaba a sus abuelos maternos hasta que fallecieron de avanzada edad con ellos platicaba “ellos me decían me duele el cuerpo y me duele el alma y yo no sabía que estaba pasando” pero aprendió de sus abuelos por que exteriorizan lo que sentían y así fue aprendiendo la tanatología de forma práctica.

Menciona que realizó algunos diplomados “la teoría de la tanatología es maravillosa pero mis diplomados ya no existen”, refirió que el hecho de acompañar a una persona en el momento de estar partiendo no se compara con nada debido al amor al prójimo que profesa “yo amo a mi hermano porque somos hijos espirituales de Dios y somos amados por él y nuestra vida tiene significado propósito y dirección” afirmó.

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Explica que los seres humanos vienen a aprender y a enseñar y que ella es feliz en la sencillez de su vida algunas personas la buscan para pedirle ayuda para superar la pérdida de un ser querido ya sea una mamá que perdió a su bebé y se encuentra destrozada o a una joven que perdió a sus padres y al terminar la conversación siempre intentan pagarle “pero yo nunca he cobrado por que para mí es un privilegio ayudar a otro ser humano”.

Explica que ella comprende perfectamente a las personas que han sufrido la pérdida de un familiar ya que ella perdió a su esposo y a uno de sus hijos las experiencias más fuertes de su vida pero nunca renegó ni reclamó a Dios por sus muertes más bien aceptó el hecho doloroso “si tu sabes a lo que haz venido sabes que un día tendrás que regresar pero cuando no tienes una creencia se reclama se grita, maldice se sufre”. concluyó.