La Paz, Baja California Sur.- Las experiencias de discriminación, desigualdad de género y violencia machista contra las mujeres, se vive y normaliza en los entornos sociales. En particular, si hablamos de aquellas que poseen una edad mayor a los 60 años.

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Bajo la noción de las violencias estéticas, las cuales abarcan situaciones y discursos incrustados en el andar cotidiano, como la gerontofobia, las mujeres de edad madura suelen ser rechazadas individual y socialmente, al ser catalogadas como aquellas que han perdido ciertos atributos de belleza y valor; una gran parte de su razón de “ser mujer” en el tejido sociocultural.

Por ello, a partir de su historia de vida, aunado a las formas de habitar el género y el cuerpo, Irina Márquez decidió realizar el proyecto "Mujer: Tiempo, Espacio, Paradigma Holográfico"; una exposición fotográfica pensada desde hace cinco años, con sede en el municipio de Comondú, que invita a resignificar la percepción y representación de las mujeres y el envejecimiento, así como promover el empoderamiento de las mismas a través del arte.

"Realmente tiene un trasfondo de perspectiva de género. Quiero empoderar a la mujer desde esta perspectiva de la edad. En estos tiempos los estereotipos están muy fuertes, en todo lo que son los medios de comunicación; siempre mediando conforme a la imagen estipulada, que estamos acostumbrados: la mujer joven, la mujer delgada... Y que a veces estos estereotipos nos hacen daño en las emociones, psicológicamente, físicamente, todo eso”, explicó Márquez.

La fotógrafa y creadora, quien también es diseñadora de modas y doctoranda en Ciencias Sociales: Desarrollo Sustentable y Globalización (DESYGLO) por la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), entre otros desarrollos profesionales, se posiciona ante el cuestionamiento y reflexión de los medios de comunicación en torno a los estereotipos de género que, en su mayoría, se rigen bajo un sistema heteronormativo y patriarcal.

Esta exposición se inspira en la mujer en su etapa madura, cercana a la vejez; y se vincula con la reivindicación del valor de la sabiduría, la fuerza y la valentía al pasar los años. Asimismo, como una fémina no objetificada, sin ser representada exclusivamente por su cuerpo o apariencia física; en especial, puesto que “en la actualidad, la vejez se vuelve molesto para nuestra sociedad, y en realidad es todo lo contrario... Antes, se utilizaba en muchas culturas que la mujer fuera la dirigente de toda una tribu, la que toma la decisión, la que hiciera cosas distintas; entonces, ¿Ahora por qué no retomar eso?", destacó Márquez.

Así, Rosario Rivera, Blanca Baldenegro, Eva Andrade, Verónica Guerrero, Sandra López, Amalia Soto, Julieta Badouin, Delfina Cárdenas y Bertha Salaices son quienes protagonizan las historias que desafían y resignifican las normas culturalmente establecidas hacia quienes cumplen una edad madura. Entre ellas, se encuentra su madre, una mujer que por varios años ha organizado salas de lectura en la región.

Visibilizar a la mujer mayor en el futuro es parte de la esencia motivadora del proyecto, comentó Márquez; ya que “hay muchos universos en los que podemos pensar que podemos terminar en un futuro. Y al final, la vejez está presente. O sea, todas vamos hacia allá, entonces es importante empoderarlas; y quise hacer un estilo editorial para que vean que no se necesita ser modelo o tener ciertas medidas o ciertas tallas para verse editorial, para verse de revista, para verse espectacular”, expresó.

“PERDÓN” POR MI CUERPO

El cuerpo comprende un sinfín de momentos de vida incrustados; abarcan sensaciones, percepciones y significaciones que pueden derivar de situaciones de violencia en relación a la construcción de la imagen corporal.

Si bien, el proyecto surge con base en sus conocimientos de fotografía de Boudoir y retrato femenino, esa violencia enmarcada sobre la apariencia física, según Márquez, es perceptible e invisibilizada. Por ejemplo, el “disculparse” por el cuerpo que tienen al momento de ser fotografiadas y retratadas.

"Siempre llegan disculpándose en una sesión por alguna parte de su cuerpo... "¡Ay! Solamente que la pancita, solamente que esto, solamente que el otro"... Entonces, disculparte por tu cuerpo es el indicio de que ahí comienza, o sea, ahí está todo. Justo tenemos estos aprendizajes muy arraigados, que tienen que ver que desde niñas a lo mejor te dijeron "y, no comas tanto porque te vas a poner gordita", ¿No? O "no te pongas eso" Tú propia madre te dice, porque eso le enseñaron a ella. En México es muy marcado. Y todo esto, ya sabes, el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado; los tres "dragones" que nos afectan”, contó Márquez.

TRES TIPOS DE FUTURO

El arte vanguardista y el futurismo, a través de los destellos propios del movimiento tecnocultural “Cyberpunk”, son plasmados bajo tres escenarios del futuro: natural, industrial y tecnológico, especificó Márquez. En ellos, la mujer mayor se encuentra brindando sabiduría, honrando la vida y los aprendizajes incrustados en sus trayectorias.

"Quise que fuera local; que se viera en los paisajes, que se viera la gente, pero como si fuera una película... Como si realmente fuera un futuro y que cada quien interpretará. Son tres tipos de futuros: el natural, el industrial y el tecnológico. En el natural, ellas están vestidas con colores de la naturaleza y también envueltas como en un ambiente natural. El industrial fue a través de estructuras abandonadas que se miraran como máquinas, y con inteligencia artificial agregué algunos elementos como robots y cosas así muy de ciencia ficción; porque también esto tengo dentro de mi bagaje cultural", señaló.

"El futuro tecnológico es cuando uno se imagina que los carros andan volando, que incluso hasta a lo mejor tenemos contacto con seres de otros planetas; puse algunos algunos como objetos voladores y cosas de este tipo, luces holográficas y los vestuarios también eran de ese tipo. Entonces, cada visión con diferentes perspectivas”, ahondó.

Para que el proyecto se plasmara justo desde la idea de Márquez, de forma exitosa, tomaron la decisión de aventurarse hacia lugares abandonados, algunas áreas desérticas, entre otras ubicaciones que representan un ícono en el municipio comundeño. Por ejemplo, las zonas de siembra de algodón.

Los vestuarios vanguardistas proyectan una visión futurista, en conjunto con la escenografía y los espacios de las sesiones. El equipo de maquillaje y peinado, lo comprendieron Lily Ramírez y Betzy Lizárraga, en el municipio comundeño.

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Las mujeres que participaron como modelos son oriundas y residentes de Comondú; no obstante, el proyecto pretende exhibirse en diversas entidades de la república, es decir, convocar a que participen otras mujeres, incluyendo en asilos, pese al reto que pudiera suceder en torno a la logística.

“Mujer: Tiempo, Espacio, Paradigma Holográfico” refleja un modo de denuncia, establece un juego de elementos culturales, artísticos, económicos y tecnológicos, que otorgan dirección hacia una utopía posible; un futuro feminista sustentado entre la cotidianeidad más íntima de cada generación.

La exposición consta de 37 fotografías y se ubica en el salón cultural Rafaela Vizcaino (atrás de la casa amarilla), por boulevard Agustín Olachea Avilés entre Álvaro Obregón y Nicolás Bravo, en un horario de 10:00 a 19:00 horas. Seguirá abierta hasta los primeros días de septiembre.