La Paz, Baja California Sur.- El Museo Regional de Antropología e Historia de Baja California Sur se ha caracterizado por colocar un altar de muertos de gran tamaño en la sala de exposiciones temporales, sin embargo, este año debido a la exposición Resistencia al Olvido, Memorias de la Inmigración China a Baja California Sur, el espacio se tuvo que reducir un poco su tamaño.
El primer altar de muertos del museo fue colocado por Cesar Piñeda Chacón, uno de sus directores, quien fuera director de la entonces Biblioteca Bilingüe de las Californias, ubicada en la antigua casa de gobierno en el Centro Histórico de La Paz por la calle Francisco I. Madero frente al Jardín Velasco. Él trajo la tradición de construir el Altar cada año.
Sergio Martínez Rosas, asesor educativo del Museo Regional de Antropología e Historia de Baja California Sur, mencionó que el 31 de octubre será inaugurado oficialmente el altar de muertos del recinto en honor a 5 personas: María del Socorro Villarreal Escarrega, una trabajadora del INAH México, un trabajador adscrito al módulo de San Ignacio, Aarón Josué Real Villavicencio y a tres familiares de trabajadores del museo.
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Elementos de los altares de muertos
Comentó que dentro de los elementos que lleva el altar de muerto se encuentra la comida que le gustaba al difunto, “no es una regla, pero si al difunto le gustaba la comida sudcaliforniana se coloca” explicó que otros años en el altar se ha colocado galletas roncadoras o marineras”, que es un tipo de pan duro muy común en Baja California Sur introducidas a la gastronomía en el siglo XVI por los navegantes y marineros.
Otro de los alimentos sudcalifornianos que se colocan comúnmente en el altar de muertos del museo son los burritos de machaca y se viste a una catrina con el vestido folclórico de la flor de pitahaya. Destacó que los elementos tradicionales de un altar tienen que ver con la llegada del alma al lugar de los muertos a través de la colocación de un arco de bienvenida, escalones donde se colocaban las ofrendas, el papel picado que representa el aire.
Llevan frutas, alimentos y objetos de uso personal de los difuntos. Los objetos comúnmente son producto del sincretismo religioso que surge a partir de la fusión de dos culturas cuando llegan a México los conquistadores españoles y tienen contacto con los pueblos originarios que ya tenían sus propios dioses ligados a la naturaleza como el aire, el sol, la lluvia, el jaguar, el río y cuando llegan los conquistadores traen a su Dios.
Cuando los europeos les mencionan a los pueblos originarios que ellos están hechos a imagen y semejanza de ellos comienzan a mezclar algunos elementos, “por eso vemos calaveritas de azúcar que es una costumbre mesoamericana”, explicó que la calaverita de azúcar significa que la muerte es dulce no como nosotros la imaginamos, “los mexicanos tenemos esa característica de que nos reimos de la muerte”.
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Detalló que en el altar de muertos también se colocan crucifijos y una imagen religiosa católica, entre otros elementos. Otro de los lugares donde se colocan altares de muertos son la Escuela de Música del Estado de Baja California Sur; el Archivo Histórico Pablo L. Martínez, y en la Unidad Cultural Jesús Castro Agúndez donde se hacen concursos tanto de altares de muertos como de catrinas y calaveras.