Su muerte es tan misteriosa como su vida y sus obras; brindan una sensación de que algo se esconde detrás de todo lo que dicen de ellas. Sin embargo, a pesar de todo lo dicho tanto de la Baja California como de su vida, “preferimos la leyenda sobre la verdad”, como diría Karla Sotelo, quien concluye, “Su muerte pudo ser un crimen de estado, un crimen pasional o un suicidio”.
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“Se suicidó el periodista F. Jordán. Una de las grandes promesas del periodismo nacional, ha muerto en la forma trágica en que mueren los desesperados o los decepcionados: el suicidio”, anuncia en su primera plana el periódico Baja California el día martes 15 de mayo de 1956.
Ese día dicen que anduvo en su lanchita, fue al cine, por la noche le pidió algunas hojas y sobres al general Abente, por la noche escribió dos cartas, y quemó otros tantos escritos; él traía una pistola consigo para defenderse, sin embargo una de las versiones dice que se quitó la vida y otra que alguien entró por la noche y lo mató, convirtiéndolo en el primer periodista asesinado en el estado.
Muchas especulaciones surgieron a partir de ese momento; toda su vida se mitificó debido a los datos insuficientes para recrear su vida y explicar su muerte.
“Creo que académicamente en Baja California Sur no se ha estudiado a Jordán, y tenemos espacios como la UABCS, donde solo hay una tesis que se está trabajando a nivel posgrado; sin embargo hablar de Jordán interesaría para colocarlo de nuevo en un trabajo historiográfico que no se ha querido reconocer, pero él hace un recuento historiográfico; y tampoco está en las letras mexicanas con su trabajo periodístico”, Karla Sotelo.