Prefieren perrijos que niños

Indican mujeres y hombres que la pandemia fue factor determinante

Raymundo León / El Sudcaliforniano

  · miércoles 17 de abril de 2024

Mujeres prefieren la compañía de una o varias mascotas a quienes cuidar sin condiciones. Foto: Cortesía / Jorge López

La Paz, Baja California Sur.- De acuerdo con Stanley Coren, quien dirige el Laboratorio de Percepción y Neuropsicología de la Universidad de British Columbia en Vancouver, Canadá, “las tasas de natalidad en todo el mundo están disminuyendo notablemente” y eso está relacionado con variables psicológicas y socioeconómicas.

Lee: BCS se une a campaña de grafiti tejido 2024

El doctor explica que las mujeres millennial (nacidas entre 1969 y 1981) que no planean tener hijos comentan que la pandemia de COVID-19 influyó en su decisión.

Las mujeres actuales sin hijos afirman que prefieren la compañía de su mascota a la de los niños y las que han optado por no ser madres, que es más fácil una mascota que tener un hijo.

Revela el especialista que el 49% de estas mujeres cree que las personas con hijos están más estresadas que las personas sin hijos; el 41% dice que no quiere criar a un niño en las condiciones actuales del mundo; el 42% cree que no hay suficientes programas y recursos disponibles (como atención médica y cuidado infantil asequibles) para ayudar a los padres a criar a un hijo.

El 38% siente que criar a un hijo requiere demasiada energía y tiempo; el 33% cree que criar a un hijo infringiría su libertad; el 32% dice que está priorizando su carrera o educación; y el 43% de ellas afirman que es simplemente demasiado caro criar a un hijo.

Ahora bien, ¿por qué las parejas prefieren una mascota a un hijo? La psicóloga Reyna Lucero Nava, del Centro de Terapia de Pareja y Familia de Baja California Sur SC, comentó que esa es una decisión muy personal, la cual no debería ser un tema de debate social, pues cada ser humano es libre de decidir cómo desea vivir la vida o su relación de pareja.

Sin embargo, entre los motivos sobre esta decisión está que las parejas jóvenes bien estructuradas establecen planes de vida en dónde la preparación profesional, la adquisición de bienes y el logro de diversos objetivos personales, superan por mucho la maternidad y la paternidad planeada y esta se ve retrasada en el deseo de ser padres (30 o 35 años), lo que no quiere decir que durante este proceso aprovechen los beneficios de una mascota.

Otro motivo, es la estabilidad emocional y económica. Actualmente, mencionó, no ha estado muy bien la economía, por lo cual es común ver treintañeros viviendo aún en casa de sus padres o parejas que sólo pueden pagar un alquiler ante la imposibilidad de adquirir una renta propia.

La frustración de no poder lograr ciertos objetivos propuestos, a corto o mediano plazo, puede generar un sentimiento de incapacidad para afrontar la paternidad, por lo que tener una mascota puede ayudar a sobrellevar la realidad, dijo.

Un motivo más es el deseo de no tener hijos, lo cual es una de las afirmaciones que más controversia suele causar, especialmente entre grupos de mujeres dónde son duramente juzgadas.

Frecuentemente da paso a preguntas como: ¿Pero van a ser ustedes dos solos toda la vida?, ¿Qué va a pasar si cuando envejezcas cambias de opinión?

Aseveró que hay seres humanos que no imaginan otro mejor propósito en la vida que tener descendencia, pero también hay quiénes no desarrollan este deseo, no les interesa y eso también está bien.

“Hay que dejar de pensar que tener una mascota es para llenar un vacío, en realidad lo hacen porque les gustan los animales, porque quieren, porque pueden y listo”, apuntó.

Otro factor, mencionó, es el feminismo actual. La emancipación femenina, la eliminación de conceptos preconcebidos que relacionan a este género directamente con la maternidad y con la formación de una familia convencional.

“Hoy en día las mujeres son más independientes y desarrollan aspiraciones profesionales incluso con mayor determinación que el hombre”, expuso.

Abundó que otro motivo es la incapacidad para concebir (infertilidad), de manera que aunque no es necesariamente una razón para tener un perrito, en lugar de hijos, es una respuesta que les ayuda a esa incapacidad e incluso es posible ver perros o gatos “humanizados”.

Muchos podrían pensar que existen otras formas para convertirse en papás, sin embargo, nadie sabe lo que experimenta una pareja durante el proceso de la búsqueda de hijos, por lo que tampoco se está en la posición de opinar sobre la forma en cómo se afronta su realidad. Si éstas prefieren tener mascotas en lugar de hijos no tendrían porqué justificarse o ser juzgados por ello, afirmó.

La doctora Judith Moreno Berry, rectora de la Universidad Mundial de la ciudad de La Paz, manifestó que las mujeres están abandonando la idea de tener hijos ante los retos que plantea la sociedad moderna.

Dijo que un ejemplo radical es el de Corea del Sur donde el crecimiento de la natalidad se detuvo porque las mujeres ya no quieren casarse ni tener hijos, y es qué si lo hacen cuando quieren regresar a su empleo ya no las contratan.

Es un país con una cultura de trabajo extenuante, con jornadas laborales de 16 a 18 horas diarias, por lo que las empleadas escasamente tienen una vida personal. Entonces deben tomar la decisión entre tener una vida de éxito profesional o una vida de hogar, a sabiendas de que tienen que dejar de lado la oportunidad de triunfar profesionalmente, expuso.

Abundó que en norteamerica las mujeres hacían su vida profesional y alrededor de los 40 años comenzaban a tener hijos, con los riesgos de salud que eso implicaba, asumiendo también que posiblemente no los iban a ver llegar a la Universidad.

Suscríbete aquí a la edición digital de El Sudcaliforniano

Hoy, dijo, ya no quieren tener hijos, sino “perrijos”, “gatijos” y hasta “cerdijos”, indicando que no se puede juzgar a las mujeres que no quieren tener hijos y sí hacer mucha investigación sobre lo que pueden hacer los gobiernos para alentar la maternidad, pensando en el futuro, pues países como Corea del Sur en dos décadas va a tener la mitad de su población con más de sesenta años de edad, lo que plantea un problema de cuidados, pues la realidad es que los perros y los gatos no bañan ni dan de comer a la gente.

“Nosotros tenemos que hacer mucha investigación en América Latina y ver hacia el futuro, es decir, qué podemos hacer para que el placer de la maternidad lo disfruten nuestros nietos y bisnietos, que encuentren el placer de crear una familia, de tener hijos porque así lo decidan y tengan tiempo para atenderlos y al mismo tiempo puedan hacer una vida profesional”, concluyó.