Huele a lavanda…
Estamos en latitud de la que su nombre emana la grandeza de lo que fue.
La carretera transpeninsular número 1 de Baja California Sur nos conduce de Los Cabos hacia La Paz, pasando Todos Santos se encuentra la desviación hacia el pueblo histórico El Triunfo.
Bajar la velocidad es indispensable para entrar a otra dimensión de coníferas y campo abierto, internándospo Las pequeñas casitas que se dejan ver nos remiten a un pasado misionero del año 1750 cuando se fundó su sencilla capilla, un lugar silencioso que nos permite hacer peticiones.
Tiempo después, inmigrantes ingleses arribaron al poblado al saberse la existencia de las vetas de oro y plata que serían su brillante futuro.
Llegaron así buscando fortuna y decididos establecieron una empresa con una fuerte inversión en infraestructura como un ferrocarril, una enorme chimenea de 47 metros de altura llamada Ramona y otra a su lado más pequeña, llamada Julia.
Esta población se fundó al margen del sistema de misiones, con sus propias normas, llegando a tener 100 años después hasta 4 mil prósperos habitantes. Los presidentes mexicanos en turno apoyaron a estos empresarios con el afán de crear mayor bienestar, por lo que se establece así la carretera hacia La Paz y una línea telefónica que permite intercambios comerciales con otros poblados; e incluso se sabe que la minera era parte de un proyecto que abarcaba hasta la Alta California.
Fue un bastión de la economía sudcaliforniana para el siglo XVIII.
El Triunfo, palabra adjetivo y yo diría, sustantivo, de esta mini población que en tan solo unas cuantas calles nos muestra su legado cultural, una bonanza en sí.
Despacio y con paciencia…
Con cubrebocas, gel y sana distancia…
Porque el pueblo apenas va despertando de un largo letargo, rescatado entre la sociedad civil y el gobierno sus recuerdos y enseñanzas.
El museo Ruta de la Plata ofrece un viaje por el área que nos lleva hasta California y Texas, eso si, no se crean que hay un Mar de Cortés, no existe, es puro marketing, no hay mapa internacional, ni nacional certificado que lo nombre, se llama Golfo de California y hemos de preservarlo. Cortés nunca conquisto Baja California Sur.
Imperdible es disfrutar en el Museo, de su salón de té estilo Victoriano para el que hay que reservar y escuchar el concierto de piano, la pasticieria es rica, muy bien lograda la hora del té, un gusto que se recaten las tradiciones ancestrales de las que somos parte.
Vamos entonces a las ruinas a campo abierto y al mirador que nos muestra el pueblo entero.
Las piedras del camino brillan debido a los minerales heredados. Abierto se encuentra el cementerio Inglés que da cuenta de un orden de pensamiento y obra a su paso por esta tierra.
La música es uno de esos legados, que trajeron aquellos ambiciosos migrantes europeos, el Museo de la Música muestra una colección de pianos e instrumentos de la época.
Caminando llegamos a la heladería de la esquina, visible para todos, puras nieves de frutas exóticas locales.
Muy ricas.
Al lado una oficina de turismo se encuentra cerrada a las 12 pm en día de turismo y me dice una niña: Hace días que ya no hay mapas ni folletos.
Vamos entonces al Museo a probar su gastronomía, su paella es un hallazgo al fogón en pleno patio, un vino sauvignon blanc de Ensenada Baja Norte es un maridaje histórico y culinario delicioso que redime cualquier error sobre los mares.
Imperdible es el área de colección de piedras y minerales de Baja California Sur, podemos reconocer todo lo que vemos en las playas, el desierto y la montaña.
Sandro se decide por un cuarzo blanco para portarlo, símbolo de pureza, salud y bonanza.
El Triunfo, un sitio místico, que invita a recorrer sus calles, buscar y comprar sus canastas de artesanía, y su pan dulce recién horneado.
Van mis mejores deseos de año nuevo para que el poblado El Triunfo, despierte de su letargo hacia una nueva realidad que significaría vivir del turismo, a saber, que no fue la desesperación lo que motivaba a emprendedores extranjeros a picar piedra hasta hacer del Triunfo eso, una tierra de bonanza, donde la misión en sí era las siguientes palabras: El progreso, el Triunfo.
Salud, Amor y Dinero les deseo para este 2022 queridas lectoras y lectores. Saludos! Bendiciones!