En San Antonio, uno de los pueblos del municipio de La Paz, nació José Lino de Jesús Manríquez Martínez, puede que para muchos este nombre no resulte familiar. Para poder adentrarnos al mundo de este hombre que, también es considerado un héroe, vamos a contar una leyenda.
Nos remontaremos a un 3 de septiembre de 1855, fecha en que nace el protagonista de esta historia que ha aterrado a algunas personas por la crudeza con la que ha sido narrada.
Siendo el tercer hijo entre el matrimonio de doña Esperanza Martínez y José Miguel Manríquez, un militar que participó en una de las luchas que marcaría su vida, no sólo por el hecho histórico que representó, pues como algunos sabrán, luchó contra Juan Napoleón Zerman, quien apoyaba al General Manuel Márquez de León.
La vida de la población en la entidad cambió pues, había revueltas que alteraron el orden de las cosas. Hubo pesquisas entre los que se encontraban luchando.
Un 11 de noviembre de 1866 con apenas 11 años, el hijo de José Miguel, se dio cuenta de la situación precaria en la que se encontraba su padre en una pequeña celda, y en un acto de solidaridad con su progenitor, decidió alimentarlo. Nadie imaginaba lo que vendría poco tiempo después.
Pidió piedad para su padre y esto fue lo que respondió el cabo Crispín Sandez “Para qué quieres piedad si es un bandido malhechor y esta tarde, a las cuatro en punto, será pasado por las armas en el paredón de La Ciénega”.
De inmediato el niño le pidió un trato a Crispín “¿Me da su palabra de hombre y de soldado de respetar la vida de mi padre si yo me ofrezco para que me fusilen a mí?”.
El soldado aceptó, y el niño fue amarrado. Se cuenta que el padre fue testigo de este cruel acto que generó pánico entre todos los que presenciaron este suceso.