La Paz, Baja California Sur (OEM-Informex).- El estado de Baja California Sur no esta exento de leyendas e historias que se tejen alrededor de un cementerio y más cuando este tiene en particular un dato que para la mayoría resulta ser contrastante pues se combina el miedo con la inocencia, ya que las tumbas que hay en el lugar pertenecen a niños y a pesar de que este mismo se encuentra solitario se percibe soledad en un pueblo que el tiempo suele irse muy lentamente nos referimos al cementerio de los Niños que se encuentra ubicado a unos 3 kilómetros al norte de Guerrero Negro, a la mitad del camino entre Ensenada y La Paz rumbo al puerto El Chaparrito.
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En lugar cuenta con alrededor de 70 tumbas y la edad promedio de estos niños era de 10 años que se dice que murieron en los años 40s pues en esos años había llegado un barco proveniente de Japón y uno de sus marineros venia enfermo y solo los más pequeños de la población fueron vulnerables ante la epidemia y otras versiones sostienen que fueron por intoxicación pero bien dicen que la historia siempre tiene un eje que se tiene que seguir pues pobladores de la entidad sostienen que se trata de las primeras tumbas de las familias que poblaron esta comunidad salinera.
Algo que sigue en incógnita sobre este panteón y a su vez quienes conocen la historia es la tristeza de saber que muchos de estos niños no tienen registro (salvo los más recientes), pues no se conoce sus nombres ni apellidos, pues pobladores sostienen que lo han visto tal vez es una señal de que no los olvidemos.
ALTA ACTIVIDAD PARANORMAL EN EL CEMENTERIO DE LOS NIÑOS
Bien dicen que cuando un niño o niña fallece lo primero que hacen es visitar a sus seres queridos pues entran en una negación en la cual la muerte no existe para ellos y quedan atrapados en el abismo que es entre la vida y la muerte. Teniendo como antesala este panorama vecinos de Guerrero Negro sostienen que es muy común ver a lo lejos del panteón a altas horas de la madrugada a niños correr, cantar y jugar (pateando balones y andando en triciclos de la época), eso si estos pobladores ya lo ven como algo normal pues saben que esta actividad paranormal se debe a los niños del cementerio y cuando pueden acuden de día a visitarlos, a limpiar sus sucias lapidas que la arena y el viento desean esconder y que sin duda es una historia que jamás será olvidada porque las historias de estos angelitos han pasado de generación en generación para darnos cuenta de lo vulnerables que somos como seres humanos y que la inocencia e ingenuidad de ellos nunca se apagara.