La Paz, Baja California Sur.- Este 16 de noviembre se cumplen 177 años de la “Batalla de La Paz”, episodio clave en la defensa del Territorio de Baja California durante la intervención estadounidense de 1847.
Este enfrentamiento marcó la resistencia de los sudcalifornianos liderados por el capitán Manuel Pineda, quien buscó recuperar la capital tomada por las fuerzas norteamericanas.
La guerra entre México y Estados Unidos, de 1846 a 1848, fue un conflicto armado que tuvo como consecuencia la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano, aproximadamente 2 millones 100 mil kilómetros cuadrados, equivalentes al 55% del país en aquel entonces.
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Estados Unidos obtuvo territorios que hoy conforman los estados de Texas, Nuevo México, Arizona, California, Nevada, Utah y partes de Colorado, Oklahoma y Kansas.
Aunque los estadounidenses también pretendían anexar la península de Baja California, el gobierno mexicano se negó rotundamente a cederla.
Como señala el historiador, arquitecto y economista Gilberto Piñeda Bañuelos, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), "afortunadamente la península quedó como territorio mexicano, pero dividió a la California histórica".
JEFE POLÍTICO COLABORÓ CON ESTADOS UNIDOS
En octubre de 1847, las fuerzas estadounidenses intensificaron su presencia en el territorio de Baja California.
El comodoro William Shubrick proclamó que "la bandera de los Estados Unidos está destinada a ondear para siempre en las Californias". Bajo este pretexto, el comandante William Mervine arribó al puerto de La Paz a bordo del USS “Cyane”, y sin encontrar resistencia significativa, ocupó la ciudad.
El jefe político local, Francisco Palacios Miranda, no sólo no ofreció resistencia, sino que colaboró con los invasores, apunta el historiador, lo que causó indignación entre los habitantes.
Ante la traición, la diputación territorial se reunió cerca de San José del Cabo y nombró a Mauricio Castro Cota como nuevo jefe político de Baja California.
Castro, nacido en 1806 en San José del Cabo y reconocido por su liderazgo, se convirtió en el alma de la resistencia sudcaliforniana.
Según Leonardo Reyes Silva, autor de "Historia del Estado de Baja California Sur", "Mauricio Castro levantó el estandarte de la rebelión contra la invasión norteamericana en Baja California".
HEROICA DEFENSA DE MULEGÉ
El gobierno mexicano, al enterarse de la situación, designó al capitán Manuel Pineda para organizar la defensa de la península.
Pineda desembarcó en Mulegé el 30 de septiembre de 1847 y rápidamente reunió a voluntarios locales para enfrentarse a los invasores.
Los estadounidenses, conscientes del movimiento de Pineda, enviaron dos buques de guerra a Mulegé. Exigieron la rendición y entrega de armas, a lo que Pineda respondió con firmeza el primero de octubre de 1847:
"Debo decirles que esta plaza está sostenida por fuerzas mexicanas que tengo el honor de mandar y que jamás será neutral, ni verá con indiferencia la guerra injusta de los Estados Unidos a la República Mexicana a la que pertenezco. Esta comandancia conservará toda comunicación con su Gobierno Mexicano, aunque toda la flota de los Estados Unidos quiera impedirlo. Esta comandancia, con los valientes soldados que tiene a sus órdenes, se defenderá y sostendrá sus armas hasta derramar la última gota de sangre..."
Esta respuesta, citada por Reyes Silva en su obra, deja ver la determinación de Pineda y sus hombres.
El 2 de octubre, los estadounidenses atacaron Mulegé, pero tras siete horas de combate, fueron rechazados por los defensores mexicanos.
Este triunfo elevó la moral de los bajacalifornianos y consolidó a Pineda como líder indiscutible de la resistencia. Desde entonces, esta comunidad toma el nombre de Heroica Mulegé.
BATALLA DE LA PAZ
Tras la victoria en Mulegé, Pineda dirigió sus fuerzas hacia el sur, con el objetivo de recuperar La Paz.
El 16 de noviembre de 1847, inició el sitio de la ciudad con 97 hombres, enfrentándose al comandante estadounidense Henry S. Burton y a las fuerzas locales leales a Palacios Miranda.
La batalla se prolongó hasta el 28 de noviembre y a pesar de la inferioridad numérica y de armamento, los hombres de Pineda lograron penetrar hasta las posiciones más profundas de las defensas estadounidenses.
