Fueron los misioneros los que introdujeron la cultura europea en la península.
El punto de inicio fue San José del Cabo en 1730 por el jesuita Nicolás Tamaral, quien fue sacrificado por una rebelión cuatro años después de su llegada.
La vida sencilla de esa época incluía que los misioneros recibieran cada año en mercancía su sueldo, a los marineros se les pagaba en especie.
La regla para fundar una nueva misión es que fuera una porción de tierra con agua, tierras cultivables y población que las trabajara. Así se fundaron alrededor de las misiones los llamados pueblos de visita, unos parajes cerca de las siembras o donde podían llegar indígenas de alguna ranchería.
Fue en 1767 que por los motivos obscuros que tienen que ver con la negación de los Jesuitas a participar en invadir y saquear la península, (pues ellos conocían bien de la bravura de los nativos y su resistencia) cuando El Rey Carlos III de España, quien había enviado a religiosos para abrir camino a través de la evangelización, les castigo con su expulsión de la orden religiosa, no solo de la península, sino de Toda América. Así en 1767 se embarco a los 16 Misioneros Jesuitas desde Loreto dejando atrás años de arduo trabajo evangelizador, pero que no prospero en términos de conquista material.
Pero las Misiones seguirían.
Es en 1768 que son enviados desde España los Franciscanos a encargarse de las misiones que levantaron los Jesuitas antes de ser expulsados.
Se reunieron en Loreto aproximadamente 20 misioneros.
Los Franciscanos no tuvieron grandes logros, se dedicaron a tratar de restaurar la confianza y la fe, luchando por restablecer, la autoridad y el respeto que tenían los nativos hacia los Jesuitas.
Administraron las misiones desde San José del Cabo hasta Santa María de los Ángeles.
Y a realizar expediciones terrestres.
La presencia de los Franciscanos en la península fue hasta 1773 cuando se marchan y entregan el trabajo de sensibilización religiosa a los Dominicos.
Eran tiempos turbulentos, en los cuales llegaban embarcaciones de países como Inglaterra y Rusia, con el afán de conquista.
Sin embargo, empeñados en España con las Misiones como vía de invasión, envían a un Visitador a la península y hasta la alta California que es hoy San Francisco, Estados Unidos.
José de Gálvez el visitador del Virreinato, hace expediciones marítimas para hacer presencia dentro de las misiones, que eran muy valoradas por el avance que se había hecho con los nativos.
Los Dominicos se habían llegado en 1772 bajo el liderazgo de Fray Vicente Mora.
Se enfrentaron así a las grandes tareas de las labores evangelizadoras, hostilidad y rechazo de indígenas, abastecimiento, y temperaturas extremas…
Llego la epidemia, problema que había surgido recientemente y no era característico de México. Epidemia de Sífilis y Viruela que se dice según datos históricos fueron enfermedades traídas de España.
Los dominicos construyen en la península 9 misiones hechas de adobe y muy sobrias.
Ellos debían atender la zona montañosa hasta la frontera y buscar recaudar fondos para explorar hasta el río colorado, en la Geografía de aquella época.
Como consecuencia de su movilidad y su dispersión como grupos, no desarrollaron complejos lazos sociales.
Para Hernán Cortés no fue fácil la pretendida conquista de Baja California.
De hecho no lo logro. El primer desembarco fracasó, en el segundo hubo un motín de marineros, luego, el capitán Jiménez y sus marinos lograron desembarcar en la bahía de La Paz en 1533. Estos primeros europeos informaron de la existencia de perlas negras en la región, lo que hizo que el mismo Cortés viajara a estas tierras.
Cortés recorrió la costa sur de la península, y por dos años intentó establecer un asentamiento en el puerto de La Paz; sin embargo debido a la falta de comida y agua potable, además de la hostilidad de los Guaycuras, se vieron obligados a irse.
Años más tarde, los barcos españoles encontraron en el Estero de San José el lugar ideal para surtirse de agua dulce y hacer una parada en su viaje desde Acapulco hasta Las Filipinas.
Por supuesto que la noticia llegó rápido a oídos de piratas ingleses y daneses, quienes encontraron en las costas un lugar ideal para asaltar los galeones españoles siempre cargados de oro, plata, perlas y otros bienes recogidos en la península y lo que hoy es todo México. Actualmente las Misiones se encuentran bien preservadas y son parte del acervo histórico de Baja California Sur, son visitadas por el turismo cultural.
Imperdible darse una vuelta por las Misiones, recintos misteriosos a descubrir.