La Paz, Baja California Sur, (OEM-Informex).- La señora Julia Ceja aseguró que en los últimos 8 meses sus ventas tuvieron una pérdida del 60%, situación que afecta gravemente su negocio y la economía de la familia, ya que los precios de los productos que necesita para operar, han tenido en contraparte, un aumento considerable.
Dijo que esta situación es generalizada entre los puestos de comida, ya que estos tienen como clientes a personas que están trabajando y deben desayunar fuera de sus casas, pero con el confinamiento y la parcial reactivación de las actividades, no han podido recuperar al total de su clientela.
“Los productos básicos siguen subiendo de precio, el café, las tortillas, el azúcar, carne y los artículos que ocupamos para trabajar, no han dejado de aumentar y es algo que no podemos dejar de comprar”, señaló.
Todo sigue subiendo –agregó- pero si no tenemos ventas o si las ventas son malas, es muy difícil solventar todos los gastos. La diferencia de un antes de la pandemia y un después con la pandemia encima, la afectación nos pega en el bolsillo”.
Las bajas ventas del 60% con un margen de un 40% de ganancia, además de tener que invertir en todo lo necesario para cumplir con las medidas de sanidad y los protocolos obligatorios resulta difícil de cubrir para que el negocio pueda sobrevivir. “Antes de empezar la pandemia tenía una venta digamos regular, pero la pandemia si nos ha afectado muchísimo sobre todo en las ventas”.
“Cada día están más caras todas las cosas, los alimentos a cada rato suben su precio, hasta las tortillas subieron y pues ahí estamos batallándole. Lo que más vendemos son burritos, empanadas y café. Antes si había ventas, pero horita ha estado muy calmado la mera verdad. Fíjese que no comen aquí solo piden para llevar”.
La mayor parte de los clientes son gente que vive en Centenario, y locales, aunque también la gente que va de pasada por la carretera es la que luego llega y hace su pedido, aunque el servicio es puro para llevar porque tienen prohibido que la gente pueda comer ahí mismo. “Se sientan, pero no comen aquí, es puro nomas para llevar. Dicen que no lo saborean igual, porque lo pide uno para llevar y cuando llegan a su casa está todo remojado, no es lo mismo recién servidito y así calientito que llegar a tu casa, se te quitan ya hasta las ganas de comer”.
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Este negocio tiene un año de haber abierto sus puertas: “Tenemos poco, nos decidimos a abrir este negocito por los empleos, mi esposo es pescador y la pesca no está dejando horita. Hasta para barrendero te piden la secundaria, a donde se hace uno, tiene uno que buscarle porque nadie te va a venir a dar. Nomás le dicen a uno que no salga, pero quien va a venir a darnos, pues nadie te regala nada, ellos a gusto ganan su sueldo sentaditos en el aire y uno que, los hijos lo que quieren es comer y tengo 5 chamacos, ni modo de decirles aguántense”.
“Uno tiene que ladrarle a la gorda, se encomienda uno a dios y órale a darle, no queda de otra más que buscarle, seguir trabajando. Ya estamos hartos de tanto hablador, el prometer no empobrece cumplir eso es lo que quisiéramos nosotros que cumplan lo que prometen los candidatos, que haya trabajo, puro desempleo, puro batallar, tiene uno que salir a trabajar porque si no como le vamos a hacer”.