A las faldas del volcán Popocatépetl entre barrancas y ríos, y lo que fueran cascadas abundantes, quizá las que soplan al oído la Leyenda de la Mujer Dormida, creada por el pueblo mexica, el México prehispánico.
Cuenta la leyenda que el guerrero de nombre Popoca amaba tanto a una princesa que fue a enfrentar la batalla, al regreso victorioso del campo de guerra se encuentra con la muerte de su amada princesa. Así, sube al pináculo del templo con ella en brazos y se entregan a sí mismos como ofrenda a sus dioses quienes aceptan el sacrificio de su amor no consumado, y para conservarlos inmortales y eternos, son transformados en volcanes para siempre.
Y fue el padre de la bella Iztaccíhuatl quien envío a Popo a la guerra prometiéndole que la tendría de retornar victorioso. Ella recibe la noticia de que su amado ha muerto en guerra y lo espera muriendo de pena cubierta de nieve, Y es posible ver a la mujer cuando nieva, yace recostada. Así Popo desde sus entrañas aun, arroja fuego a la tierra con rabia ciega por la perdida de su amada que fuera la mas hermosa hija de Tezozomoc.
Porque es en estas hermosas historias de amor en las cuales México sostiene su identidad. Y quizá por ello la tristeza a saber que no se concreta la verdad de la historia, y que siempre la traición, la envidia y el odio y desamor ganan.
Cerca, Cholula, Morelos y Estado de México colindan con estos bellos volcanes, y de ser la actividad violenta serían los más afectados, por la grava ardiente.
Del nahuatl Popocatépetl (el que humea, volcán o monte ) se ubica en los limites a 55km del sureste de la Ciudad de México. El Popocatépetl es volcán activo de forma simétrica y cónica; y está unido por el norte con el Iztaccíhuatl, el más alto con una altura de 5,458 metros sobre el nivel del mar.
Nevados a veces el Popo tiene una edad aproximada de 730,000 años y altitud 5,452 msnm.
Cerca está Tetela del Volcán, el pueblo que recibe al turista en un convento restaurado y construido durante la invasión española en 1521, vestigios de artesanía y textil dan fe del paso de España, pero fue antes de Cristo cuando la cultura olmeca se asentó aproximadamente mil años antes dejando rostros monumentales de piedra volcánica que luego retomaron los toltecas, quienes creían en Quetzalcoatl y lo esperaban en una suerte de guía para su nuevo mundo, confundidos.
Es el convento de Tetela del Volcán el que guarda en sus frescos resturados y sofisticados la esencia del paso religioso por el lugar, sencillo edificio y precioso a la vez representa el espíritu renacentista de la época, y todo en medio de dos volcanes que dan origen a un lugar de refugio y reflexión para los monjes, de retiro que se utilizaba para la reevangelización cristiana, al modo europeo.
Los monasterios que rodean al Popocatpetl fueron nombrados patrimonio de la humanidad UNESCO en 1994, la danza y el vestuario aun son parte del folclor.
Zonas de reserva ecológica se siguen preservando, desde la cercana Puebla.
Amecameca y Morelos son parte de la ruta que domina el legado volcánico, una ruta imperdible con reservas ecológicas, monasterios y gastronomía única, mezcla del pasado, presente y futuro de la potencia a ser de un México luchón.
Delicias, como los caldos al hoyo a fuego lento, cabrito, lechón y coliflor, vegetales y barbacoa... dulces multicolor, rompope todo con sabor a tierra volcánica ancestral.
Teotihuacan es parte de este legado ubicado muy cerca, con la pirámide del Sol y la Luna cargadas de energía siempre y más terrenales por supuesto, parecieran una ofrenda a estos dos dioses, que se convirtieron, luego de entregarse en sacrificio por amor… imaginario colectivo de sus pobladores.
Porque son estas leyendas patrimonio histórico y cultural del México más auténtico, que ha dado inspiración a más de un cantor como Serrat y su Penélope.
Son éstas parte de la identidad, quizá sostén e ilusión del trabajador, el niño(a) y el empresario, hermosas leyendas de amor que de existir una nueva, espero en mi imaginario se lleve a cabo y no deje más estela de tristeza en el mexicano, que se ha quedado también con la idea de traición y desamor, que en ellas han ganado fuerza.
Escribo que en un nuevo legado sea el de una realidad más feliz y grandiosa, que el guerrero llegue a tiempo... y cese el azufre de un volcán que refleja la frustración de un pueblo entero.