Costa Alegre: Pulso Occidental

Con coordenadas amarillo y verde de semáforo Covid-19

  · sábado 3 de julio de 2021

Foto: Sandra Ricco | El Sudcaliforniano

Ubicada en el Pacífico mexicano, en Jalisco, es localiza la afamada Costa alegre. Entre Puerto Vallarta Jalisco y Manzanillo.

Esta es una línea costera lejana y virgen en gran parte, fue en 1973 cuando se trazo una carretera a lo largo de 281 km de playas impecables.

Llegar desde Puerto Vallarta es posible después de recorrer esa hermosa ciudad colonial cuyas calles empedradas desembocan frente al mar. Caminarla es muy romántico, su gente muy amable y sus galerías muy creativas.

Llegamos.

Manzanillo se renueva gracias al turismo de la región que pasa por ahí y visita el pueblo de pescadores Barra de Navidad, por su Isla Navidad.

La bohemia Costalegre es donde se encuentra Careyes, con espectaculares vistas al Pacífico y exuberante vegetación, desde donde veremos otra cara de nuestro biodiverso México. Todo ello mezclado con pueblos pesqueros, sitios exclusivos, resorts de lujo, fondas de comida casera, puestos de mangos, y playas desiertas y diferentes.

Sitio rodeado por manglares desde donde los árboles sobreviven desalinizándose y dando vida a especies de aves y peces en peligro de extinción como casi todas en nuestros tiempos.

Este es un viaje en carretera imperdible.

En Careyes se habla de una nueva aristocracia, que viene siendo una suerte de comunidad europea, de mayoría italiana que se ha asentado en la zona integrándose y aportando sus costumbres, dinero y apoyo a la preservación ecológica de la región. Personas generosas.

Porque Costalegre ha crecido lentamente, pero de modo sustentable, de tal suerte que en la mayoría de los desarrollos turísticos como La Manzanilla, Boca Iguanas, El Tamarindo o el Careyes han seguido este horizonte.

Nombres y árboles frutales alegres como Las guayabas, Las Alemandas se presumen en la carretera, rodeados de vegetación, frutas y flores exóticas, ¡muy tropical!

Pero el misterio de propiedades desérticas abandonadas y tal vez con un Faro viejo cuentan historias excéntricas de poder y gloria de años pasados, pero también de abuso de poder político ¿le suena?

Su paisaje verde, platanares tupidos y papayas se dejan ver por el camino, porque Costalegre huele a frutas.

Su gente constante, vende la colecta del día, y espera... para ver pasar al viajero y decirle adiós, o simplemente socorrerlo en algún servicio, todo para ganar dignamente unas monedas.

Montar a caballo es una tradición, que se ha vuelto un lujo con los torneos de polo, y clubs que son parte de la cultura local.

Porque turismo europeo hay, y uno que otro turista mexicano que ha decidido conocer la costa de Jalisco. Vamos a descubrirla!

Costa que transmite la naturaleza, en medio de una sencillez nativa, una sonrisa franca y sustentable en toda forma.

Sus fondas abundan por el camino, por lo que la sazón está presente en el recorrido, tortillas hechas a mano, en el comal con frijol de olla de barro y café con canela.

Ser de Costalegre es ser ligero, olvidarse por tramos y ratos del gran turismo, la crisis o la guerra de violencias, ellos, fuertes, se hacen al amanecer creando artesanías de la región o estudiando para ser Mariachis.

En otra playa como la de los muertos o la del sol, es donde es posible disfrutar del oleaje ejemplar y surfear o retar al mar...

Llegar a Barra de Navidad es recordar mi infancia de verano, con su isla ubicada frente a Playa Cochinos y el famoso hotel de enfrente que ofrece en plena orilla restaurantes deliciosos, es un pueblecito ancestral con niños y familias, y a buen precio, luego es posible tomar un paseo y cruzar en lancha al Grand Bay viendo el amanecer o atardecer.

Paradójicamente este es un sitio, para gente sencilla de espíritu, que es la que busca relajarse y disfrutar de la enorme biodiversidad de la zona y su aspecto solitario casi abandonado que espera ser descubierto por los elegidos con actitud exploradora... y de aquí hasta Punta Mita con alegría!

(Sin olvidar cubrebocas, gel y sana distancia).