José perdió la vista en un accidente pero no sus ganas de superarse

El comerciante adquirió desde muy temprana edad su habilidad para desplazarse por las calles, ahora en La Paz

Aarón Romero / El Sudcaliforniano

  · viernes 13 de septiembre de 2024

Comerciante invidente vende productos de limpieza en un crucero de La Paz. Foto: Julián García / El Sudcaliforniano

La Paz, Baja California Sur.- José Humberto Navarro, es un comerciante invidente que perdió la vista en un accidente a los 6 años en su natal, Sonora. El hecho lo dejó ciego de por vida, una experiencia de la cual no quiso hablar y prefirió explicar cómo con voluntad y necesidad aprendió a moverse libremente por las calles; aseguró que como perdió la vista desde niño ha sido más sencillo moverse a diferencia de los adultos que quedan ciegos.

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“Yo ya tengo mucha experiencia en esto, de andar solo en la calle”, aseguró y explicó que no es la primera vez que lo entrevistan por su discapacidad física. José, vende artículos de limpieza en Colima y Licenciado Primo Verdad, en La Paz: “vengo a esta esquina a diario desde hace 3 años para vender mis trapeadores, escobas y cubetas”. Estos insumos de limpieza, él mismo las arma, arregla y vende para mantenerse.

En un carrito de ruedas similar al de los supermercados lleva trapeadores, escobas, cubetas; herramientas para armar y reparar los utensilios de limpieza y un viejo radio el cual emite música que alegra su jornada laboral que inicia todos los días de la 1 de a las 6 de la tarde, asegura con orgullo que él puede hacer todo lo que las personas pueden hacer aún careciendo del sentido de la vista.

Su vida ha pasado por los vaivenes de las parejas; se casó, tuvo un hijo y posteriormente se divorció y ahora vive con su nueva pareja. Esa ha sido su historia durante los 24 años que tienen viviendo en La Paz, sin embargo, últimamente ha disminuido su caminar por las calles debido a la proliferación de vehículos en las calles; sin embargo, el punto que eligió lo fue por la amplia circulación de vehículos y clientes.

Explica que durante los tres años que diariamente va a vender sus productos de limpieza ya se ha aclientado y lo buscan para comprar trapeadores, escobas, y cubetas. El precio de un trapeador, por ejemplo, es de 70 pesos. Mencionó que muchas personas lo han ayudado a promover sus productos e incluso existe un grupo de apoyo para sus ventas, una iniciativa de ciudadanos de buena voluntad.

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Las autoridades municipales no lo molestan, cuenta con su credencial de persona con discapacidad y una pensión de la Secretaría de Bienestar, con lo que se ayuda, refiere que muchas personas que se dicen ayudar a personas con discapacidad en realidad no lo hacen, “solo se aprovechan de uno y se benefician, cuando uno les pide ayuda no ayudan” lamentó.