Historia de la celebración del Día de Todos los Santos

Estamos en una de las fechas más importantes de México, en donde se rinde tributo a los fallecidos

Adriana Márquez | El Sudcaliforniano

  · miércoles 2 de noviembre de 2022

El 1 de noviembre es el día en el que las almas de los niños y más jóvenes visitan sus tumbas o los altares en las casas de sus seres queridos. Foto: Alberto Cota | El Sudcaliforniano

La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- Según la historia de México, desde el 28 de octubre de cada año se cree que hay almas que bajan para estar en la tierra, ese día se ofrenda a los fallecidos de manera trágica, por violencia o accidentes; el 30 y 31 son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados. Mientras tanto, el calendario católico designó el 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos y corresponde a los niños o muertos chiquitos.

El Día de todos los Santos corresponde a una fiesta religiosa que no sólo se celebra en México, sino también en la mayoría de los países de tradición cristiana. Durante la Fiesta de Todos los Santos también se rinde homenaje a los santos cristianos, ya sean conocidos o desconocidos.

El papa Gregorio IV fue quien instauró un día para conmemorar a todos los santos. Y aunque no hay una historia firme acerca del por qué el pontífice escogió el 1 de noviembre para ello, se cree que la elección vino dada para que coincidiera con una de las festividades paganas de los pueblos germanos, para cumplir con uno de los objetivos de la Iglesia, que era el de ir acabando paulatinamente con las fiestas paganas en favor a las cristianas.

Dicha festividad comenzó a celebrarse en el siglo IX, aunque la conmemoración comenzó a extenderse antes, a raíz de la persecución de Diocleciano, conocida como la Gran Persecución, una de las últimas persecuciones de cristianos que tuvieron lugar en el Imperio Romano.

La Iglesia Católica celebra el Día de Todos los Santos como una fiesta solemne en la que conmemoran a aquellos difuntos que lograron superar el purgatorio y alcanzar la santificación. Lo que les permitió finalmente obtener la visión beatífica y la vida eterna en la presencia de Dios. Motivo por el que en el 1 de noviembre se conmemora no sólo a aquellas personas que han sido canonizadas, sino a todos los que viven en el Reino de los Cielos.

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En la Iglesia Primitiva se acostumbraba a celebrar el aniversario luctuoso de un mártir en el lugar del martirio. Y ya que comúnmente los grupos de mártires fallecían el mismo día, se acostumbraba a realizar una celebración común. Sobre todo, debido a que durante el Diocleciano el número de mártires era muy alto y no se podía separar un día para conmemorar la vida de los hermanos en la fe.

La iglesia marca que, el primero de noviembre es el día en el que las almas de los niños y más jóvenes visitan sus tumbas o los altares en las casas de sus seres queridos. Para ello, familias se preparan para recibir a lo más pequeños de casa a quienes.