La Paz, Baja California Sur.- Ya sea por el ambiente, la botana, o inclusive las promociones que ofrecían en cierta hora en específico; de forma anónima, las y los paceños respondieron ante la pregunta: ¿Cuáles son las tres cantinas más antiguas de La Paz?
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Alrededor de 40 personas respondieron al cuestionamiento. En ese sentido, las cantinas mayormente mencionadas fueron: “La Todosanteña”, “China Town” “Cuatro Vientos”, “La Mexicana”, “La Sirena”, “El Íntimo”, “El Misión”, “La Luna Bar”, “La Cantina de Don Conrado de La Peña” y “El Bahía”.
Tales cantinas solían estar en funcionamiento desde los años 40, y por lo regular se encontraban ubicadas por el centro histórico. Otras, como el caso de La Luna Bar, por el barrio El Manglito. Esto fue lo que comentaron algunos habitantes.
“La Sirena fue de mi papá en una época. Ahí tenía de cantinero a José Morales (Josesón) (...)”, expresó un ciudadano.
“En El Bahía se comía una rica caguama”, comentó otro habitante.
“La Todosanteña; en Valentín Gomez Farías entre Morelos e Hidalgo de (Bertha la chaparra)... es la que me acuerdo bien desde los años 70s.... era de mi barrio (centro)... Muy buena persona Bertha; QEPD, tenía un carrito azul marino era un falconcito creo ...iba con mi nanita a comprarle tamales y menudo, muy platicadora”, expresó una ciudadana.
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Otros, mencionaron el Hotel La Perla como uno de los establecimientos más populares para tomar unos tragos y disfrutar de unas cervezas, con vista al mar; “muchos acudían a ver peleas y encuentros de béisbol” y “daban buena botana al mediodía” aseveró la población testigo de aquellas épocas.
Mientras; en menor medida se mencionó el “Kilómetro 10” ubicado en Chametla. Aunque, se mencionan los posibles restos actuales de dicho lugar. También, se comentó sobre “El recreo”, localizado por la calle 5 de Mayo, así como “El Semáforo”, “El Rocamar”, “El Talismán” y “Pepe’s bar”.
REMEMORAR LAS ANÉCDOTAS
Existe una gran posibilidad de que diversos bares y cantinas no se encuentren plasmadas aquí. No obstante, ante todo, traer a la memoria aquellos momentos y anécdotas vividas en este tipo de lugares, demuestra cómo el corazón de Baja California Sur se caracterizaba por un entorno amigable, tranquilo y con una calidez en su gente.