/ martes 25 de octubre de 2022

Las calaveras de azúcar nos recuerdan que lo único seguro es la muerte

Grandes tradiciones mexicanas evocando la época prehispánica

La Paz, Baja California Sur, (OEM-Informex).- Dentro de las grandes tradiciones emblemáticas, místicas, del más allá, precursoras en nuestra sociedad mexicana, las cuales evocan un pasado de la época prehispánica las calaveras o calaveritas de azúcar, es un recordatorio constante de que desafortunadamente lo único que tenemos asegurado es este paso hacía la muerte, la vida y la muerte fungen un pasado legendario en una línea delgada del mundo de los vivos y el mundo de los muertos, el plano terrenal y el más allá aún desconocido por la ciencia. La muerte representa el paso inevitable de una vida terrenal hacía un lugar desconocido lleno de misticismo, mitos y leyendas urbanas.

Las calaveras de azúcar son de las ofrendas más recurrentes que son colocadas en los altares de muertos sobre todo los días 1 y 2 de noviembre en nuestras tradicionales fiestas mexicanas en honor a la celebración del Día de Muertos celebrada en México. Estas simpáticas calaveras creadas con azúcar también pueden venderse como las calaveras de chocolate y las de amaranto, sin embargo las calaveritas de azúcar son las más popularizadas en el mercado mexicano y las más consumidas en estas fechas que ponen de manifiesto nuestras grandes tradiciones mexicanas de antaño que año con año son celebradas en las familias mexicanas.

Tanto en los hogares mexicanos como en los panteones y otros espacios, nuestros altares tienen calaveras de azúcar con los nombres de los difuntos, siendo una decoración muy usual para celebrar el sagrado Día de Muertos, además puede ser una golosina para chicos y grandes, pero en su connotación sus orígenes se remontan a los alfeñiques. Estas figuras de cráneos humanos eran utilizados con fines de honrar a los dioses en el pasado, eran asignados con el nombre del difunto o se regalaban con el nombre de una persona viva para recordar el destino escrito hacía la inevitable muerte.

En estas tradiciones de origen prehispánico desde sus raíces más antiguas y remotas era importante honrar a los dioses y a los muertos. Su elaboración de las calaveras de azúcar son similares a la elaboración del alfeñique, mayormente difundido y elaborado en Guanajuato y Toluca, entre otros lugares dentro del territorio mexicano. Básicamente su preparación es a base de azúcar, clara de huevo, limón y una sustancia llamada chautle, su elaboración de estas piezas artesanales requiere mucha paciencia y dedicación.

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Dichas ofrendas se utilizan mayormente para decorar los altares en el Día de Muertos, donde además de les colocan diferentes objetos que dan referencia a las preferencias del difunto, con platillos que le gustaban a la persona fallecida, flores, velas, sal, y algunos elementos de gran importancia tanto para su paso al más allá como para este festejo tan relevante en México. Dentro de las creencias populares se maneja que el alma de las personas difuntas es alimentada con la esencia de estas ofrendas que se comen una vez que haya concluido la fiesta.

Un recordatorio constante hacía nuestros seres queridos que ya no se encuentran en el plano terrenal dando un paso inevitable hacía la muerte, las calaveras de azúcar son consideradas como artesanías en un legado de la época prehispánica de nuestros ancestros, en un arraigo de la preservación de nuestras tradiciones mexicanas y una cultura llena de significados pasados, donde las ofrendas aseguran el paso a un descanso eterno superando los niveles del inframundo.

La Paz, Baja California Sur, (OEM-Informex).- Dentro de las grandes tradiciones emblemáticas, místicas, del más allá, precursoras en nuestra sociedad mexicana, las cuales evocan un pasado de la época prehispánica las calaveras o calaveritas de azúcar, es un recordatorio constante de que desafortunadamente lo único que tenemos asegurado es este paso hacía la muerte, la vida y la muerte fungen un pasado legendario en una línea delgada del mundo de los vivos y el mundo de los muertos, el plano terrenal y el más allá aún desconocido por la ciencia. La muerte representa el paso inevitable de una vida terrenal hacía un lugar desconocido lleno de misticismo, mitos y leyendas urbanas.

Las calaveras de azúcar son de las ofrendas más recurrentes que son colocadas en los altares de muertos sobre todo los días 1 y 2 de noviembre en nuestras tradicionales fiestas mexicanas en honor a la celebración del Día de Muertos celebrada en México. Estas simpáticas calaveras creadas con azúcar también pueden venderse como las calaveras de chocolate y las de amaranto, sin embargo las calaveritas de azúcar son las más popularizadas en el mercado mexicano y las más consumidas en estas fechas que ponen de manifiesto nuestras grandes tradiciones mexicanas de antaño que año con año son celebradas en las familias mexicanas.

Tanto en los hogares mexicanos como en los panteones y otros espacios, nuestros altares tienen calaveras de azúcar con los nombres de los difuntos, siendo una decoración muy usual para celebrar el sagrado Día de Muertos, además puede ser una golosina para chicos y grandes, pero en su connotación sus orígenes se remontan a los alfeñiques. Estas figuras de cráneos humanos eran utilizados con fines de honrar a los dioses en el pasado, eran asignados con el nombre del difunto o se regalaban con el nombre de una persona viva para recordar el destino escrito hacía la inevitable muerte.

En estas tradiciones de origen prehispánico desde sus raíces más antiguas y remotas era importante honrar a los dioses y a los muertos. Su elaboración de las calaveras de azúcar son similares a la elaboración del alfeñique, mayormente difundido y elaborado en Guanajuato y Toluca, entre otros lugares dentro del territorio mexicano. Básicamente su preparación es a base de azúcar, clara de huevo, limón y una sustancia llamada chautle, su elaboración de estas piezas artesanales requiere mucha paciencia y dedicación.

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Dichas ofrendas se utilizan mayormente para decorar los altares en el Día de Muertos, donde además de les colocan diferentes objetos que dan referencia a las preferencias del difunto, con platillos que le gustaban a la persona fallecida, flores, velas, sal, y algunos elementos de gran importancia tanto para su paso al más allá como para este festejo tan relevante en México. Dentro de las creencias populares se maneja que el alma de las personas difuntas es alimentada con la esencia de estas ofrendas que se comen una vez que haya concluido la fiesta.

Un recordatorio constante hacía nuestros seres queridos que ya no se encuentran en el plano terrenal dando un paso inevitable hacía la muerte, las calaveras de azúcar son consideradas como artesanías en un legado de la época prehispánica de nuestros ancestros, en un arraigo de la preservación de nuestras tradiciones mexicanas y una cultura llena de significados pasados, donde las ofrendas aseguran el paso a un descanso eterno superando los niveles del inframundo.

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