Los Cabos, Baja California Sur (OEM-Informex).- En vísperas del Día de Muertos tuvimos que cavar 6 fosas, 2 el lunes y 4 el martes, “y las que vengan, porque la calaca no te hace esperar, llega puntual a visitar al que ya le toca viajar lejos y sin retorno”, dijo el sepulturero José Luis.
Al ser entrevistado José Luis, de oficio sepulturero desde hace 15 años, fecha en que se abrió el panteón II que se ubica por la zona rural, pasando la colonia Leonardo Gastélum en Cabo San Lucas, dijo estar contento en el trabajo como cualquier otro y es el que le toca hacer, porque a cambio recibe una paga para que no le falte el sustento en el hogar, “no me voy a hacer rico pero no me ha faltado el plato de comida en la mesa de mi hogar”, comentó.
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Expresó que hay familiares de difuntos a los que les toca hacerles la fosa y le preguntan, ¿No sientes nada cuando vas a sepultar las personas? “yo les contesto, no porque ni los conozco, pero cuando son familiares o conocidos si siento algo feo”. También, cuando son jóvenes de 11, 14 o 16 años que dejaron mucho camino por recorrer y un profundo dolor a sus seres queridos principalmente a papá y mamá, hermanos etcétera”.
“Yo por ejemplo hace 15 años perdí a mi única hija a los 2O años de edad y a un hijo de 28 años hace un año, estos han sido los peores días de mi vida, es un infinito dolor que no se puede explicar, como que te cortan una parte de tu cuerpo, de tu vida, de tu alma, y eso me trae recuerdos tristes cuando veo jóvenes de esas edades decir el último adiós”, explicó que a él no le tocó hacer la sepultura de sus dos hijos, fueron sus compañeros, “porque uno no tiene cabeza para eso”.
Externó que el tiempo es el mejor aliado que permite que las heridas vayan cicatrizando, pero jamás se olvida, allí sigue vivo el recuerdo de ese ser amado que se nos adelantó en el camino, dejando un hueco enorme en el corazón, y que es muy difícil de sanar.
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También dijo que durante la pandemia de Covid-19 le tocó hacer muchas tumbas a diario, tenían trabajo uno, dos tres o más, “actualmente ha disminuido, pero sí, cuando se viene la chamba se viene con ganas, la muerte llega puntual a su cita todo el tiempo y ni modo es caminito que todos vamos a recorrer”, dijo.
En cuanto a los costos por la tumba dijo que tratan de ser razonables y no elevar sus costos, “cobramos 5 mil pesos, pero incluye 80 bloques que cuestan 20 pesos, 4 bultos de cemento que tiene un costo de 300 pesos aproximadamente, varillas, arena, grava, y el triplay, así como la gente que va a excavar, “es un precio justo” dijo al concluir.