La Paz, Baja California Sur.- Desde hace 9 años, la familia Torres organiza una peregrinación que denominaron “Familias Peregrinas”, una promesa fue el motivo de que con mucha devoción se contrate y adornen con flores, telas y papel, un camión de plataforma donde se traslada la guadalupana y las imágenes de la virgen de las familias que participan en las familias peregrinas.
El motivo es que hace 11 años, se le enredó en el cuello del cordón umbilical a la niña Dariana, dos semanas antes de nacer, los puso entre la vida y muerte; tanto a la bebé como a la madre Diana Alejandra Torres. Ante la desesperación, la madre de la niña prometió a la virgencita que si todo salía bien en el parto, realizaría con la niña en brazos una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en agradecimiento.
Sin embargo, no cumplió la promesa durante los 7 meses siguientes después de que la niña puso nuevamente su vida en peligro por una neumonía. Cuando ella decide pagar la manda luego de que la niña se recuperara, acudió con el entonces párroco del santuario, Arturo García, para informarle su deseo de peregrinar con la niña de su casa al santuario para ser recibidas por el sacerdote.
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La sorpresa fue extraordinaria para ellas, ya que el sacerdote sin saber les había señalado el día 10 de diciembre, día en que la niña había nacido. Cuando comentaron entre los familiares que Diana y su niña pagaron la manda, los familiares se ofrecieron a acompañarlas para que no caminaran solas y posteriormente se sumaron los vecinos y amigos, de tal forma que en la primera peregrinación participaron 60 personas.
En esa ocasión se arregló un pick up, se compraron velas para iluminar el recorrido y recuerdos entregados al final de la peregrinación. “Ese día Diana dijo, a partir de hoy, cada año hasta que Dios me preste vida, voy a seguir haciendo esto y vamos a darle más realce”. Así, año con año se van sumando a la peregrinación de las familias, este año peregrinaron 120 familias con sus velas y lazos de bendiciones.
Un día la niña Dariana le propuso a su tía Cinthia Guadalupe Torres que le bailaran a la virgen por lo cual la tía se inscribió a las clases de los danzantes guadalupanos y desde hace 6 años le danza a la morenita durante la peregrinación a través de una coordinación con el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe desde un mes antes confirman su participación y una noche antes adornan la plataforma para la peregrinación.
Para el adorno de flores, los peregrinos realizan una cooperación de 5 mil pesos. Una de las tías realiza el arreglo de flores, se contrata un carpintero para hacer la base, pintura, papel por la cual cada año el diseño es diferente.
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Además, se renta el camión de plataforma por 1,200 pesos y una noche antes todos se desvelan arreglando el camión, “es frecuente que lleguen familiares y amigos a decirme ten 500 pesos para las flores”.