La Paz, Baja California Sur.- En el panteón “Jardines del Recuerdo” de La Paz, este 10 de mayo, el bullicio característico de otras ocasiones parecía disminuir.
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Aunque las emociones no se miden por la multitud, sino por los corazones que acudieron a honrar a las madres en su día.
HA DISMINUIDO LA AFLUENCIA ESTE AÑO
Con más de dos décadas dedicadas a la venta de flores, Gilberto Valdez de la Peña, de 63 años, compartió sus observaciones sobre este día.
Entre puestos de flores y recuerdos, Gilberto reflexionó sobre la disminución en la afluencia de personas:
"El día de las madres, antes tan concurrido, ahora parece más tranquilo", reconoce el vendedor de flores artificiales. Comenta que antes era albañil, pero hace 20 años se lastimó la espalda y comenzó a vender flores en el panteón.
Las flores más vendidas son las económicas que tienen una imagen religiosa de San Judas Tadeo o la Virgen de Guadalupe, a 100 pesos. Los precios varían y pueden llegar hasta los arreglos de 600 pesos.
Aunque las ventas eran moderadas, Gilberto reveló que sigue diariamente su labor con amor y dedicación, honrando la memoria de los difuntos con sus flores, como vínculo eterno de amor y gratitud.
AMOR ETERNO Y UNA TRADICIÓN FAMILIAR
En el silencio del panteón, José Cristóbal Carlón Aguilar recordaba a su madre, Ramona Aguilar Márquez, y a su padre, Federico Francisco Carlón Pérez, fallecidos hace 10 y 11 años respectivamente, con una serenata.
Cantaba a pulmón junto a su hijo Miguel Ángel y su yerno, Cristian Lucero, tocando con maestría y una tarjeta sus brillantes guitarras en honor a sus ancestros.
Nos platicaron que estaban honrados de continuar una tradición arraigada en el amor eterno hacia aquellos que ya no estaban físicamente, pero vivían en los corazones de quienes los amaban.
Entre lágrimas y música, José Cristóbal compartió para El Sudcaliforniano la importancia de este día para su familia, como un momento para recordar y celebrar el legado de sus padres.
Las notas de "Amor Eterno" de Juan Gabriel resonaban en sus guitarras y a lo largo del día se escuchaban nuevamente en algún otro rincón de este panteón, recordando a todos la fuerza del amor que trasciende la vida misma.
UN ESCENARIO DE AMOR EN FAMILIA
Aunque la afluencia era menor que en años anteriores, el significado de este día perduraba en los corazones de aquellos que compartían momentos con sus seres queridos, incluso en la distancia que separa la vida de la muerte.
En cada visita, en cada flor colocada con cuidado, se manifestaba el amor eterno que une a madres e hijos más allá de la temporalidad. Algunas familias llevaban herramientas de limpieza, además de adornos florales y cubetas con agua para arreglar la tumba.
Otros contrataron algún trío norteño con acordeón, tarola y guitarra, que se hacían oír a lo lejos. A algunos les bastó con un celular y un altavoz para reproducir las canciones favoritas de sus mamás. Otros llevaban latas de cerveza para brindar, sirviendo también un vaso para mamá.
En este Día de las Madres, La Paz, Baja California Sur, se convirtió en un escenario de amor, gratitud y recuerdos. A través de la música, las flores y las lágrimas, se tejía un homenaje a todas las madres, recordando que su legado perdura en cada gesto de amor y en cada melodía que resuena en el corazón a la par de guitarras, alguna voz entrecortada y el emotivo sonido característico del acordeón.
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“Cómo quisiera, ay / Que tú vivieras
Que tus ojitos jamás se hubieran / Cerrado nunca y estar mirándolos
Amor eterno / E inolvidable
Tarde o temprano estaré contigo / Para seguir amándonos”
Alberto Aguilera Valadez.
