Comondú, Baja California Sur (OEM-Informex).- Ubicada a la orilla del arroyo que corre a través de la Sierra de la Giganta, se encuentra a 50 kilómetros al oeste de la Misión de Nuestra Señora de Loreto; el lugar fue explorado por primera vez en 1684 por el Almirante Isidro de Atondo y Antillón y el Padre Eusebio Francisco Kino, dotada por Don José de la Peña Castrejón y Salzines, Marqués de Villapuente, fue dedicada a Jesús de Nazaret, se fundó en 1708 por los padres misioneros Juan María de Salvatierra, Juan de Ugarte y Julián Mayorga, este último fue responsable de la construcción y quedó al frente de la misión hasta su muerte el 10 de noviembre de 1736.
Río abajo, a unos pocos kilómetros, el misionero Juan de Ugarte estableció una "Visita" que llevó por nombre San Miguel de Comondú, esto se debió a la escasez de agua, establecida por el padre Juan de Ugarte en 1714. La iglesia de piedra se construyó en 1750 por el Padre Franz Inama, la cual se convirtió en la única en la península con tres naves y por lo tanto con tres altares. Para 1793, cuando los jesuitas fueron expulsados, los dominicos reportaron los activos de la misión informando que contaba con 25 pinturas religiosas y 6 estatuas.
Fue una Misión muy próspera, donde sus habitantes produjeron uvas, higos, granadas, así como trigo, maíz, frijol, garbanzo y azúcar. Al fallecer el Padre Mayorga la misión y todo lo que contenía se reubicó en la Misión de San Ignacio de Kada-Kaamán y desde ese momento se le conoció como "Comondú viejo".
La misión dejó de funcionar en 1827 y actualmente no hay rastro de la misión ya que en 1930 un gobernador mandó dinamitarla. Así sólo se conservan la sacristía y la casa donde vivían los padres misioneros.
En los años 1972-1973 el Instituto Nacional de Antropología e Historia llevó a cabo obras de restauración sobre todo en el entortado de la azotea de la bóveda de cañón corrido, y detalles en los muros de mampostería de piedra.
La zona donde se encuentra ubicada la Misión ha tomado un lugar atractivo para el turismo, ya que se han realizado grandes proyectos de mejora y desarrollo económico por la comunidad, además de los eventos culturales y de otro tipo que se han promovido han hecho de este destino un mágico lugar para visitar.
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Los habitantes del pueblo siguen la tradición de los misioneros y continúan con la siembra de frutales, la elaboración de conservas, vino y talabartería, artículos muy apreciados por las personas que visitan este lugar.