Según Gilberto Piñeda Bañuelos, en su estudio del mapa elaborado en 1847, “el cuartel estadounidense se ubicaba en la actual manzana formada por las calles Revolución, Degollado, Madero y 16 de Septiembre”. Queda ubicada también su posición principal.
La iglesia, ubicada cerca, estaría en el área de las calles Revolución, Ocampo, Madero y Degollado.
Estos detalles permiten entender la morfología urbana de La Paz durante la ocupación y cómo los defensores mexicanos utilizaron el terreno a su favor, expone el historiador.
Piñeda Bañuelos destaca que el enfrentamiento duró del 16 al 28 de noviembre de 1847; para este momento, el presidente de los Estados Unidos declaró el 7 de diciembre que “no tenía intención de devolver a México los territorios de las Californias”.
En 1848, mientras se firmaba el Tratado de Guadalupe Hidalgo que ponía fin a la guerra, los combates continuaban en La Paz.
A pesar del valor demostrado, la llegada de una escuadra de barcos de guerra estadounidenses reforzó a las tropas de Henry Burton, obligando a Pineda a retirarse hacia San Antonio.
JOSÉ ANTONIO MIJARES MUERE
Simultáneamente, otra fuerza mexicana avanzó hacia San José del Cabo. Allí, el teniente de marina José Antonio Mijares lideró un ataque valiente contra las posiciones estadounidenses el 20 de noviembre de 1847.
Aunque inicialmente fueron exitosos, los mexicanos enfrentaron la llegada de refuerzos enemigos desde el mar. En los combates, Mijares cayó heroicamente, convirtiéndose en un símbolo de la resistencia sudcaliforniana.
Leonardo Reyes Silva aclara en su obra que, durante los combates de San José del Cabo, murió heroicamente el teniente de Marina José Antonio Mijares. Actualmente, la plaza principal de esa ciudad lleva su nombre.
A PESAR DEL TRATADO NO QUERÍAN DEVOLVER BAJA CALIFORNIA
El 2 de febrero de 1848, se firmó el Tratado de Guadalupe Hidalgo, que puso fin a la guerra. México cedió vastos territorios al norte, pero se negó rotundamente a entregar Baja California.
El presidente estadounidense James K. Polk, en su informe al Congreso el 7 de diciembre de 1847, había expresado su intención de no devolver las Californias a México.
Sin embargo, la firme posición del gobierno mexicano y la resistencia local fueron decisivas para mantener la península bajo soberanía nacional.
Reyes Silva enfatiza: "¡Querían también la Baja California, pero el gobierno de México se negó terminantemente a entregarla! Gracias a esa decisión de nuestro gobierno, la actual península de Baja California continúa siendo mexicana, y los habitantes del territorio, orgullosos de su nacionalidad, recuerdan con gratitud y veneración a los hombres que supieron defender con honor nuestra tierra".
En marzo de 1848, el capitán Naglee ocupó La Paz con 217 hombres, capturando a Manuel Pineda, al padre Gabriel González y a Mauricio Castro. A pesar de ello, la resistencia no cesó.
Finalmente, el primero de septiembre de 1848, el comodoro William Mervine devolvió el control de la ciudad a Mauricio Castro, quien retomó su cargo como jefe político.
Francisco Palacios Miranda, desacreditado por su colaboración con los invasores, partió el 30 de agosto de 1848 hacia la Alta California junto con aproximadamente 300 paceños que optaron por emigrar.
Piñeda Bañuelos señala que "el 30 de agosto Palacios Miranda, ex jefe político y el padre Ignacio Ramírez con alrededor de 300 paceños se embarcan por decisión propia en los buques Southampton y Lexington rumbo a la nueva California conquistada durante la guerra de ocupación".
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LEGADO HEROICO Y DE IDENTIDAD NACIONAL
La batalla de La Paz y los enfrentamientos en Baja California durante la intervención estadounidense son testimonios históricos del valor y determinación de los sudcalifornianos para defender su tierra.
Leonardo Reyes Silva destaca que "si en todas partes de México se hubiera luchado con la misma tenacidad que en Baja California, el desenlace de la guerra podría haber sido distinto".
En este aniversario, es fundamental recordar y honrar a quienes lucharon por la soberanía e integridad territorial de México.
La defensa de Baja California en 1847 es un capítulo que resalta el patriotismo y sacrificio de hombres y mujeres que, enfrentando adversidades, resistieron con honor.
