La Paz, Baja California Sur. – En la colonia 8 de Octubre, en La Paz, los murales que surgieron durante los días 26 y 27 de octubre captaron la atención de toda la comunidad.
No se trataba de simples obras de arte urbano, sino de una manifestación visual que daba voz a la historia de Yeimi Alondra Aguirre, de 21 años, quien fue reportada desaparecida en Cabo San Lucas el 27 de septiembre.
Detrás de los murales estuvo el colectivo o crew Baja Clan Familia (BCF), un grupo de grafiteros que decidieron permanecer en el anonimato, pero unir su talento por una causa común: la visibilización de la violencia y la desaparición de personas.
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Según uno de los integrantes del colectivo, la idea de pintar estos murales fue algo repentino, una decisión que nació desde la urgencia de expresar algo que ya todos conocían a través de las redes sociales y que, como padres, amigos o simplemente seres humanos, no podían ignorar.
“Ya tenía la información sobre lo que había pasado y, siendo padre de familia, sentí que tenía que hacer algo”, compartió el artista.
Sin firmar sus nombres ni buscar notoriedad, los integrantes buscaron darle un significado a un espacio que, para ellos, debía convertirse en un recordatorio.
“No queríamos hacer una producción para lucirnos. Esto era para darle voz a Yeimi Alondra Aguirre y que la gente se dé cuenta que podría ser su hija, su sobrina o su amiga la que está pasando por algo así”, afirmó uno de los participantes.
Los murales son impactantes, llenos de colores vibrantes que contrastan con la seriedad del mensaje. Retratan la fragilidad y la esperanza, provocando una reacción en quienes los observan. Para BCF, el propósito del arte es, más allá de embellecer un muro, dejar una enseñanza.
“Pintar algo que no dice nada es lo que menos espera el creador. Nosotros buscamos que el mural toque fibras, que haya una reacción. Para mí, el arte debe enseñar, debe transportar, debe tener un propósito”, mencionó el grafitero.
El mural dedicado a Yeimi Alondra Aguirre se ha convertido en un punto de encuentro para la comunidad. El arte de BCF ha logrado lo que pretendía: generar conciencia y reflexión.
No queremos lucrar
Sin embargo, los murales también se enfrentaron a desafíos. “No quisimos firmarlos para no lucrar con el dolor ajeno, simplemente se trataba de hacer algo porque sentimos que debíamos hacerlo”.
Esta decisión refleja una intención pura de conectar con la causa y no con la fama. El caso de Yeimi Alondra Aguirre es uno más de una larga lista de desapariciones, y los artistas esperan que estos murales ayuden a mantener viva la memoria de quienes no están.
La respuesta de la comunidad ha sido positiva y para muchos, ver el mural significa enfrentar una realidad dolorosa, pero necesaria.
BCF considera que el arte urbano tiene un papel crucial en visibilizar problemáticas sociales, en este caso, la violencia de género y la desaparición de personas.
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“El arte puede mover muchas cosas. Puede educar, provocar y reflejar lo que vivimos. Y eso es lo que intentamos hacer”, concluyó uno de los artistas.
Los murales en la colonia 8 de Octubre ahora forman parte de su identidad, una señal visual que recuerda a todos que Yeimi Alondra Aguirre podría ser cualquiera, y que la lucha por la justicia y la memoria no debe detenerse.
La fuerza de los colores y las imágenes no solo embellece el barrio, sino que lo convierte en un grito colectivo por la conciencia social.