La Paz, Baja California Sur.- Se está preparando la presentación del libro Escuela Primaria Revolución de 1910, 70 años de Historia recientemente editado. Su autor, José Antonio Márquez Castro, adelanta un poco sobre la obra la cual vincula el nacimiento de la emblemática escuela con el surgimiento de Ciudad Constitución, una institución que nace gracias al profesor Víctor Manuel Peralta Osuna luego del decreto de la colonización del Valle de Santo Domingo en 1949.
"Aunque la historia de Ciudad Constitución marca que existió en 1953, cuando llegaron las tres primeras familias a la colonia Revolución de 1910." La carretera de terracería llegaba hasta el poblado cercano de Ignacio Zaragoza, a 45 kilómetros de Ciudad Constitución, la empresa Picsa que construía la carretera traía una escuela itinerante para hijos de trabajadores.
Eran 2 maestros los que educaban a los hijos de los trabajadores pagados por el gobierno, al terminarse la obra les informaron que debían de ir a dar clases a 70 colonos que acababan de llegar a la colonia Revolución de 1910, terminaron el año escolar con los alumnos de la escuela itinerante y en septiembre iniciaron las clases con los hijos de los 70 colonos en la colonia antes mencionada.
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Los padres de familia le pidieron al maestro que la escuela se llamara como la colonia, Revolución de 1910, “cuando llegaron los colonos no había absolutamente nada, solo la casa amarilla en construcción que era el campamento local de la Junta de Caminos”. Había una lona donde vendían comida y como no había casas ahí vivió el profesor Peralta, al igual que los colonos en carpas en el monte en una interacción.
Indicó que la escuela influyó en la fundación de la ciudad, ya que la población se apoyó en la escuela para su subsistencia, como no había agua se perforó un pozo en la casa amarilla durante la exploración, Pemex surtió de agua a los colonos a través de una pila construida por los maestros en los patios del plantel, posteriormente se creó una extensión que se convirtió en la escuela Constitución.
José Antonio Márquez Castro, maestro jubilado, graduado de la Escuela Normal Urbana de La Paz como maestro de primaria, estudió Lengua y Literatura en la Normal Superior de Oaxaca. Dentro de su trayectoria ha sido regidor en la administración de Gabriel Renero Lara 1984-1987; director del DIF Municipal de Comondú en la administración del presidente municipal Alfredo Polanco 1981-1983.
Fue oficial mayor municipal, director de Comunicación Social, ha colaborado para El Sudcaliforniano, en la radio… corresponsal de Notimedios, representante sindical. Ha escrito varios libros sobre historia, música, deporte, aviación, magisterio.
“No soy escritor, pero aspiro a serlo. Lo que pasa es que no tenemos ningún texto formal ni una bibliografía que hable de la historia de Comondú y deseo escribir sobre ella”.
Siendo conductor de radio local en el Valle de Santo Domingo durante una entrevista a Leoncio Coronado Núñez “por error mezclé la gordura con el sazón” al confundir la llegada de los sinarquistas en 1941 con la colonización del Valle de Santo Domingo en 1949, el cual fue un proceso histórico diferente con distintos jefes de gobierno. El primero con el general Francisco J. Múgica y el segundo con el general Agustín Olachea.
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A raíz de la experiencia le atrajo la investigación histórica lo cual lo ha llevado a escribir varios libros, entre ellos de historia de la música en el Valle de Santo Domingo en el 2011, historia del deporte durante la colonización; libro “Los Creyentes” la historia de un grupo musical posteriormente el libro "El Magisterio en la Colonización del Valle de Santo Domingo" sobre la simbiosis entre maestros y colonizadores del Valle de Santo Domingo.
Como amante de los aviones escribió el libro “Los Años Románticos de la Aviación Sudcaliforniana”, que es una guía histórica detallada de la aviación en el estado; desde los primeros intentos y actualmente se encuentra trabajando en una segunda edición del libro, considera los años románticos de la aviación a los aviones de hélice, mencionó que la aviación formal llegó a Baja California Sur en 1941 con Aeronaves de México.
