La Paz, Baja California Sur.- La conocida Panadería Karla, con 30 años de servicio al cliente, vende el pan de muerto desde que abrió sus puertas.
Como dice su eslogan “La tradición es lo que nos distingue”, este establecimiento ubicado en la calle Félix Ortega esquina con Legaspy en la capital de Baja California Sur, vende el pan de muerto original en varios tamaños y precios, pero también le ha dado su propio “toque”, por lo que hoy cuenta con una interesante variedad de este tradicional alimento mestizo, que tiene su origen en la época prehispánica, pero fue enriquecido con ingredientes que introdujeron los españoles.
“Tenemos más de 30 años vendiendo este producto, y como dice el eslogan, la tradición es lo que nos distingue. Tratamos de rescatar nuestras tradiciones”, comenta la persona que nos atiende.
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Menciona que son más de 100 variedades de pan las que tienen a la venta todos los días y en esta época del año, no puede faltar el pan de muerto que los clientes piden prácticamente desde el mes de septiembre.
Explica que desde que se fundó la panadería Karla en la ciudad de La Paz se vende el pan de muerto en este establecimiento, recordando que fue don Carlos, el encargado de productos, quien les enseñó a hacer este tipo de pan que lleva anís y canela.
Dijo que con el tiempo, a petición de la clientela, comenzaron a agregarle otros ingredientes como el endulzado con miel de agave, para las personas que quieren pecar un poquito; pero también cuentan con rellenos de chocolate Abuelita, de Carlos V, y de cajeta.
Comenta que la demanda es considerable, porque es un producto que ya está posicionado y los clientes identifican el sabor que la panadería Karla le da al pan de muerto.
¿Qué significado tiene el pan de muerto?
Al hablar sobre el significado de este pan, dijo que tiene elementos que retratan a la muerte, como el esqueleto, la tumba, los huesos, y la bolita que está arriba del pan, que es el cráneo.
Puntualizó que tienen pan de muerto de distintos precios, de acuerdo con la variedad que se quieran llevar los clientes, de manera que el chico original, por ejemplo, cuesta 30 pesos, pero también cuentan con uno grande de 170 pesos.
Expresó que en esta temporada por primera ocasión están haciendo un pan de talavera por los decorados que lleva.
“Así le puso la gente, porque están decorados con glas y les hacen figuritas. Tenemos un muchacho de producción que tiene una habilidad increíble para dibujar. Entonces, él los ha hecho. Son muy bonitos”.
La entrevistada, que no es de la ciudad de La Paz, comenta que ella creció en su estado, con la tradición del altar de muertos y el consumo de este delicioso pan de temporada.
Dijo que no recuerda si en la capital de Baja California Sur ya se vendía este pan, “creo que no”, pero subrayó que desde que se abrió la panadería Karla este pan se ofreció al público con una gran aceptación.
“Somos de Durango, entonces sí venimos con esas tradiciones. Aquí lo poníamos (el altar de muerto), nada más que por espacio ya no lo ponemos”, concluyó.
El pan de muerto es un tradicional pan dulce mexicano que se consume durante la celebración del Día de Muertos, 1 y 2 de noviembre. Su historia se remonta a la época prehispánica, cuando los aztecas y mayas ofrecían pan, hecho de maíz, a sus dioses y difuntos.
Con la llegada de los españoles, el pan de muerto se fusionó con la tradición católica de celebrar el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y los Fieles Difuntos (2 de noviembre). El pan entonces se hizo con harina de trigo, azúcar y otros ingredientes europeos.
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¿Cómo preparar pan de muerto?
El típico pan de muerto se prepara con harina de trigo, levadura, azúcar, sal, huevos, leche, mantequilla, anís y pasas.
Se amasa y se deja fermentar durante varias horas, se hornea y se decora con una cruz de pan y azúcar, aunque hay versiones que precisan que la bola que va arriba del pan es el cráneo, la cruz está representada con huesos, y las pasas y el anís, simbolizan la abundancia y la vida.
