La Paz, Baja California Sur. (OEM-Informex).- Miguel Ángel Alba Díaz, obispo de la Diócesis de La Paz, durante la misa de este domingo 8 de octubre aseguró que no somos dueños sino administradores de nuestro entorno.
Durante la misa de las 10 de la mañana que se transmite por redes sociales, en la catedral de Nuestra Señora de La Paz, el obispo invitó a todos los católicos a dar frutos de justicia de paz, amor y libertad al hacernos conscientes de las consecuencias que acarrea nuestro proceder sobre nuestro entorno y sobre nuestro cuerpo “a veces creemos que es cosa de Dios lo que nos pasa cuando en realidad es consecuencias de nuestra conducta”.
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Explicó que el hombre tiene el deseo de ser dueño y no solamente administrador de la vida que deberá dar cuentas al referir “hoy una mujer, un hombre reclaman su derecho, es mi cuerpo, puedo hacer lo que yo quiera, puedo drogarme, puedo suicidarme, puedo mutilarme, puedo tatuarme, puedo abortar por que es mi cuerpo, no es tu cuerpo, ese cuerpo lo recibiste de Dios y de ese cuerpo tendrás que dar cuentas, no es tu cuerpo”.
“No puedes hacer lo que te de tu gana con el, eras hombre y quieres ser mujer, eras mujer y quieres ser hombre, no es tu cuerpo no es tuyo, no te pertenece, un día tendrás que dar cuentas, y lo mismo dígase de otros tantos, como el empresario que se siente dueño de la empresa y da salario de miseria y se enriquece” al cuestionar sobre si podrá un empresario sobrevivir sin tus trabajadores, sin tus proveedores, sin tus ejecutivos”.
En una homilía centrada en la encíclica publicada el 4 de octubre por el papa Francisco acerca de la ecología llamada Laudate Deum (Alabado sea Dios) por los dones de su creación, explicó que la encíclica habla de la desertificación del cambio climático que en el planeta y de la extinción de de la vida humana y de toda forma de vida situaciones que tienen su origen en el hombre en la ambición, la avaricia, en el deseo de poseer no en Dios.
“Ahora vemos a nuestro país ahora vemos la vida de tantas familias que se dicen católicas, de tantas personas que se dicen católica, inclusos de muchos de nosotros consagrados que hemos sido objeto de especial predilección de parte del Señor Nuestro Dios y a veces nos va mal y reclamamos como si eso fuera una injusticia como si eso fuera contra todo derecho el señor nos llama como al pueblo de Israel a ponernos en la cara un espejo”
“Pueblo de México que haz hecho con el amor de Dios, con todo ese cuidado que Dios que siempre te ha dado y ahora te quejas, ahora me hablas de los muertos por la violencia, ahora hablas de feminicidios, ahora me hablas de desaparecidos, ahora me hablas de pobreza, ahora me hablas de un sistema de salud de mala calidad, ahora me hablas de una educación deficiente”.
Aseguró que cada católico está llamado a ser piedra viva “en este edificio que el señor está construyendo”, “ustedes me llaman pastor y obispo por que el señor me encomendó apacienta mis ovejas, apacienta mis corderos”, “me han dado una encomienda, pero yo no soy el señor, yo no soy el esposo de la iglesia, yo no soy el dueño de la iglesia de la diócesis, de la parroquia, ni los bienes me pertenecen, tendré que dar cuentas”.
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“Y lo mismo aplica en la política, el país no te pertenece, no puedes hacer con el país lo que que te venga en gana también tú estás sometido a la Ley como en la iglesia el obispo está sometido al evangelio a la revelación, a la palabra de Dios sí, no eres dueño del Estado, no eres dueño del Municipio, no eres dueño de nada y si no das buenos frutos posiblemente este pueblo sea entregado en manos de otros que sí sepan dar los frutos que esperamos”.
“Por que teníamos expectativas pero esas expectativas no se han cumplido, la palabra de Dios ha sido clara, la palabra de Dios nos ha hablado, la palabra de Dios nos interpela, tu esposa, no no es tu esposa, no eres el dueño de tu mujer, se te dio compañera, no esclava, tu esposo, tus hijos, no eres dueño de tus hijos, no puedes vender a tus hijas, no puedes subastar a tus hijas, no son tuyos, no te pertenecen el dueño de la viña espera”.