La Paz, Baja California Sur.- Aunque inicialmente el ahora expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador no tenía intención de desprenderse de su reloj, la presión de las redes sociales y los medios, que criticaban su uso de un "reloj caro", motivó al entonces ejecutivo federal a cumplir la promesa de sortear su reloj en la última conferencia de prensa.
Julio Omar Gómez Sánchez, periodista sudcaliforniano que radica en CDMX y reportero de la fuente presidencial, narró su sorpresa al ser “agraciado” ganador del dispositivo, mismo que, afirmó, rechazó una oferta de compra cercana a un millón de pesos.
Comentó que el reloj es de la marca japonesa Momentum, y se convirtió en objeto de interés desde que el exmandatario, conocido por su estilo austero, lo mencionó en sus conferencias mañaneras.
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"El reloj no tenía consideración de ser regalado ni rifado, pero un día al presidente se le ocurrió hacerlo. Lo criticaron en redes por usar un reloj supuestamente caro, pero él no es apegado a las cosas materiales y dijo que no tenía problema en rifarlo al final de su mandato".
¿Cómo se rifó el reloj de AMLO?
El día de la última mañanera llegó, y la promesa del sorteo del reloj se cumplió. Ésta se llevó a cabo de forma sencilla, con papeles en una tómbola, y fue Carmen, una periodista de Televisa, quien actuó como "manosanta" al sacar el nombre ganador.
"Muchos periodistas se anotaron, pero solo quienes cubrimos la fuente de manera regular tuvimos derecho a participar en la rifa. Sinceramente, no me lo esperaba, salí agraciado y me sorprendí mucho".
El reloj, sin embargo, resultó no ser el artículo de lujo que muchos especularon. Tras investigar en la página web de la marca, confirmó que se trata de un modelo accesible y funcional, nada comparado con los relojes de lujo que suelen portar figuras públicas.
"Es un reloj sencillo, de una marca japonesa llamada Momentum. No es un reloj caro ni de alta gama”.
Aunque el reloj no tiene un alto valor económico, para Gómez Sánchez representa algo mucho más valioso. El periodista asegura que el reloj no está en venta y que no tiene planes de deshacerse de él.
"Es parte de la historia del país y, para mí, tiene un gran valor sentimental. Definitivamente, no lo voy a vender ni rifar. Me lo quedo, porque lo aprecio mucho."
La decisión de no vender el reloj no ha impedido que varias personas intenten adquirirlo; sin embargo, insiste en que el valor del objeto trasciende lo material.
"Ya me han ofrecido recompensas, incluso una cifra cercana al millón de pesos. Para algunos será de gran aprecio y valor, más allá del precio que puedan ofrecer"
A pesar de rechazar ofertas de compra, Gómez Sánchez no descarta la posibilidad de compartir el reloj con el público en el futuro.
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"No soy egoísta. En algún momento, tal vez las personas quieran conocerlo, porque realmente es una pieza histórica".
El periodista ve el reloj como un símbolo de un capítulo importante en la política mexicana, y aunque no lo venderá, no cierra la puerta a que otras personas puedan admirar.
Para el sudcaliforniano, el reloj que alguna vez portó López Obrador tiene un significado que va más allá de su simple funcionalidad o costo, al reiterar que se trata de una pieza de la historia reciente de México, un testimonio de la simplicidad y austeridad que caracterizó a uno de los presidentes “más emblemáticos del país”.