Hubo un lugar…
Recibe como una madre el aroma de comida mestiza de origen africano y colonizador que resulta sofisticado en el Caribe Cubano, a fuerza de confrontación.
Sus especias picantes se endulzan por los anfitriones que ofrecen azúcar a cada cucharada de verdad.
El piano de Bebo Valdés, interpretando Cuba linda… de mi vida, es sublime al recorrer calles que parecen salidas de películas de Pedro Infante, gran escenografía aún muy real en América Latina.
Bebo fue un músico ejemplar muy querido, un icono de la música cubana que, a saber, murió en Suiza.
Hambre siento como en plena Habana y la opción es arroz con plátano y cerdo como tradición en la Bodeguita Del Medio, sencillo y sano, comida de sobrevivencia que hoy requiere más calidad.
Observemos un paisaje nuevo…
Recientemente, Estados Unidos y Cuba están gestionando ser mejores amigos… Razón de más para visitar esta república socialista enclavada en las Antillas, en el mar Caribe, a la altura del Caribe Mexicano, como casi hermanos.
Una belleza color pistache… suave.
La Habana es muy retro porque se refleja en sus calles una ciudad aún detenida por el tiempo. Es hora de salir de esa decadencia.
Y es solo por su turismo, que va desde hippies revolucionarios hasta los más modernos viajeros de aventuras que en su mayoría van en busca de la Capital de Cuba.
Justamente en estos tiempos están emergiendo galerías y restaurantes con propuestas de arte moderno que se fusionan bien con su legado histórico.
Los mercados de artistas en esta latitud representan el socialismo de antaño.
Porque aquí los artesanos se encuentran agrupados en asociaciones de artistas, son llamados creadores y tienen un carnet que los identifica.
La Habana es un lugar que bien podría ser un pueblo fantasma, si no fuera por esa ligereza con la que sus habitantes se toman la vida, que cantan a capella.
La ruta a la Plaza de Armas es la misma de siempre, podemos seguirla, pero reinventar las rutinas de agencias de viajes es más sanador.
Porque las escapadas especiales o con restricciones, en una época en la que todo es casi idéntico y global… hasta la crisis!) quizá sea parte de la tradición a conservar.
Su himno es la Bayamesa… que llama a defender la vida como su Isla en los mares.
Nación Caribeña de cuerpos esculpidos o aborígenes… como les llamaban los Españoles en aquellos tiempos muy ignorantes. Paradójicamente, los colonizadores aportaron un arte arquitectónico barroco que aún conserva la ciudad, y es el convento de San Francisco de la Habana es la propuesta a conocer y perfeccionar.
Los Fuertes en Cuba existen aún, y fueron creados para combatir a los piratas, por lo que visitarlos es imperdible para conmemorar la libertad que debería de existir, como la de pensamiento.
A saber que Cuba, cuenta con excelentes atletas y médicos, debido, dicen, a ese aislamiento y sacrificio obligado. También sus bailarines son destacados.
Porque…
Fue difícil dejar de bailar en medio de la orquesta en vivo, con aquel cubano, alegre, entusiasta y atlético, pero tuve que soltar su mano…
Cuba…
Donde El Capitolio es una réplica del de Washington. Digno de una foto selfie desde ese más allá…
Interesante su alcance Global.
La influencia soviética se manifestó después de la Revolución, que contrasta con rascacielos neoyorquinos y también a las arquitecturas de réplica de Caracas, Venezuela, en fin, todo un mosaico internacional como lo es su Turismo arquitectónico a descubrir.
Los espacios naturales selváticos con áreas protegidas en Cuba como lo es la sierra del Rosario o el Baconao son sitios que ofrecen una ruta turística y que invitan a cuidar nuestro entorno, buena iniciativa.
Los jardines botánicos, sus playas y centros de baile también hay que ver, así como el paseo del prado son imperdibles paisajes naturales de la realidad.
“Se me olvid que te olvidé, a mí que nada se me olvida…”