La Paz, Baja California Sur, (OEM-INFORMEX).- Con la pandemia de Covid-19 crece entre gran parte de la población el temor a perder la vida; y no sólo el miedo personal sino también por el de perder a seres queridos y aunque la percepción de la muerte entre los mexicanos esté influenciada por el folklore de las canciones y el cine mexicano de la época de oro, con frases como “la vida no vale nada”, al final de cuentas todos, por un instinto de conservación, le tenemos miedo y respeto; Quien diga que no, está equivocado; estamos llamados a vivir y también por eso creemos en una vida eterna, señaló el padre Juan Gómez, vocero de la Diócesis de La Paz.
Y por eso, ser llamados a vivir nos lleva a cuidarnos y a sanarnos; quien piense que la vida no vale nada se convierte en un irresponsable y tampoco aprovecha lo positivo de esta vida que es maravillosa, dijo.
En ese sentido, coincidió en que con la pandemia de Covid-19 hay más temor a morir, sobre todo cuando el círculo se ha ido cerrando y la referencia no es de un tercero de tal o cual colonia, sino de alguien cercano a la familia o de un amigo.
Creo, dijo el líder religioso, que definitivamente la pandemia nos ha llevado a tener cierto miedo, aunque más que miedo a la muerte, hay que tenerle respeto en el sentido de que todos vamos a pasar por ahí y por tanto debemos estar preparados; el vivir con miedo y con angustias no es sano: Sabemos que nos vamos a morir, aunque no sepamos la fecha de caducidad de nuestra existencia; No abona para nada el vivir angustiados, como desafortunadamente está sucediendo con la pandemia, incluso por las secuelas que en algunos casos parecen irreversibles, agregó.
Sobre la posibilidad de qué en Baja California Sur se apliquen políticas como las de otras entidades en donde la permanencia de los cuerpos en las criptas es limitada a determinado número de años a diferencia de lo que sucede en esta entidad donde las tumbas son a perpetuidad, el párroco consideró que se tienen que buscar otros mecanismos, pensar en tumbas tipo condominios, en donde se puedan hacer cinco o seis niveles, de tal manera que se puedan ofrecer más espacios; Otra opción, sería la incineración, que significa solamente adelantar un proceso, añadió.
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Sobre la perpetuidad en las tumbas, vio la factibilidad de una regulación de ahora en adelante, aunque reservando un espacio en un área común y en un espacio digno para los restos de más de 20 o 30 años.
Finalmente el padre Juan Gómez informó que las misas en los panteones durante el pasado Día de Muertos se desarrollaron con orden y con tranquilidad, con una afluencia regular a los camposantos menor a la que se estimaba, aunque lamentablemente con una gran cantidad de criptas vandalizadas.