La Paz, Baja California Sur (OEM - Informex).- La mayor problemática que están presentando las familias actuales, son respecto a la falta de disciplina, los modelos son inadecuados, los padres de familia solo están peleando, el ambiente familiar es dañino, las discusiones son continuas, y los niños y niñas están recibiendo toda esa negatividad.
Los jóvenes de hoy en día no guardan el respeto hacia sus autoridades, sus maestros, el director o directora de la escuela, pero tampoco tienen respeto a sus padres, ni a su familia. Las cifras de divorcios, son el resultado de la falta de compromiso, y de un gran número de índices de violencia familiar, lo cual es lamentable.
No estamos brindándole a nuestros hijos tiempo de calidad, donde de verdad escuchemos sus problemas, sus inquietudes, lo que a ellos les interesa. Tratemos de darles a nuestros hijos un tiempo de calidad, donde lo más importante sean solo ellos, un tiempo sin celular, sin televisión, ni nada que pueda interrumpir este momento.
Las dificultades económicas, pueden ser la causa de frustración y enojo, pero en vez de solo culpar o auto sabotearnos a nosotros mismos, tenemos que buscar soluciones a estas dificultades. Si no tenemos el suficiente dinero podemos llevar a nuestros hijos al parque, o a pasear en bicicleta si ya tienen una, o simplemente sentarnos con ellos y jugar con ellos.
El evitar las comparaciones entre los hermanos, darle a cada uno su lugar, su importancia, su espacio, es sano para ellos. La falta de negociación está afectando las relaciones en general, tanto laborales como en la familia, los hijos ya no hacen caso, no obedecen, no tratan de negociar algo de su interés, de hecho, los jóvenes no tienen compromiso, no se comunican.
Las pláticas cotidianas ni siquiera se llevan a cabo, la familia se sienta a la mesa a comer, y cada quien tiene un celular, no existe esa conversación familiar del día a día, lo cual está generando un gran problema de falta de comunicación. La tecnología nos está rebasando, estamos más pendientes del celular que de nuestros hijos, nuestra familia.
Es importante conocer a nuestros hijos, crear esas bases comunicación, de confianza, darles ese tiempo, estar con ellos y sentarnos a escucharlos realmente, interesarnos en sus cosas. La comunicación es básica en todo momento, y es algo que se está perdiendo.
La falta de voluntad, de querer, es algo que como sociedad nos está fallando, en la familia también se refleja, queremos que el niño se porte bien y sea respetuoso, obediente, pero que es lo que verdaderamente les estamos enseñando.
Las escuelas están para brindarles conocimientos, pero no están para formar a los niños y niñas, ese aprendizaje ya lo tienen que traer de sus casas los pequeños, sin embargo, los padres alegan que la escuela tiene que formar a sus hijos, y esto no es así. Los educadores no pueden hacer todo este trabajo, si los padres ni siquiera tienen tiempo para sus hijos.
Los comportamientos inadecuados de los pequeños se dan porque quizá lo que están aprendiendo en casa no sea lo más adecuado, o sientan que de alguna manera así llamaran nuestra atención. Sea cual sea lo que ocasione este comportamiento, debemos de ponerles atención y preguntarles porque actúan de esa manera, el dialogo es vital, para poder corregir estas conductas inapropiadas, no se trata solo de regañar, se trata de enseñar.
La familia tiene que ser ese modelo a seguir, ese lazo de unión, ese motor que te impulse a hacer las cosas de la mejor manera, si cambiamos esta forma de ver a la familia, quizá tengamos a una sociedad más unida, consolidada y con menos problemas.
La falta de cooperación entre hermanos, la poca tolerancia, el poco respeto a la autoridad, están creando una sociedad llena de conflictos bastante fuertes, jóvenes con poco interés en hacer las cosas, jóvenes que no respetan a sus mayores, que descalifican a las autoridades, pero está en nosotros cambiar este panorama, enfocándonos en nuestra propia familia.