La Paz, Baja California Sur.- Luis, un padre de familia originario de la Ciudad de México que por razones de una separación conyugal emigró a La Paz con la firme esperanza de mejorar sus condiciones de vida con un empleo bien remunerado vive en situación de calle.
No desea que sus hijos se enteren que trabaja lavando carros y que duerme a la intemperie en un estacionamiento.
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Desde hace medio año se encuentra en esta situación subsistiendo con el trabajo de lavador de carros, durmiendo a la intemperie en el estacionamiento de la tienda Ley que está en la calle 5 de Mayo. En una esquina del exterior del establecimiento sobre un trozo de cartón se ubica el lugar en donde duerme.
Entre unos trapos guarda un pequeño reproductor de música de baterías con dos bocinas, viste unos pantalones, camisa y una vieja chamarra negra al estilo de los rockeros de los años noventa, a unos metros de él duerme una persona del estado de Veracruz cubierta con una cobija color café que le cubre de pies a cabeza.
“Me pongo a barrer y a juntar la basura del estacionamiento para que me permitan seguir aquí”, compartió para El Sudcaliforniano. Asegura que no ha sido fácil su permanencia en ese lugar, ya que ha recibido amenazas y golpes de algunos transeúntes pero también ha recibido el apoyo de personas de buena voluntad: “una persona me regaló un tinaco para almacenar agua para el lavado de los automóviles”, señalando un recipiente color azul.
Dijo haber terminado la secundaria y continuar estudiando la preparatoria en el sistema abierto con la ayuda de una maestra de la cual no recuerda su nombre. Vive en la calle por que no cuenta con el dinero suficiente para poder rentar un cuarto a pesar de que una persona ya se lo ofreció; al escuchar que existe el albergue de Mamá Benita se le humedecieron los ojos y solicitó el número telefónico para llamarle y pedirle un lugar.
Explicó que no deseaba que sus hijos se enteren de las condiciones en las que se encuentra viviendo actualmente ya que no tiene nada, antes contaba con cobija y una casa de campaña la cual le robaron, con mucho esfuerzo adquirió un teléfono celular para poder llamar a sus hijos, el cual lo tiene prestado, se mostró agradecido con las personas a veces y le regalan cosas, dijo sentirse enfermo con dolor de garganta.
Según el censo 2020 del INEGI la emigración a Baja California Sur se ha ido incrementado 6.2% desde el 2015 por lo que es probable que circunstancialmente también el número de personas sin hogar se vaya incrementando con la emigración por ejemplo en La Paz según datos publicados recientemente por este medio autoridades estiman que en La Paz existen entre 20 y 70 personas en situación de calle.
Una de las principales factores causas es que muchos trabajadores del campo son reclutados de otros estados de la república para trabajar en campos agrícolas lugares en donde se les brinda alojamiento y empleo pero también algunos de estos trabajadores terminan en la calle cuando existen diferencias con las empresas que los constataron, al perder su documentación personal y no conocer a nadie quedan en situación de calle.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la esperanza de vida de las personas que viven en la calle se encuentra de entre los 42 a los 52 años lo que representa 30 años menos que la población en general con casa debido a que no tener hogar afecta las relaciones sociales e impacta la salud física y mental favoreciendo conductas adictivas, desestructuración familiar, desnutrición, hipotermia, depresión y paranoias.
La Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México define a las personas de la calle como un grupo social heterogéneo y diverso integrado por niñas, niños, jóvenes, mujeres, hombres, personas con discapacidad, adultos mayores y personas con diferentes condiciones de salud que pueden llegar a formar familias al relacionarse con otras personas en situación de calle formando sus propias comunidades y redes de apoyo.
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Las personas consideradas como un grupo prioritario y en derechos humanos con problemas complejos y múltiples debido a que han sido personas invisibilizadas por la sociedad en general, y discriminadas por su condición de calle que viven y transitan en el espacio público en donde generan y desarrollan sus propias formas de subsistencia
Según el portal de la asociación Hábitat para la Humanidad México, en México la mitad de la población mexicana no cuenta con medios para comprar o construir una casa lo que equivale a 14 millones de familias y 60.6 millones de personas sus ingresos no les permiten hacerse de un patrimonio propio.